Elementos de Cohesión Textual y Literatura Española del Siglo XIX: Autores y Obras Clave
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Elementos de Cohesión Textual
Elementos Léxico-Semánticos
- Repetición: Reiteración de palabras.
- Sustitución: Por sinónimos, antónimos, metáforas.
- Palabra baúl: (Todo cabe en ellas) o proformas léxicas (tema, cosa).
- Campos semánticos: Colores, profesiones.
- Familias léxicas: Pan, panadero, panadería.
- Campos asociativos o conceptuales: Dormir, sueño, sábanas, somnoliento.
Elementos Gramaticales
- Elipsis: Eliminación de un elemento que se da por sobreentendido.
- Anáfora: Referencia a un elemento que ha aparecido anteriormente.
- Catáfora: Referencia que aparecerá después en el discurso.
- Paralelismo sintáctico: Construcciones paralelísticas.
- Deixis: Señala elementos de la situación comunicativa.
- a) Personal: Pronombres personales, posesivos.
- b) Social: Relación entre interlocutores y fórmulas de tratamiento.
- c) Espacial: Adverbios de lugar, determinantes y pronombres demostrativos.
- d) Temporal: Adverbios de tiempo, formas verbales.
Marcadores y Conectores Discursivos
- Estructuradores de la información: Para empezar, en fin, en primer lugar.
- Conectores: Expresan relaciones de contenido entre las ideas del texto: sin embargo, así que, y, además, es decir, por ejemplo.
- Marcadores argumentativos: Refuerzan la idea o la concretan: en efecto, de hecho, en realidad, en concreto, en particular.
- Marcadores de actitud o discursivos: Expresan la actitud del emisor ante lo enunciado: en mi opinión, probablemente.
- Marcadores conversacionales: Regulan la comunicación: bueno, vale, ¿sabes?, ¿no?, ¿me entiendes?.
Literatura Española del Siglo XIX
Tendencia Conservadora
Pretenden mostrar el pasado de forma idealizada y aprovechan sus escritos para defender su ideología y sus valores morales.
- Cecilia Böhl de Faber, bajo el pseudónimo de Fernán Caballero, es la autora de "La Gaviota". Coloca dentro de la trama costumbres y escenas de la vida campesina, desde una perspectiva idealizada que pretende demostrar que el pecado conduce a la perdición.
- Pedro Antonio de Alarcón: Comienza como escritor costumbrista y romántico y evoluciona hacia tendencias realistas con "El sombrero de tres picos".
- José María de Pereda: Con "Sotileza" y "Peñas arriba", donde las historias se desarrollan en Cantabria y reproducen personajes, usos y costumbres propios de esa tierra.
- Juan Valera: Desarrolla una corriente esteticista, evitando los elementos que puedan resultar desagradables u obscenos, pero aplicando técnicas realistas. Como ejemplo, su obra "Pepita Jiménez", en la que realiza un magnífico estudio de la psicología femenina.
Tendencia Progresista
- Benito Pérez Galdós: En sus Episodios Nacionales, que escribió a lo largo de toda su carrera, reconstruye la historia de España en el siglo XIX, desde Trafalgar hasta la Restauración borbónica. Con ellos nace una nueva forma de novela histórica en la que se mezcla la realidad y la ficción, pero de forma verosímil. Se basa en una rigurosa documentación histórica. En su obra encontramos tres etapas: las novelas de tesis (Doña Perfecta), que muestran su oposición a las posturas conservadoras; las novelas contemporáneas, donde el realismo alcanza su máxima perfección, con Fortunata y Jacinta, en la que se dibuja un fresco del Madrid de la época con todas sus clases sociales; y una última etapa con novelas más morales y espirituales, como Misericordia.
- Leopoldo Alas Clarín: Cultivó los cuentos, como "¡Adiós, Cordera!", pero consiguió como novelista la obra de mayor trascendencia del realismo español, La Regenta, muy influida por el naturalismo.
Naturalismo en España
La Regenta nace íntimamente ligada al naturalismo. Esta tendencia artística, emparentada con el Realismo, surge en Francia de la mano de Émile Zola y se desarrolla en España a partir de 1870. En ella, se afirma que el ser humano está determinado por su herencia biológica, además de por su educación y experiencias. Así, Ana Ozores actúa como actúa porque no puede evitarlo, lo ha heredado de su madre. Otra autora que cultivó el naturalismo en sus novelas e incluso teorizó sobre él (en La cuestión palpitante), será Emilia Pardo Bazán, con Los pazos de Ulloa, y Vicente Blasco Ibáñez, con Cañas y barro.
Posromanticismo
Si atendemos a la poesía de la segunda mitad del XIX, vemos cómo siguen escribiendo poetas románticos como José Zorrilla y Carolina Coronado, pero se impone el posromanticismo, caracterizado por el intimismo, la sencillez métrica, la asonancia y la influencia de la poesía popular. Destaca en este campo Gustavo Adolfo Bécquer, con sus Rimas, en las que nos presenta la autobiografía amorosa del autor y que fueron agrupadas en cuatro temas: la poesía, el amor, el desengaño y la angustia. En prosa, sus Leyendas representan lo sobrenatural y misterioso. Rosalía de Castro (En las orillas del Sar), alterna en sus obras el gallego y el castellano. Escribe una poesía dolorida por no encontrar su lugar en el mundo.
Teatro
En el teatro, el público ha disfrutado muy recientemente (1844) de los dramas de José Zorrilla (Don Juan Tenorio) y en esta segunda mitad de siglo, verán la luz otros dramaturgos como Tamayo y Baus, (Locura de amor), que empiezan cuando triunfan los románticos y evolucionan hacia un cierto realismo. José Echegaray, primer premio Nobel de Literatura español, escribió melodramas como El gran galeoto y dramas como Mariana, centrados en el análisis psicológico de los personajes.