Entendiendo los Impuestos Indirectos: Tipos, Impacto y Aplicaciones
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Impuestos Indirectos: Una Visión Detallada
La imposición indirecta recae sobre los productos mediante el gravamen de la producción, compra, venta, importación o exportación de bienes y servicios. Su incidencia real sobre compradores (↑P) y sobre los vendedores (↓P) no depende de la incidencia legal (quien deba soportar el impuesto según la ley) sino de las elasticidades de la Oferta y la Demanda, y que el impuesto lo pagan tanto oferentes como demandantes.
La imposición indirecta estimula el ahorro. La parte del impuesto que recae sobre los productores disminuye la rentabilidad de las inversiones, lo que puede desincentivar ahorro e inversión. Estos impuestos se recaudan por las empresas vendedoras (normalmente se establecen como impuestos sobre las ventas) que lo ingresan en la Hacienda Pública. No pueden tenerse en cuenta las circunstancias personales del sujeto pasivo. Son proporcionales, se aplica el mismo tipo impositivo sobre cada acto de consumo.
Impuestos indirectos: Especiales y Generales (Monofásicos y Multifásicos - Acumulativos y No acumulativos).
Impuestos Indirectos Especiales
Gravan el consumo o la producción de determinados productos (en una sola fase del proceso productivo, son monofásicos y generalmente en la fase de venta al consumidor), mientras que los impuestos indirectos generales gravan el consumo o la producción de todos los productos.
Justificación Económica de estos Impuestos
- Conseguir la producción eficiente de bienes que generan externalidades negativas: La asignación eficiente requiere que el Precio se iguale con el Coste marginal + Daño social.
- Minimizar el exceso de gravamen ocasionado por la imposición indirecta.
- Redistribución de la renta.
- Protección de la producción nacional frente al exterior (aranceles a las importaciones).
Impuestos Indirectos Generales Monofásicos
Gravan el valor de las ventas de todos los productos en una sola de las fases de la cadena: fabricante, mayorista, minorista, consumidor. Aun cuando el gravamen recaiga sobre una fase, el impuesto se traslada hacia adelante y acaba recayendo sobre el consumidor. Es mejor establecer el impuesto en las primeras fases porque ahí los contribuyentes a controlar son menos (vista sencillez). Desde el punto de vista de la eficiencia, es mejor poner el impuesto en la fase final (ventas al consumidor).
Un impuesto sobre las ventas de los fabricantes estimulará que alguna actividad se realice por mayoristas para que no paguen el impuesto. Por ejemplo, los fabricantes crearían empresas mayoristas para publicidad, así por razones fiscales se alteraría la asignación de actividades. También se estimularía que los fabricantes se localizaran cerca de las fuentes de materias primas para minimizar el coste de transporte, gravado con el impuesto sobre las ventas del fabricante.
Impuestos Multifásicos Acumulativos
Gravan la venta de productos en todas las fases y se clasifican en acumulativos y no acumulativos. Los acumulativos son aquellos en los que la empresa que aplica el impuesto cobrándoselo a sus clientes no puede recuperar el impuesto soportado en las compras a sus proveedores; no se aplican en la UE por motivos de eficiencia y problemas que provocan en el comercio exterior. Los no acumulativos son aquellos en los que el impuesto soportado en las compras lo recupera la empresa que ingresa en la Hacienda Pública la diferencia entre el impuesto cobrado a clientes (repercutido) y el pagado a sus proveedores (soportado).
Un impuesto acumulativo se fija sobre la cifra de ventas (que debe cubrir los costes de la empresa y dar beneficio). Como el impuesto se aplica cada vez que se realiza una compraventa, el valor total de los impuestos que soporta un producto dependerá del número de fases por las que pase. La integración vertical de las empresas al reducir el número de fases, lleva a que se pague un impuesto más bajo a un menor precio de venta.
Impuestos Multifásicos No Acumulativos (IVA)
El impuesto soportado en las compras le es devuelto al vendedor, así que solo tiene que ingresar la diferencia entre el impuesto cobrado en las ventas y el pagado en las compras. Así, el impuesto soportado en las compras no es un coste para la empresa y no se dan los efectos negativos de los impuestos acumulativos. El IVA es neutral a la integración vertical de las empresas porque la carga fiscal es igual sin tener en cuenta el número de fases. Los impuestos no acumulativos permiten saber el volumen de impuestos con los que están gravados porque el valor del impuesto aparece en la factura de compra.
El IVA en España
Es tipo consumo. El tipo impositivo general es del 21%, pero hay un tipo reducido del 10% (alimentos, museos, recogida de basuras, y servicios funerarios) y uno superreducido del 4% (algunos libros, periódicos, coches, VPO).