Emotivismo Moral y Simpatía en la Ética de David Hume

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La Moral en la Obra de Hume

David Hume aborda el estudio de la moral en el libro III del Tratado de la naturaleza humana y en las Investigaciones sobre los principios de la moral. La teoría moral de Hume es una parte esencial de su proyecto de construir un saber de la naturaleza humana. La ciencia de la naturaleza humana no concluye con la explicación del conocimiento, sino que debe incluir una justificación de los principios de la conducta humana.

Crítica al Racionalismo Moral

La teoría ética de Hume parte de la negativa a aceptar que la razón pueda ser el fundamento de la vida moral. El racionalismo, a juicio de Hume, incurre en un error al confundir el ámbito de la filosofía teórica y el de la filosofía práctica. La filosofía teórica se ocupa del “ser”; la filosofía práctica del “deber ser”. A la ética no le interesa cómo son de hecho las cosas o las conductas, sino cómo deberían ser. Este error se denomina “falacia naturalista”.

El principal argumento contra la concepción racionalista de la moral lo obtiene de la misma consideración de la moral. La moral es un conjunto de juicios con los que se pretende que se hagan unas cosas y se eviten otras. Ahora bien, Hume considera que la razón es incapaz de influir en la conducta. Además, la moral no puede reducirse a hechos, ya que los juicios de hechos describen lo que ocurre, pero no hacen valoraciones sobre ello.

El Sentimiento como Fundamento de la Moral

El fundamento de la moral se encuentra en el sentimiento. El sentimiento moral es un sentimiento de aprobación que experimentamos respecto de ciertas acciones y maneras de ser de los seres humanos. Es un sentimiento universal, compartido por todos, natural y desinteresado. Hume acepta que la razón interviene como árbitro en las cuestiones que surgen en la vida moral, pero es el sentimiento el que decide nuestras motivaciones. Por eso afirma que “la razón es, y ha de ser, tan solo esclava de las pasiones, y no puede pretender otra tarea que servirlas y obedecerlas”.

El bien es algo agradable y el mal algo desagradable, por lo que juzgamos una acción como buena porque produce placer. No se dice que algo es bueno porque resulte agradable, sino que al sentir que algo es agradable se considera bueno. Hume llama virtud a “toda acción o cualidad mental que da al espectador el sentimiento placentero de la aprobación” y añade “llamo vicio a lo contrario”.

La Simpatía y el Utilitarismo en la Ética de Hume

Otro elemento importante en la concepción humana de la moral es la simpatía. Es una capacidad de la naturaleza humana que nos permite ponernos en el lugar del otro y comprender sus sentimientos. La simpatía nos permite emitir juicios morales sobre acciones que no hemos experimentado, pero que conocemos a través de otros. Ella despierta en nosotros sentimientos como la compasión, que nos hacen reaccionar ante el bien o el sufrimiento de los demás.

La ética de Hume también es utilitarista, pues afirma que la inclinación de la naturaleza humana hacia el bien proviene de la utilidad para la vida social. Agrada y, por tanto, aprobamos lo que es socialmente útil o beneficioso, y nos desagrada lo que es perjudicial para la sociedad.

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