Educación Especial y Modernidad: Orígenes y Evolución del Modelo del Déficit
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La Modernidad y el Surgimiento de Instituciones de Control Social
La Modernidad trajo consigo la necesidad de crear aparatos administrativos e instituciones de socialización y resocialización que pudieran garantizar el mantenimiento de los elementos fundantes de la estructura social ideal. Esta red de dispositivos administrativos e institucionales se encarga principalmente del control del comportamiento humano dentro de los entornos sociales en que se desenvuelve.
Desde la perspectiva de Foucault (2001), algunas de estas estructuras, como parte del poder, actúan a través de la diferenciación social en búsqueda del mantenimiento de la norma. Se parte de la consideración de que la única forma de evitar los estragos de las inevitables enfermedades (físicas, psíquicas y sociales) son las clasificaciones y la corrección de los desvíos. Es decir, están destinadas a la intervención y transformación del ser humano a través de los principios de calificación y corrección para el mantenimiento de la norma.
El Rol de las Instituciones: Hospitales, Cárceles, Manicomios y Escuelas
Surgen de esta manera los hospitales, cárceles, manicomios y escuelas como espacios para el uso del poder sobre grupos sociales que necesitan mantenerse dentro de los parámetros de normalidad aceptados. Cada una de estas estructuras debería cumplir la función específica de establecer los límites de los sujetos que, ya no considerados individuales, sino sociales, podían transgredir o transgreden reglas sociales, poniendo en peligro el funcionamiento óptimo de la humanidad en tiempos modernos.
La Escuela como Reproductora del Status Quo
El papel asignado a la escuela fue lograr la preservación y reproducción del status quo del sistema. Las funciones de la educación y, por ende, de la escuela, son la legitimación del poder estatal, la formación de cuadros dirigentes, la reproducción de la fuerza de trabajo y la transformación de los medios de producción. El paradigma de las sociedades modernas privilegia los procesos de educación formal a través de la conformación de sistemas educativos que se valen de la escuela como centro de acción. Esta última se constituyó en un pilar para el desarrollo y la preservación de los valores fundantes que sostendrían la organización social y permitirían su desarrollo dentro de los parámetros esperados.
La Universalización de la Educación y el Paradigma Comeniano
El concepto moderno de igualdad entre los seres humanos condujo a la expansión y democratización de estos sistemas educativos bajo la creencia de que todos deberían ser socializados según un patrón único, sin distinción de su raza, sexo, origen social o religión. La universalización de la educación, como utopía totalizadora, se convirtió en el norte de las organizaciones escolares a partir de lo establecido por el discurso comeniano de: "es posible enseñar todo a todos" (Comenius, 1984).
El paradigma comeniano, como núcleo del discurso pedagógico moderno, se opera en la escuela a través de los dispositivos fundamentales que Barquero (ob. cit.) considera pueden resumirse en:
- (a) La inclusión universal.
- (b) La creación de un colectivo de educandos, en el que se asumió a la infancia y se consideró el lugar del no saber.
- (c) La presencia de un régimen de trabajo, de regulación de espacios y tiempos relativamente homogéneos.
- (d) La creación de un método único de enseñanza.
- (e) La detección, en consecuencia de la ineficacia del método, de los no educables.
Homogeneidad vs. Diferencia: El Surgimiento de la Categoría "Fracasados Escolares"
De esta forma, la escolaridad asume la uniformidad de los ritmos de aprendizaje de todos los alumnos, establece una trayectoria lineal de los itinerarios formativos uniformes a través de la simultaneidad sistémica. La igualdad se volvió equivalente a la homogeneidad; la diferencia se cristalizó como alteridad respecto a la homogeneidad.
En este sentido, la institución escolar ha establecido niveles promedio de rendimientos y de ritmos de trabajo que convierten a cualquier alumno en distinto por no seguir esos estándares. La homogeneización de la práctica escolar conduce a la creación de la categoría de "fracasados escolares", los cuales no pueden cumplir con el estándar de cultura y de rendimiento o no son capaces de progresar de acuerdo con su ritmo de funcionamiento.
