Egloga y lazariloo

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GARCILASO DE LA VEGA
VISIÓN GENERAL DE LA POESÍA RENACENTISTA: Creación Poética à se ajusta al concepto de IMITATIO; No sólo los modelos anteriores, sino también las disciplinas de la preceptiva literaria, (la retórica y la poética), canalizan la actividad de los autores conscientes de su técnica; Para estudiar este momento, la poesía española SE HA DIVIDIDO EN DOS ESCUELAS ANTAGÓNIAS: Salmantina y Sevillana
 Aunque suele postularse un enferntamiento entre italianizantes y tradicionalistas, el petrarquismo no implicó la pervivencia de la raíz hispánica tradicional y culta.
Los rasgos que presenta el producto de esta confluencia de corrientes son:  Predominio del asunto amoroso. (petrarquista y neoplatínco).  La mitología.  La naturaleza. MÉTRICA: 
El endecasílabo italiano (a menudo alternado con el heptasílabo) à da lugar a à diversas combinaciones estróficas que sirven de vehículo a los géneros, clásicos y petrarquistas, que suelen disponerse según el modelo Canzoniere de Petrarca.

CAUCES DE DIFUSIÓN de esta poesía: sólo excepcionalmente circula impresa en poemarios individuales.

GÉNEROS POÉTICOS DEL SIGLO XVI:

El PETRARQUISMO: canaliza esta diversidad de tendencias imprimiendo un sello común. Aglutina las corrientes derivadas de Petrarca (en especial de sus canciones y de sus seguidores). En España, el petrarquismo dará sus propios resultados y evolucionará por cuenta propia sin emanciparse del influjo italiano que se renueva constantemente.

PRINCIPALES GÉNEROS PETRARQUISTAS:
Son: EL SONETO Y LA CANCIÓN
 Con el ejemplo italiano, darán lugar en la poesía española a una abundante producción especializada en el tema amoroso (sin excluir otras materias).

DE LA POESÍA CLÁSICA: 
Se adaptan (con sus correspondientes formas estróficas): , la oda, elegia(de catacter epistolar) y la epistola.
-Que se integrarán con funciones precisas:  Reflexiones morales; Lamento o funeral amoroso; Reflexiones morales y observaciones satíricas.

Al igual que las narraciones pastoriles, LAS ÉGLOGAS: Se remontan a TEÓCRITO y VIRGILIO (mediatizados por la Arcadia de Sannazaro). 
El paisaje arcádico sirve de MARCO a la égloga: género versátil en cuanto a modalización, estilos y motivos temáticos, unificados por el permanente conflicto amoroso tratado en relación con la naturaleza.

LA RAÍZ HISPÁNICA pervive en la poesía cancioneril y en el romancero (géneros que será objecto de recopilaciones).

MODELOS TRADICIONALES: experimentan una renovación.

ROMANCE: renueva sus moldes métricos y potencia los ciclos (morisco y pastoril). La épica adquiere cierto desarrollo. Dentro de la producción de este género destaca: La Araucana de Ercilla.

3.EL MODELO GENÉRICO: LA POESÍA DE GARCILASO:

- La obra de Garcilaso, instaura en las letras españolas: metros, temas, de la poesia italianizante y fija un canon; Las técnicas, permanecerá como referente a lo largo de Siglo de Oro.

- Puede determinarse la DIVISIÓN DE SU POEMARIO EN LAS SECCIONES: petrarquista, cñasica y bucólica.

-Sonetos y canciones formarían el cancionere fragmentario en el que se acogen elementos ajenos al Petrarquismo.

- Sección clásica : agrupa oda, elegías y epístola.
- Sección Bucólica clásica : derivan de aquí las tres églogas. Caracterizadas por la armonía del pastor con la naturaleza que sirve de escenario a una casuística amorosa de tipo petrarquista.

- La obra de Garcilaso, comprende asimismo composiciones octosilábicas y ensayos neolatinos.
4. LAS ÉGLOGAS I Y III DE GARCILASO:
- Garcilaso introduce el GÉNERO PASTORIL y propone, en cada una de sus tres églogas una modalidad diferente: 
ÉGLOGA I: Escrita en estancias. El poema se presenta como un canto órfico que actúa sobre la naturaleza. - Sigue el modelo bipartito de la bucólica VII de Virgilio para dividir el poema en dos cantos: Nemoroso y Salicio, dedicados respectivamente a lamentar la infidelidad de Galatea y la muerte de Elisa. 
La percepción de la naturaleza y la vida pastoril, centrales en la égloga clásica, se funden con los modos petrarquistas, que elevan a un primer plano la temática amorosa. - Si la tradición clásica suministra los tópicos pastoriles así como la configuración de la voz poética (especialmente en el exordio y en la transición) Petrarca y el petrarquismo inspiran la representación de la amada como ser inaccesible y cruel, o bien angelical y divina. - El escenario pastoril cobra vida para conmoverse antes las quejas del yo y participar activamente en su dolor. 
ÉGLOGA III: Su forma métrica es la Octava Real.  - Muestra un arte consciente, a través de las declaraciones metapoéticas del exordio, que proporciona una apología del género bucólico, y con el dominio de las posibilidades del género. - Escenario: La Rivera del Tajo. - Este poema presenta una ESTRUCTURA DUAL, de divisiones simétricas.  La primera parte: aplica la técnica descriptica de la Ekphrasis o representación de una obra de arte para visualizar en los tapices bordados por las ninfas tres cuadros mitológicos (propósito plasmar sus efectos visuales), a los que sigue la escena de la muerte de Elisa, que queda así elevada a la categoría de mito. El Pathos creado por el duelo general, se quiebra con la llegada de los pastores, que entonan un canto amabeo en elogio de sus respectivas amadas. Ambos núcleos, aparentemente aislados, se conectan a través de la presencia de las ninfas.



