El Empirismo Radical de David Hume: Una Crítica a la Metafísica Tradicional

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Para hablar del problema del conocimiento en Hume, es necesario establecer antes que el objetivo de su filosofía era desarrollar una ciencia para el hombre. De esta manera su epistemología parte del hombre y sus percepciones para llegar a una teoría puramente empirista donde el verdadero conocimiento es adquirido, el origen del conocimiento está en los sentidos y el criterio de verdad es la evidencia sensible (es contraria totalmente al método cartesiano). Todas estas ideas las plasma en su obra Tratado acerca de la naturaleza humana, esta obra no tuvo mucho éxito pero junto a su segundo libro Discursos políticos, Hume se fue haciendo cada vez más popular y eso le llevó a ser excomulgado por la Iglesia Anglicana.

El Origen de las Ideas y el Problema del Conocimiento

En cuanto al empirismo, es necesario explicar la concepción de idea, oponiéndose al racionalismo, Hume afirma que “sin impresión no hay idea”, es decir, primero, mediante los sentidos, percibimos las impresiones (intensas y breves) que posteriormente pasarán a ser ideas (representaciones o copias de las impresiones en el pensamiento). Ambas, a su vez se pueden clasificar en simples (no admiten distinción) y complejas (pueden separarse) y se encuentran relacionadas por varios factores:

  • Primero por la semejanza, puesto que la percepción de la mente es tanto una impresión como una idea.
  • También por la correspondencia, pues a toda idea simple le corresponde una impresión simple.
  • Es indubitable además que las ideas no son copias exactas pero si son necesariamente representaciones de las impresiones.
  • Y por esto mismo las impresiones son claramente anteriores a las ideas y el origen de ambas es el mismo, los sentidos.

Estos razonamientos, llevan a Hume al agnosticismo, ya que, si no se tiene percepción de que Dios exista tanto como de que no exista, es imposible llegar a la evidencia de su existencia.

A la hora de conocer, el autor del Tratado acerca de la naturaleza humana, establece dos maneras. En la primera, el saber se alcanza por la relación entre las ideas, es un camino que solo vale para las matemáticas y la lógica (ciencias formales) y es una manera de conocer que no amplia nuestro conocimiento pero siempre es verdadero (evidente) y por tanto es necesario.

El segundo tipo se trata de un saber que se alcanza por el conocimiento de los hechos, de las impresiones (matter of fact), es un conocimiento directo que amplia nuestro saber y por eso mismo en él está el límite de nuestro conocimiento. El problema de este segundo camino es que nuestros sentidos nos pueden fallar y los conocimientos que adquirimos no siempre son evidentes.

La Crítica a la Causalidad y el Problema de la Inducción

Otro de los temas que preocupa y ocupa a nuestro autor empirista, es el problema de la causalidad. Hume niega la posibilidad de conocer hechos futuros, solo se puede hablar del pasado o del presente, lo que hace a los racionalistas pensar que pueden deducir lo que va a ocurrir a continuación es la confusión provocada por la falsa creencia en las relaciones de causalidad, como la empleada en el caso de “cogito ergo sum”. Para el empirismo esta afirmación no es legítima porque la causalidad no existe, el problema es que la confundimos con las relaciones de temporalidad. Mediante la experimentación y la observación, podemos apreciar que en prácticamente en todos los casos después de un fenómeno (A) ocurre (B), y esta sucesión constante es la nos lleva a falsamente afirmar que después de A necesariamente viene B, pero para aquel que basa su conocimiento en la observación le es imposible aceptar esto, siempre existe una posibilidad, aunque sea ínfima, de que no ocurra lo que debido a la experiencia damos por sentado. De esta manera es legítimo decir que tenemos una creencia de lo que va a ocurrir, pero esta, nunca se puede convertir en hábito.

Conclusión: El Legado de un Empirista Radical

Por todo esto la epistemología de Hume, rompe radicalmente con el racionalismo de la época, habla de un conocimiento demostrable y realista, donde el efecto es más importante que la causa. Esto le costó el rechazo de la Iglesia Anglicana, el fracaso en la obtención de la cátedra en la Universidad y el retiro a Edimburgo, pero ante todos los obstáculos, fue persistente y constante e inspirándose en realismo Aristotélico nos trajo una teoría filosófica comprobable, alejada de las elucubraciones y juegos intelectuales de autores anteriores.

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