El Emirato Omeya de Córdoba: Consolidación y Desarrollo Estatal

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Abd al-Rahmán I: Consolidación del Emirato

Para asegurar el control, Abd al-Rahmán I estableció una guardia personal subyugada directamente al poder del emir, lo que contribuyó a la centralización del estado. Esta política requería abundantes recursos financieros.

Sabemos que Abd al-Rahmán I intervino en la imposición fiscal, elevándola notablemente, especialmente sobre los dhimmis (comunidades no musulmanas protegidas). También llevó a cabo una significativa confiscación de tierras, lo que implicó el fin del Pacto de Tudmir y la retirada de aldeas y villas a los partidarios de la familia de Pityza. Además, confiscó los bienes públicos.

Estos cambios no deben considerarse bruscos, sino que se enmarcan en un proceso de profundización de la centralización del estado de Córdoba y una progresiva sirianización de sus estructuras administrativas.

Durante su etapa, se impulsó una gran política constructiva, destacando:

  • La fundación de la Primera Mezquita de Córdoba.
  • La refortificación de la ciudad.
  • La construcción del Alcázar.

Desde el punto de vista político, su reinado supuso un mayor grado de independencia para Córdoba, que dejó de depender del poder superior del califa de Bagdad.

Hisham I: Pacificación y Continuidad

Durante el gobierno de Hisham I, las principales revueltas, lideradas por sus hermanos Sulayman y Abd-Allah, se apoyaron, sobre todo en el caso de Sulayman, en el elemento tribal. Hisham I logró un proceso de pacificación del territorio.

En el ámbito exterior, impulsó la Yihad contra los reinos y núcleos cristianos de la zona septentrional. Asimismo, continuó con la política constructiva iniciada por su padre.

Al-Hakam I: Transformación Social y Desafíos

Al-Hakam I fue un continuador de la política de su abuelo Abd al-Rahmán I y su padre Hisham I. Su reinado presenció una gran transformación social en Al-Ándalus. A principios del siglo IX, la sociedad andalusí se organizaba cada vez más desde el punto de vista estatal.

Continuó apoyando a su familia, los Marwaníes, y fomentó su incorporación en la élite aristocrática árabe de Al-Ándalus. Igualmente, siguió profundizando en la obtención de recursos extratribales, estableciendo nuevos impuestos sobre los dhimmis y las clases marginadas, como los artesanos.

Se constataron importantes revueltas a partir del año 805, como la del Arrabal de Córdoba (Sahit al-Suq), donde el emir ajustició a los cabecillas de la conjura. Estos eventos reflejan una progresiva evolución hacia una sociedad urbana.

El resto de su gobierno, tras sofocar las revueltas, fue relativamente pacífico.

Abd al-Rahmán II: Esplendor y Consolidación Estatal

La etapa de Abd al-Rahmán II es considerada un periodo de esplendor andalusí, a pesar de algunos brotes de rebeldía en Al-Ándalus.

Desafíos y Acontecimientos Clave:

  • Las incursiones vikingas (normandos), que representaron una nueva amenaza externa.
  • El movimiento de los Mártires de Córdoba, un fenómeno religioso y social significativo.

Transformación y Consolidación del Estado:

En esta etapa se produjo una gran transformación social y una organización más coherente del estado. El estado cordobés estaba en un proceso de consolidación muy avanzado, manifestado en:

  • La organización de la Cancillería de Córdoba, dirigida por el Hayib.
  • Una robusta organización fiscal y administrativa, incluyendo la Shurta (policía).
  • El refuerzo de la figura del emir.
  • El desarrollo de los talleres estatales de Tiraz (producción textil).
  • La profesionalización del ejército (Yund).
  • Un notable crecimiento urbano de la ciudad de Córdoba y el surgimiento de nuevos núcleos y ciudades.
  • Una "fiebre constructiva" que, junto al mantenimiento del ejército y la administración, generó altísimos gastos.

Política Exterior:

Desde el punto de vista de la política exterior, el gobierno de Abd al-Rahmán II adquirió una notable visibilidad en el panorama del Mediterráneo Occidental. Se caracterizó por:

  • Cierta oposición al gobierno abasí de Oriente.
  • Una política defensiva respecto al Norte de África.
  • Buenas relaciones con Bizancio.

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