La Epistemología de Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón y el Camino hacia el Conocimiento
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Para concebir el problema del conocimiento en Santo Tomás de Aquino es necesario hablar antes de otros aspectos que influyen en su teoría, como la filosofía escolástica, la enseñada en las escuelas monacales por autores como San Isidoro de Sevilla, San Anselmo, Averroes o el propio Santo Tomás. Además, a este autor se le considera Doctor de la Iglesia por su gran aportación: la monumental Suma Teológica.
En esta obra, y enfrentándose a las ideas de Averroes —como la existencia de Dios como motor inmóvil que mueve eternamente el mundo, la mortalidad del alma y la existencia de una doble verdad (teológica y filosófica)—, Santo Tomás sintetiza las teorías de Aristóteles con el cristianismo, dando lugar al aristotelismo tomista. Esta corriente se opone al neoplatonismo dominante y se caracteriza por:
- La separación entre fe y razón.
- El predominio de la verdad sobre el bien.
- El hilemorfismo en las criaturas corpóreas.
- Las pruebas cosmológicas de la existencia de Dios.
El Proceso del Conocimiento en Santo Tomás: Empirismo y Racionalismo
Tomando el aristotelismo como modelo, la teoría del conocimiento de Santo Tomás se basa en un empirismo-racionalismo. Consiste en un proceso de abstracción en el que, partiendo de lo general y utilizando los sentidos, la razón y la fe, se llega a lo particular. De esta manera, para alcanzar la sabiduría, el proceso se desarrolla así:
- Sentidos: Nos proporcionan la especie sensible impresa (imágenes de cosas particulares).
- Memoria e Imaginación: La imagen pasa a estas facultades, convirtiéndose en el fantasma o especie sensible expresa.
- Entendimiento Activo: Aquí se lleva a cabo una abstracción, separando la esencia del accidente, formando la especie inteligible impresa.
- Entendimiento Pasivo: La especie inteligible impresa pasa a este entendimiento, donde se forma el concepto universal (capaz de hacer ciencia), dando lugar a la especie inteligible expresa.
Esta última también es capaz de aplicarse a objetos concretos, produciéndose la conversión al fantasma. De este modo, el punto de partida se convierte también en el final: la individualización.
Las Causas Aristotélicas y la Existencia de Dios
Además, para aplicar el concepto universal al estudio científico, Santo Tomás toma el análisis de las causas aristotélicas. El autor medieval añade dos causas más extrínsecas —la modélica y la instrumental— a las que ya desarrolló Aristóteles (material, formal, eficiente y final). De esta manera, una de las cinco vías cosmológicas para demostrar la existencia de Dios es estableciéndole como causa incausada que no proviene de ninguna otra.
La Verdad en la Filosofía Tomista: Unidad y Dualidad de Fuentes
En cuanto a la verdad, y oponiéndose de nuevo a Averroes, el filósofo medieval establece que es imposible admitir que esta sea doble: algo no puede ser verdad y mentira al mismo tiempo. Por ello, nos dice que para llegar a la verdad necesitamos pasar por Dios, y que esta se compone de dos aspectos:
- Una verdad sobrenatural (fe), que alcanzamos por la teología.
- Una verdad natural (razón), que alcanzamos por la filosofía.
Para discernir si algo es evidente o no, Santo Tomás defiende la teoría adecuacionista, por la que una cosa será verdadera cuando lo que se piensa y la realidad coinciden. Esta correspondencia se produce en el pensamiento (difiriendo de Aristóteles y Wittgenstein, para quienes ocurría en los sentidos y el lenguaje, respectivamente).
Juicios de Valor y el Intelectualismo Ético
Para terminar la teoría epistemológica de este autor medieval, es necesario hablar de los juicios de valor (intelectualismo ético). Estos juicios se realizan mediante la razón, aplicando los conceptos universales que hemos abstraído a sucesos concretos. De esta manera, es el conocimiento el que nos guía a la hora de actuar, y son nuestros actos los que nos hacen ser buenos (rechazando el voluntarismo moral).