La Elegía Latina Clásica: Estudio de Tibulo, Propercio y Ovidio
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La Poesía Elegíaca Romana: Tibulo, Propercio y Ovidio
Tíbulo
Tíbulo procedía del Lacio y de una familia adinerada del orden ecuestre que había sufrido las confiscaciones del Segundo Triunvirato. Figuró en el círculo de Marco Valerio Mesala Corvino, de quien era íntimo amigo y al que dedicó un famoso panegírico que se ha conservado.
Contexto y Actitud Antimilitarista
Combatió en la guerra civil en el bando de Augusto, pero enfermó y tuvo que abandonar la contienda. Quizá de esa experiencia proviene su poco amor por la guerra, lo que se traduce en su característica actitud antimilitarista.
Relaciones Literarias
Entre sus amigos estuvieron también otros poetas pertenecientes al círculo de Mecenas, como Horacio, Virgilio, Propercio y el joven Ovidio, que dedicó a su muerte una sentida elegía. Si exceptuamos a Cornelio Galo, el que con toda seguridad fue el primer elegíaco romano (del que apenas conservamos ningún verso), la poesía elegíaca comenzó formalmente con Tíbulo.
Obra y Estilo
De los tres libros que conservamos (el Corpus Tibullianum), solo dos son indiscutiblemente suyos:
- El primero, dedicado a Delia (su amor perdido).
- El segundo, dedicado a Némesis.
Los rasgos que característicos de la poesía de Tíbulo son:
- La expresión sincera de su sentimiento amoroso.
- Cierto bucolismo.
- La actitud antimilitarista.
- El cultivo de la forma, que en las últimas composiciones resulta algo retórica y erudita.
Propercio
Propercio escribió cuatro libros de elegías. Su obra se divide temáticamente:
Libros I-III: El Amor por Cintia
Los tres primeros libros se centran en su amor por Cintia, cuyo nombre real sería Hostia. Es una poesía fogosa y apasionada. Responde a un fuerte sentimiento y a la pasión enfermiza que siente por ella. Él mismo se reconoce cautivado, subyugado y vencido ante su amada.
Libro IV: Temas Romanos
En el cuarto libro, Propercio, que ya ha roto la relación con su amada, da cabida a temas relacionados con leyendas romanas. Escribe poemas laudatorios a Roma, a Augusto y a sus progresos.
Ovidio
Ovidio escribió las siguientes obras elegíacas:
Elegías Amorosas: Amores
Son tres libros de elegías en los que Ovidio cantó los amores de una tal Corina, de la que no se sabe si fue una mujer real o una mezcla de diferentes mujeres que Ovidio conoció. Lo hizo de una manera mucho más retórica y menos apasionada que sus predecesores.
Elegías del Destierro: Tristia y Epistulae ex Ponto
Ambas obras fueron escritas durante su destierro en Tomis, en los confines del imperio. En las Tristia, narra su despedida de Roma camino del destierro y las condiciones de su exilio.
Tanto en unas como en otras, hay adulaciones al emperador, súplicas a su esposa y recomendaciones a sus amigos, destinadas a conseguir el retorno a Roma, cosa que no consiguió nunca. Todas estas obras tienen un tinte apesadumbrado y quejumbroso que llega a cansar. Ovidio se repite y se rebaja una y otra vez con tal de conseguir volver a Roma.