Emilia Pardo Bazán: Su Visión del Naturalismo, Zola y la Literatura Rusa
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Emilia Pardo Bazán y su Postura ante el Naturalismo
Emilia Pardo Bazán expuso sus opiniones sobre el naturalismo en dos textos fundamentales. Su postura inicial se manifiesta en el prólogo de su segunda novela, Un viaje de novios (1881), donde aborda la novedad de esta corriente literaria.
En este prólogo, se declara una escritora realista, considerando este el código más adecuado para escribir novelas. Indica que el naturalismo tiene una estrecha relación con el realismo, ya que ambos buscan representar la realidad. Sin embargo, al margen de esta conexión, Pardo Bazán formula importantes críticas al naturalismo de Émile Zola:
- Temas indecentes: Observa en las novelas de Zola una elección sistemática de temas de moralidad dudosa, lo que considera “repugnante”.
- Descripciones excesivas: Le parecen descripciones excesivamente prolijas que interrumpen constantemente el ritmo de la acción.
- Determinismo frente a libre albedrío: La visión de Zola plantea un fuerte determinismo, donde las circunstancias y el ambiente moldean al individuo. Esto llevaba a muchos autores a escoger personajes desarrollados en entornos desfavorables que los convertían en asesinos o locos. Como católica, Pardo Bazán veía una contradicción insalvable entre el libre albedrío cristiano (la capacidad de elegir el propio camino) y el determinismo naturalista de Zola.
La Cuestión Palpitante: El Debate sobre el Naturalismo
Entre noviembre de 1882 y abril de 1883, el periódico La Época publicó una serie de artículos de la autora, que posteriormente fueron reunidos en el volumen La cuestión palpitante, su texto crítico más conocido. Como su nombre indica, la “cuestión palpitante” era el naturalismo.
- En el primer artículo, titulado “Hablemos de escándalo”, explica cómo el naturalismo había afectado a la moral conservadora de la época. Ella insiste en que su único objetivo es dar a conocer estas nuevas corrientes, aunque no esté de acuerdo con muchos de sus postulados.
- En el segundo artículo, “Entrando en materia”, expone las teorías de Zola, reitera las mismas objeciones que ya había planteado en el prólogo de Un viaje de novios y vuelve a defender el realismo, definiéndolo como un justo medio entre el idealismo romántico y el naturalismo francés.
La Influencia de la Novela Rusa y Otros Hitos
Otro momento crucial en su carrera fue la publicación en 1887 de la obra La revolución y la novela en Rusia. Como aristócrata, Pardo Bazán vivía de su patrimonio familiar y pasaba temporadas en París, lo que le permitió conocer de primera mano las corrientes intelectuales de Francia y Europa. En una de esas estancias, llegó a sus manos la obra Le Roman russe de Vogüé, que traducía del ruso al francés a autores como Dostoievski y Tolstói. Ella observó una profunda relación entre estos textos y sus propias ideas sobre el realismo.
A su regreso, el Ateneo de Madrid la invitó a impartir una serie de conferencias, para las cuales eligió la literatura rusa como tema central. Estas conferencias, que generaron una gran polémica por su novedad, fueron publicadas posteriormente en el libro mencionado.
Muchos intelectuales la acusaron injustamente de plagiar la obra de Vogüé, a pesar de que ella siempre citó sus fuentes. La razón de estas acusaciones era, en parte, su condición de mujer en un mundo intelectual dominado por hombres. Además, generó recelo que fuera ella, y no un diplomático como Juan Valera (quien había estado en la embajada española en Rusia), quien introdujera la literatura rusa en España.
Últimos Años y Legado Crítico
Entre 1890 y 1893, fue redactora de la revista mensual El Nuevo Teatro Crítico, donde incluía críticas de actualidad y reseñas sobre obras teatrales, consolidando su papel como una de las voces críticas más importantes de su tiempo.