LAZARILLO DE TORMES
La variedad de géneros, prosísticos del siglo XVI puede ordenarse en dos categorías:
-La prosa didáctica, que cristaliza en géneros ensayísticos como el dialogo, la epístola
-la miscelánea en los que la envoltura literaria se supedita a una finalidad doctrinal.
En la prosa, el término romance, aglutina una serie de géneros, en los que la libertad de invención se equilibra con el formulismo constructivo.
El diálogo en clásico es recuperado en el renacimiento, que con la mediación de las recreaciones humanísticas incorpora el género a la literatura. Tanto en Italia como España se siguen los modelos platónico, ciceranio, y lucianesco, fuentes de temas planteamientos y técnicas. Del amplio repertorio de obras adscritas al género, destacan las que se sirven del molde dialógico, para verter las ideas erasmistas.
Las ediciones del Lazarillo aparecidas en 1554 derivan de una editio princeps perdida, de la que toman la división en tratados, los epígrafes, no siempre adecuados con el contenido del capítulo, y el desconcertado titulo general. No lejos de la fecha de impresión se sitúa la de escritura.
Las diferentes propuestas de autoría, declinan ante la condición anónima que parece reclamar esta autobiografía presentada como carta apócrifa.
Entre las fuentes de la obra, destacan el Asno de Oro, de Apuleyo, así como la tradición de las cartas mensajeras y el folclore que se adapta al servicio de la eficacia narrativa.
La obra consiste en una autobiografía, en la que Lázaro adulto, evoca toda la trayectoria que explica el caso, su situación de deshora conyugal. Este ambiguo propósito se concilia con la apariencia narrativa, que el narrador logra limitándose a la percepción del protagonista.
El estilo se bifurca en dos registros, unificados por las pretensiones de comicidad y el dominio del sermo humilis. La proyección de todo el relato hacia ese caso final, confiere a la obra una estructura simétrica, a la que se superponen módulos ternarios en la ordenación de los diferentes amos y episodios. La obra, también contiene elementos de crítica de la sociedad y religión contemporáneas.
A pesar de que le Lazarillo no tuvo una repercusión inmediata, su fórmula seria recuperada por una obra posterior, Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. La fusión de rasgos de las dos obras fundacionales del género, establece un canon picaresco en el que el molde autobiográfico sirve para narrar las peripecias del personaje protagonista y retratar su vileza.
Por el peso del contenido doctrinal, al que se supeditan las aventuras del pícaro, El Guzmán se presenta como obra comprensible encaminada a demostrar el reconocimiento del libre albedrío y la posibilidad de salvación.
La primera persona narrativa, mantiene un coherente discurso de la evocación de su pasado. El modelo así constituido se suplanta en el Buscón, cuya consideración dentro de la picaresca requiere manejar un concepto flexible de la categoría, y admitir su interacción con otras tradiciones, fundamentalmente la satírica.
La obra está hecha en anonimato. Nacida como carta apócrifa, mantiene hasta el momento esa condición, sin que ninguna de las atribuciones tutoriales convenza plenamente. Está presentada como autobiografía que recurre a la ficción de la carta, dirigida a un destinatario al que se le apela como Vuestra Merced. Este recurso adquiere carácter de epístola hablada, que se manifiesta en los indicios de oralidad incorporados al relato. Desde el presente en que se escribe la carta se evoca al pasado, condicionado por el momento actual. Incluso el acto de escribir la carta constituye una fase más de la vida de Lázaro. La forma epistolar se incorpora como parte de la autobiografía, en una suerte de novelización del punto de vista. Toda la narración se orienta en relación al caso, pretexto a la vez que asunto de la obra y condicionante del proceso selectivo de sus episodios.
El proceso culmina al final de la obra, cuando se desvelan datos hasta entonces silenciados: el tipo de oficio de que se ha jactado repetidamente el narrador carece de toda estima social, ya que consiste en pregonar vinos y lo desempeña precisamente un personaje que consiente el adulterio de su esposa y aprovecha el molde de la carta para divulgar su deshonor. Solo el desenlace permite advertir el cinismo y vileza del protagonista, cuyas postreras revelaciones arrojan nueva luz sobre su ambigua biografía.
La técnica narrativa se adapta a las convenciones del molde epistolar de modo que el narrador se ciñe a la percepción del personaje con verosimilitud y realismo.
La unidad de composición se logra a través del entrelazamiento de motivos, continuados a lo largo de la obra, o dispuestos entre el principio y el final. El esquema ternario parece presidir la arquitectura de la obra, tanto en la relación y agrupación de capítulos como en su división que discurre predominantemente por tres fases. La lengua y el estilo de la obra se amoldan a su designo, traducido en el semo humilis para mantener el decoro que exigían la índole del personaje y el asunto.
La prosa del Lazarillo se adapta a las situaciones, enfatizadas a través de acumulaciones y subordinaciones, cuando las descripción de una acción requiere un estilo abundante, Suele evitarse el hipérbaton y se tiende a encerrar las reflexiones y sentencias en frases breves, rematadas por juegos de palabras o ironía.

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