La Creación de Instituciones para "Niños Anormales"
"Todo este pelotón de inadaptados, de retrasados, fueron englobados bajo la rúbrica de niños anormales (...) Para estos niños y jóvenes, catalogados como anormales y delincuentes, se crearon instituciones totales de control, de carácter hibrido entre las cárceles, los manicomios y las escuelas: los correccionales y los institutos psicopedagógicos" (Dussel 2004, pp. 103-104).
La escuela común se declara incompetente para educar a la totalidad del grupo humano creado para ella (la infancia, el estudiantado) y recurre a la formación de un régimen alterno que sustituya sus funciones y que mantenga los niveles necesarios de ficción de homogeneidad de la población escolar.
El Nacimiento de la Escuela Especial: Una Utopía Paralela
En consecuencia, el límite de la utopía pedagógica crea una utopía paralela: educar a los no educables. El sistema escolar, de esta forma, halla nuevos dispositivos para el mantenimiento de la racionalidad del sistema y nace entonces la escuela especial, como lugar de los diferentes en el contexto escolar. Surge a partir de las limitaciones de la escuela moderna para cumplir la utopía fundante: enseñar todo a todos.
Por ello, sin abandonar los dispositivos fundamentales de la organización escolar ya existente, se construye esta otra institución que debe velar, desde lo educativo, por la consolidación de la sociedad moderna, por la preservación de los valores fundamentales de las organizaciones sociales que, atendiendo a la modernidad, establecen niveles de competitividad y éxito meritocrático.
Características de la Escuela Especial en la Sociedad Moderna
La escuela especial se desarrolló bajo la convicción de que a los niños diferentes les convenían espacios escolares diferentes. Se convirtió en un sistema paralelo, altamente especializado y segregador. Se basó en un modelo centrado en el sujeto como única causa de sus problemas cognitivos y de aprendizaje, apoyado médica y psicológicamente.
Distintos autores (Arnáiz Sánchez, 2000; Barquero, ob. 2003; Blanco, 1999; López Melero, 1997) coincidentemente caracterizan a la institución especial en la sociedad moderna de la siguiente manera:
- Se concentró en el bajo rendimiento y en el déficit, como determinismo científico.
- Tuvo como eje de trabajo la clasificación de los estudiantes con características de déficit semejantes. Mantuvo el lenguaje de la etiqueta como determinador de los emplazamientos de permanencia de los alumnos.
- El apoyo prestado se centró en la exclusión de los alumnos del aula regular para impartirles ayuda especial por cortos o largos periodos.
- El abordaje del déficit se estableció desde una concepción rehabilitadora, individualizada y reeducativa.
- El centro de la acción está en el experto, quien busca un modo de intervención específico.
- Se generaron acciones compensatorias, con un currículo paralelo e incompleto, orientado hacia las incapacidades. Estas prácticas tenían de base la desigualdad y asociadas fuertemente a la escuela como mecanismo de selección.
El Modelo del Déficit y el Surgimiento de la Educación Especial
Este modelo pseudoeducativo, denominado por estos autores como Modelo del Déficit, orientó las acciones de la institución escolar hacia la segregación de los diferentes, hacia su separación de la normalidad, generando la llamada "cultura del hándicap" (López Melero, ob. cit.). Se estableció un territorio nuevo no solo del sistema escolar, sino de la ciencia de la educación, generando el nacimiento de un nuevo campo de estudio paralelo, denominado educación especial y cuya característica principal era, según opinión de Hegarty y Evans (1998), su carácter marcadamente positivista y unidireccional, con procedimientos experimentales controlados, destinados a validar y confirmar los principios teóricos y que parte de la condición deficitaria de los sujetos.
Gracias a la amalgama de todos estos dispositivos, la escuela especial crece y se fortalece en el transcurso de gran parte del siglo XX. Recorre la mayoría de los años de esta centuria con sus dispositivos de poder casi inamovibles, con algunos cambios en el discurso, pero con pocas acciones que apuntaran de manera efectiva a una verdadera transformación del paradigma educativo que la originó.