Elementos Clave de la Arquitectura Gótica: Luz, Verticalidad y Geometría
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La Estructura del Edificio Gótico
Considerado en su conjunto, el edificio gótico presenta una serie de elementos —nervios, pilares, arbotantes y contrafuertes— que forman el esqueleto del edificio y son los responsables de su estabilidad. El resto —plementos de la bóveda y muros— son básicamente elementos de cerramiento, que pueden abrirse y ser sustituidos en parte por vidrieras que inundan de luz el interior. Se dará, pues, un predominio del vano sobre el muro. Vanos que serán ocupados por ventanales apuntados que, con el avance del estilo, irán complicando las tracerías internas que albergan las vidrieras.
La Luz como Elemento Esencial
Pero los elementos técnicos no son suficientes para definir el estilo; se ha de insistir en la utilización de la luz como algo esencial en el gótico. El muro da la impresión de que fuera poroso, la luz se filtra a través de él, penetrándolo, fundiéndose con él, transfigurándolo gracias a las vidrieras que, estructural y estéticamente, no son vanos abiertos en el muro para permitir que pase la luz, sino muros transparentes.
La Verticalidad y su Simbolismo
Junto a la luz, la verticalidad, fundamental en el estilo, parece dar una dirección inversa a la fuerza de la gravedad y acerca a Dios. Para aumentar ópticamente la sensación de altura, los arcos apuntados comenzaron a rematarse con formas triangulares superpuestas, denominadas gabletes; las torres se coronaban con grandes agujas que semejaban conos gigantes y los contrafuertes culminaban en pináculos cada vez más ornamentales.
La Base Geométrica del Gótico
Por último, cabe señalar su base geométrica, plasmada en los dibujos de Villard de Honnecourt, con predominio de valores lineales y, por tanto, geométricos que dan a cada uno de los elementos visibles una función que cumplir, y esa función se plasma a través de su forma.
La Planta y el Alzado en la Arquitectura Gótica
En planta, el esquema dominante será el longitudinal, aunque de proporciones considerables, de tres o cinco naves y crucero. Las innovaciones están en el enorme desarrollo que adquiere la cabecera, sobre todo en Francia: tiene un presbiterio más o menos grande envuelto en una girola sencilla o doble y capillas exteriores.
El alzado se hace dando una mayor altura a la nave central que a las laterales. La tribuna es sustituida por un triforio de ventanas (pequeña galería ciega que recorre el edificio por encima de los arcos de separación de las naves). La supresión de la tribuna permitió elevar la altura de la nave hasta límites insospechados. Sobre él se suele situar otra fila de ventanales, el claristorio. De este modo, el muro quedó dividido en tres partes muy diferenciadas: arcos de separación, triforio y claristorio.