La Emancipación Americana y el Trienio Liberal en España (1810-1823)
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La Emancipación de América
Causas de la Emancipación
La independencia de las colonias hispanoamericanas tuvo diferentes causas: políticas, sociales y económicas.
Entre las causas políticas destacan:
- El ejemplo de la independencia de los colonos de América del Norte, que se habían emancipado de Gran Bretaña dando lugar al nacimiento de los Estados Unidos.
- Las ideas difundidas por la Ilustración y la Revolución Francesa.
Desde el punto de vista social:
- Los criollos (descendientes de españoles nacidos en América) estaban excluidos de los altos cargos de gobierno y no contaban para las decisiones políticas importantes, a pesar de poseer un considerable poder económico y social.
Las causas económicas también tuvieron gran importancia:
- El mantenimiento del monopolio comercial español sobre las colonias, que impedía a los criollos comerciar libremente con otros países, perjudicando especialmente a potencias como Gran Bretaña, interesada en acceder a esos mercados.
- Los propios intereses económicos de los criollos, que veían en la independencia la posibilidad de gestionar directamente sus recursos y comerciar sin restricciones.
- La creciente presión fiscal impuesta por los Borbones para financiar sus reformas y guerras, lo que contribuyó al descontento general.
El Proceso de Independencia
El proceso emancipador se puede dividir en dos fases principales:
Primera Fase (1810-1814)
Coincidiendo en gran medida con la Guerra de la Independencia Española, surgieron movimientos insurreccionales en diversos puntos. Los principales centros fueron Argentina (Buenos Aires), México (con Hidalgo y Morelos) y Venezuela (Caracas). Inicialmente, los virreyes y las autoridades españolas lograron contener la mayoría de estos movimientos. Al finalizar la guerra en España y regresar Fernando VII al trono (1814), la situación parecía relativamente controlada por las tropas realistas.
Segunda Fase (1815-1824)
Tras un breve interludio, la insurrección se reactivó y consolidó, haciendo inevitable la independencia colonial. En estos años, figuras clave como Simón Bolívar (en el norte de Sudamérica) y José de San Martín (en el sur), junto a otros líderes como Antonio José de Sucre, lideraron las campañas militares decisivas contra España. En las batallas de Chacabuco (1817), Boyacá (1819), Carabobo (1821), Pichincha (1822) y, finalmente, Ayacucho (1824), los ejércitos insurgentes derrotaron a los realistas. Esta última batalla selló el fin del dominio español en la América continental, quedando bajo soberanía española únicamente Cuba y Puerto Rico hasta 1898.
Consecuencias para España
La pérdida de las colonias americanas tuvo profundas consecuencias:
- Políticamente, relegó a España a un papel de potencia secundaria en el contexto internacional.
- Económicamente, significó la pérdida de un inmenso mercado y de fuentes de materias primas y metales preciosos, lo que obligó a realizar importantes ajustes económicos.
- Diplomáticamente, las relaciones de España con las nuevas repúblicas fueron muy tensas y el reconocimiento de sus independencias fue un proceso lento y complejo que se extendió a lo largo del siglo XIX.
La España de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo
La Desafección Social y Política Post-Guerra de Independencia
La guerra contra Napoleón había cambiado profundamente a la sociedad española. Entre el campesinado crecía la resistencia a pagar determinadas rentas señoriales, abolidas teóricamente por las Cortes de Cádiz pero reinstauradas con el absolutismo. Por otro lado, los sectores adinerados (burguesía, algunos nobles) que habían adquirido bienes desamortizados durante la guerra o el periodo gaditano, reclamaban que se respetase la propiedad de sus nuevas adquisiciones.
Todo ello, sumado a la represión absolutista contra los liberales, favorecía la reivindicación liberal y constitucional. Una de las formas que adoptó esta reivindicación fue el pronunciamiento militar. Estos consistían en el levantamiento de un sector del ejército proclamando la Constitución (generalmente la de 1812), buscando el apoyo civil en las ciudades para forzar un cambio político. Desde 1814 se produjeron diversos pronunciamientos encabezados por mandos liberales (Mina, Porlier, Lacy...), que fracasaron y fueron duramente reprimidos.
El Trienio Liberal (1820-1823)
El 1 de enero de 1820, el pronunciamiento liderado por el comandante Rafael del Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) con las tropas que iban a embarcar hacia América, triunfó. Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución de 1812, dando inicio al Trienio Liberal. Durante este periodo, se recuperó y desarrolló la legislación de las Cortes de Cádiz:
- Supresión definitiva de los señoríos jurisdiccionales, mayorazgos y vinculaciones, lo que permitió liquidar jurídicamente el feudalismo en el campo.
- Se llevó a cabo una nueva desamortización de tierras, esta vez afectando principalmente al clero regular (órdenes monásticas).
- Eliminación de los gremios y, en consecuencia, aprobación de la libertad de industria y de circulación de mercancías, medidas clave para el desarrollo de una economía capitalista.
- Para mantener el orden público y defender el régimen constitucional, se instauró la Milicia Nacional, un cuerpo de ciudadanos armados de ideología liberal.
- También se procedió a una nueva división del territorio en provincias (1822), base de la actual.
- Asimismo, se promulgó un primer Código Penal (1822), y se planteó el impulso de la educación, que se organizó en tres grados (primario, secundario y universitario).
Conflictos y Tensiones durante el Trienio
El régimen liberal tuvo que enfrentarse a numerosas dificultades:
- La oposición absolutista: La nobleza tradicional y la Iglesia, perjudicadas por la supresión del diezmo, los privilegios y la venta de bienes monacales, estimularon la revuelta (partidas realistas) contra los gobernantes del Trienio, contando con el apoyo encubierto del propio rey Fernando VII.
- Las tensiones entre los propios liberales, que pronto se dividieron en dos tendencias principales:
- Los Moderados (o doceañistas): Gobernaron hasta 1822. Eran partidarios de reformas más limitadas, buscando un compromiso con las élites sociales tradicionales y el rey, y temerosos de una radicalización revolucionaria.
- Los Exaltados (o veinteañistas): En buena medida organizados en sociedades patrióticas, planteaban la defensa sin concesiones de la Constitución de 1812 y la necesidad de reformas radicales más profundas, buscando el apoyo de las clases medias y populares urbanas.
- La intervención extranjera: Las potencias absolutistas de la Santa Alianza vieron con recelo la experiencia liberal española. En el Congreso de Verona (1822), acordaron intervenir. Un ejército francés, los llamados "Cien Mil Hijos de San Luis", invadió España en 1823, restaurando el poder absoluto de Fernando VII sin apenas resistencia.