La Epopeya de Gilgamesh: Un Viaje en Busca de la Inmortalidad
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La Muerte y el Ciclo Cósmico en Mesoamérica
Para los pueblos mesoamericanos, la vida era posible gracias a la muerte. Creían que la sangre de las víctimas de los sacrificios servía para alimentar a los dioses y así asegurar el proceso de los eventos cíclicos. Los sacrificios humanos eran considerados necesarios para mantener el funcionamiento del universo y para fortalecer al sol en su viaje nocturno y en el combate con las fuerzas oscuras.
En Mesoamérica existía una compleja red de rituales cósmicos que se dirigían a divinidades astrales. El universo tenía su ritmo, y los rituales, fundamentalmente el Juego de Pelota y el sacrificio, debían devolver al universo parte de la energía gastada en la vida para que el ciclo no tuviera fin. Esto queda ilustrado en el Popol Vuh cuando los hermanos Hunahpú e Ixbalanqué van al inframundo y, al derrotar a los Señores de Xibalbá, suben al cielo convertidos en Sol y Luna. Todas las noches tendrán que realizar este viaje al inframundo, y si vencen a los Señores de Xibalbá, volverán a subir como Sol y Luna.
La Epopeya de Gilgamesh: La Narración Más Antigua
La Epopeya de Gilgamesh es una narración sobre las aventuras de Gilgamesh y su amigo Enkidu. Contada en tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, esta epopeya de origen sumerio es considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Una de las tablillas incluso anticipa el episodio bíblico del diluvio. Las doce tablas que componen la obra sugieren un orden astrológico.
Origen de la Historia
La versión de la epopeya que conservamos fue transcrita para el rey Asurbanipal de Nínive (Asiria), quien trató de coleccionar copias de todos los documentos escritos del mundo conocido en su época. Su biblioteca fue una de las más importantes de la antigüedad. Hacia el año 612 a. C., Nínive fue destruida por invasores y solo fue ubicada nuevamente hacia 1845 por el explorador británico Austen Henry Layard, cerca de Mosul, en Irak.
Del contenido de la biblioteca de Asurbanipal, actualmente se conserva una pequeña fracción, compuesta por 25,000 tablillas, depositadas en el Museo Británico. Estas tablillas fueron traducidas por George Smith a partir de 1872. Más recientemente, en 1984, se realizó una nueva traducción del poema con la participación del escritor John Gardner.
Las Doce Tablillas de Gilgamesh
De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema principal, probablemente escrito hacia la primera mitad del II milenio a. C. La última tablilla representa una narración de origen independiente, sobre el mismo rey, pero más reciente que las anteriores, escrita hacia el final del I milenio a. C.
Gilgamesh: Rey de Uruk y Héroe en Busca de la Inmortalidad
Según el documento llamado Lista de reyes sumerios, Gilgamesh fue el cuarto o quinto rey de Uruk hacia el año 2750 a. C. Es el protagonista de la Epopeya de Gilgamesh, en la que se cuentan sus aventuras y su búsqueda de la inmortalidad junto a su amigo Enkidu.
Hijo del rey Lugalbanda y de la diosa Ninsun, Gilgamesh era, según la tradición, dos terceras partes dios y una tercera parte humano, lo que lo hacía mortal. Poseía una fuerza sobrehumana que utilizó para construir las murallas de la ciudad de Uruk. Era una mezcla entre Hércules y los grandes héroes griegos. A Gilgamesh le sucedió en el trono su hijo Ur-Nungal, que gobernó durante 30 años.
Gilgamesh refleja la forma en que los sumerios veían el mundo, una visión que también adoptaron los babilonios y los asirios, quienes conquistaron a los sumerios y asimilaron rápidamente su cultura.
Elementos Históricos y Míticos
Como todas las epopeyas, Gilgamesh contiene elementos históricos y míticos en todas sus versiones, y por tanto debe ser interpretada a varios niveles. Además de sus temas humanos como la amistad, el valor, el problema de la muerte y el significado de la vida, también es un cuento iniciático sobre la búsqueda del conocimiento.
Enkidu: El Amigo Salvaje
La leyenda cuenta que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos por Gilgamesh, pidieron ayuda a los dioses. Estos enviaron a un personaje llamado Enkidu para que luchara contra Gilgamesh y lo venciera. Enkidu tenía todo el cuerpo cubierto de pelo, con rasgos simiescos. Literalmente, “hombre-como-era-en-el-comienzo” parece describir a un personaje prehistórico. A veces incluso se le describe como un mono. Representa a la primera raza humana antes de que el hombre despertara a la consciencia de su humanidad.
La lucha entre Gilgamesh y Enkidu es muy igualada, sin un vencedor claro. Tras la batalla, los dos luchadores se hacen amigos y deciden emprender un largo viaje en busca de aventuras, en el que se encuentran con toda clase de animales fantásticos y peligrosos. Enkidu, a pesar de ser un ser primitivo e incivilizado, no deja de ser un personaje positivo que se convierte en el compañero inseparable del héroe.
La Ira de Ishtar
En ausencia de los héroes, la diosa Inanna (conocida por los babilonios como Ishtar y más tarde como Astarté) había cuidado y protegido la ciudad de Uruk. La diosa se enamora de Gilgamesh, pero este la rechaza, provocando la ira de la diosa, quien en venganza envía al Toro de las Tempestades para destruir a los dos personajes y a la ciudad entera.