El Empirismo de Hume: Crítica a la Metafísica y Límites del Conocimiento
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Hume
Con el inicio de la Modernidad, el conocimiento se concibe como la adquisición de ideas, representaciones mentales que residen en el pensamiento. Para alcanzar un conocimiento sólido, se vuelve crucial analizar el origen, los límites y la validez de estas ideas que conforman el conocimiento humano.
Hume, figura destacada del empirismo, se sitúa en la Ilustración, un período en el que se busca justificar y legitimar el entendimiento a partir de sus límites, naturaleza y extensión.
En este contexto, emergen dos corrientes principales:
1. El Racionalismo
Esta corriente busca legitimar el conocimiento argumentando que la razón es la única vía para alcanzar un conocimiento seguro e indudable. Con las matemáticas como modelo, los racionalistas, entre ellos Descartes, Spinoza y Leibniz, defienden la existencia de ideas innatas.
2. El Empirismo
En contraste, el empirismo sostiene que la experiencia es el camino más fiable para obtener conocimiento válido. Con las ciencias naturales como modelo, esta corriente, representada por Hume y Locke, rechaza la existencia de ideas innatas.
John Locke: La Mente como Tabula Rasa
John Locke, destacado empirista, desafió las teorías racionalistas negando la existencia de ideas innatas. Comparó la mente humana con una tabula rasa, argumentando que al nacer nuestra mente está vacía, desprovista de ideas preexistentes. Para Locke, todas nuestras ideas se adquieren a través de la experiencia sensorial, a la que denominó ideas de sensación.
Locke distinguió entre ideas simples y complejas:
- Ideas simples: Ideas que no pueden descomponerse en otras más básicas.
- Ideas complejas: Surgen de la combinación y asociación de varias ideas simples.
Para Locke, la sustancia es el sustrato del que emanan las cualidades que percibimos a través de la experiencia.
Hume: El Giro Subjetivo y la Ciencia del Hombre
Hume, defensor de la inducción, propone un giro epistémico al centrarse no en la realidad en sí misma, sino en cómo conocemos esa realidad. Este giro subjetivo busca garantizar la validez del conocimiento.
Inspirado por Newton, quien buscó unificar la mecánica celeste y la dinámica terrestre en torno a tres principios, Hume se propuso hacer lo mismo en el ámbito de la ciencia del hombre. Sus tres principios fundamentales serían la semejanza, la contigüidad y la relación causa-efecto.
Hume se propuso crear una ciencia del hombre con el objetivo de socavar la metafísica racionalista y establecer una doctrina filosófica que fundamentara el liberalismo político sobre bases más sólidas que las proporcionadas por Locke, quien, si bien reconocía la importancia del conocimiento, no lo aplicaba a su teoría del estado de naturaleza.
Propósitos
Para lograr estos objetivos, Hume se planteó tres tareas principales:
- Establecer los elementos que constituyen nuestro conocimiento de la realidad.
- Investigar cómo se combinan estos elementos.
- Determinar los límites y la validez del conocimiento seguro y fiable.
El Problema del Conocimiento
Hume sostenía que el conocimiento se compone de contenidos mentales basados en la experiencia, a los que llamó percepciones. Estas percepciones se dividen en dos categorías:
Elementos que Configuran el Conocimiento
1. Impresiones
Las impresiones son las percepciones que captamos a través de los sentidos de manera vívida e intensa. Se dividen en:
- Simples: Provienen de un único sentido (ej. vista).
- Complejas: Se originan de la combinación de dos o más sentidos (ej. vista y oído).
2. Ideas
Las ideas son copias o imágenes debilitadas de las impresiones que hemos recibido previamente. Al igual que las impresiones, pueden ser:
- Simples: Derivan de una única impresión.
- Complejas: No provienen directamente de una impresión, sino de la combinación de ideas. Asociamos ideas de diversas maneras para formar ideas complejas a través de la semejanza, la contigüidad espacio-temporal y la causa-efecto.
Hume argumenta que cualquier conocimiento que no se base en una impresión carece de validez. Si no hemos experimentado algo directamente a través de nuestros sentidos, no podemos hablar de ello con certeza.
Hume distingue dos tipos de conocimiento:
1. Cuestiones de Hecho
Las cuestiones de hecho se basan en datos empíricos y se refieren a la realidad. Se originan en la experiencia sensorial y, para determinar su veracidad, debemos recurrir a las impresiones, es decir, a los sentidos. Estas cuestiones se fundamentan en el principio de causalidad, ya que establecen conexiones entre eventos.
2. Relaciones de Ideas
Las relaciones de ideas se construyen conectando ideas que guardan una relación lógica entre sí. No requieren recurrir a la experiencia para determinar su validez. El sujeto de la proposición implica el predicado, lo que las convierte en verdades universales y necesarias. Estas proposiciones no se refieren a la realidad, sino a la conexión lógica entre ideas, y para determinar su veracidad, recurrimos a la razón. Se basan en el principio de no contradicción.