La Escultura Renacentista: Características Clave y Evolución Artística

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La escultura del Renacimiento marcó un punto de inflexión en la historia del arte, liberándose de las ataduras arquitectónicas medievales para explorar nuevas dimensiones de expresión y forma. Este periodo se caracterizó por un profundo interés en el ser humano y la recuperación de los ideales clásicos.

Características Fundamentales de la Escultura Renacentista

1. Independencia y Libertad Artística

La escultura renacentista alcanzó una total independencia de la arquitectura, desarrollándose de un modo absolutamente libre. Esto contrasta con los siglos de la Edad Media, donde la escultura había sido un complemento de la arquitectura y había permanecido ligada a ella.

2. El Cuerpo Humano como Centro de Interés

El cuerpo humano se convirtió en el Renacimiento en un tema de interés artístico primordial. El desnudo, que había desaparecido en la escultura medieval, se recupera con fuerza. Los humanistas consideraron que el hombre era el centro de la creación y, en consecuencia, la figura humana adquirió una gran relevancia. Por ello, los escultores estudiaron a fondo la anatomía humana y recibieron importantes influencias de la escultura griega, que marcó una de las cimas dentro de la historia del arte y se centró en el estudio del cuerpo humano y sus proporciones.

Influencias Clásicas en la Representación del Cuerpo
  • Praxíteles: Respecto a las influencias de la escultura griega, destacamos la de Praxíteles. Las figuras de este escultor griego se caracterizan por ser muy flexibles y por aparecer ligeramente ladeadas o inclinadas, lo que se conoce como la curva praxiteliana.
  • Policleto y el Contrapposto: Además de esta influencia, hay que resaltar la técnica del contrapposto, introducida por el escultor griego Policleto y utilizada en multitud de esculturas clásicas, que reapareció en el Renacimiento. Consiste en contraponer la disposición de las extremidades, buscando la oposición armónica de las distintas partes del cuerpo para romper la ley de frontalidad y generar un cierto dinamismo y movimiento en las esculturas.

El desnudo es, pues, uno de los temas más desarrollados en la plástica del Renacimiento. Los artistas pretendieron exaltar el cuerpo humano, el ser humano situado en el centro de la Creación. Estamos, por tanto, ante un periodo claramente antropocéntrico, en el que el hombre, su anatomía y su expresividad fueron objeto de estudio e interés.

3. Temática Diversa y Auge del Retrato

Los temas, por otra parte, proceden de la mitología o de la religión, y también se multiplicaron los retratos de todo tipo. El retrato adquirió una gran difusión como género independiente, destacando los retratos de busto y los retratos ecuestres, típicos estos últimos de la época romana. En lo que se refiere al relieve (como sucede con la pintura), la búsqueda del espacio por medio de la perspectiva fue una constante.

4. Búsqueda de la Belleza Ideal y Proporción

Se buscó la belleza ideal (influencia del neoplatonismo), el equilibrio y la proporción de acuerdo a un canon, siendo el desnudo el modelo ideal de representación. Las formas bellas tuvieron valor en sí mismas y fueron capaces de producir un goce estético independientemente de otros valores.

5. Esquemas Compositivos y Movimiento Contenido

Los esquemas compositivos fueron simples, geométricos y se basaron en el equilibrio. El movimiento se apreció en el contrapposto y en la tensión de un movimiento contenido, que se expresaría de forma más libre durante el Manierismo, el cual utilizaría las posiciones inestables.

6. Materiales Predominantes

Los materiales más usados fueron el mármol y el bronce, y a veces se utilizó la terracota (barro cocido y pintado). Las esculturas en mármol se dejaron con el color natural de la piedra, por haber creído los artistas que tales obras no estuvieron pintadas en los tiempos de la escultura clásica (apreciación errónea).

7. Interés por las Texturas y la Iluminación

Hubo un gran interés por las texturas de las superficies, con acabados muy pulidos y tersos y, en ocasiones, muy expresivos. La luz iluminó las esculturas de forma homogénea.

La Escultura Manierista: Transición y Nuevas Formas

En cuanto a la escultura manierista, mantuvo en buena parte los aspectos formales de la etapa anterior, aunque con algunos cambios que la aproximan a la escultura barroca. Las figuras serpentinatas cobraron primacía en esta etapa: tanto la figura como el grupo escultórico adoptaron formas sinuosas, exagerando el contrapposto clásico. También se produjo una estilización de las figuras, alargándose el canon a las diez cabezas. Los escultores manieristas se plantearon la cuestión de la multifacialidad de la obra.

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