Empirismo de Hume: Experiencia como Límite del Conocimiento
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Hume explica en el texto que tenemos la sensación de que el poder de nuestro pensamiento es ilimitado, hasta el punto de que con él podemos ir más allá de las leyes humanas y naturales e inventar cualquier ficción ("formar monstruos y unir formas y apariencias incongruentes"). Esto es lo que pensaban los racionalistas, que la razón tiene una capacidad ilimitada para conocer la realidad. Sin embargo, están equivocados, ya que en realidad, en lo que se refiere al verdadero conocimiento, nuestro pensamiento está muy limitado. El límite del pensamiento viene dado por la experiencia. Nos encontramos así con el principio del empirismo: la experiencia es la fuente y el límite de todo conocimiento. La mente humana es una página en blanco que solo se llena de contenidos a través de la sensación, de la captación de datos procedentes de los objetos del mundo exterior, y sólo podemos confiar en la verdad de esos datos. Cuando nuestra imaginación empieza a mezclar y combinar esos datos y da lugar a conceptos más complejos nos acercamos al territorio de la ficción, en el que no hay verdad.
El Principio de Copia
La base sobre la que se asienta esta limitación es el principio de copia, que es una ley básica del pensamiento: "todos los materiales del pensar se derivan (o son una copia) de nuestra percepción interna o externa". Este principio asegura que dada cualquier idea, siempre es posible encontrar su origen en una percepción anterior. Hume señala que por compleja que sea la idea que analicemos, siempre deberíamos poder descubrir las percepciones de las que procede. En el caso de que combinando percepciones lleguemos a construir seres ficticios de los que no tenemos sensación directa alguna, jamás podremos afirmar con verdad que tales seres existen.
Argumentos de Hume
Para demostrar esto Hume nos da en el fragmento dos argumentos:
- En primer lugar, afirma que todas nuestras ideas por complejas que sean están formadas a partir de ideas más simples y si analizamos su contenido siempre podremos encontrar esos elementos más simples que las constituyen. Hume señala que si nos fijamos en una idea tan compleja como la de Dios, nos damos cuenta de que se forma aumentando al máximo características que nosotros poseemos y que obtenemos a partir de la observación.
- En segundo lugar, nuestro autor sostiene que si una persona carece de alguno de los sentidos es incapaz de obtener ideas relativas a ellos. Puesto que hay dos tipos de impresiones, de sensación y de reflexión y estas últimas se corresponden con los sentimientos, Hume extiende la argumentación al terreno de la moral y concluye que las personas moderadas son incapaces de comprender las conductas crueles y vengativas al no haber experimentado nunca estos sentimientos.
Implicaciones del Principio de Copia
El principio de copia establece una frontera, un criterio de demarcación como lo llamaría el filósofo de la ciencia del siglo XX Popper, entre el conocimiento y la metafísica. La metafísica no aporta conocimiento, sus ideas son falsas, dogmáticas y alejadas de la experiencia. En este sentido, el principio de copia se convierte en el criterio empirista del conocimiento. De acuerdo con él, cualquier afirmación que hagamos sobre el mundo ha de estar apoyada en el testimonio de los sentidos y guardar con ellos una estricta correspondencia, pues en caso contrario habría que declarar a esa afirmación como metafísica, como un intento frustrado de hablar sobre la realidad.
Hume emplea el principio de copia para desenmascarar la falta de significado de los conceptos metafísicos. Es conocida la manera radical en la que rechaza la tradición metafísica.
Tipos de Conocimiento según Hume
El principio de copia también permite a Hume concluir que solo hay dos tipos de conocimiento: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. A la primera clase toda afirmación que son "verdades de razón" demostrativamente cierta. Estas verdades son válidas porque el negarlas sería contradictorio; y su validez es universal y necesaria. Por su parte, las cuestiones o verdades de hecho (matters of fact) no tienen el grado de necesidad propio de las ciencias formales, porque su contrario no implica contradicción. Su validez se funda únicamente en su confirmación en la experiencia.
Las "ciencias de hechos" contienen sólo verdades de hecho y se corresponden con lo que hoy día llamamos ciencias naturales.