Educación y Adoctrinamiento en el Franquismo: Análisis Histórico
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El Franquismo y la Educación: Un Giro Ideológico
Con el fin de la República, se desencadenó la Guerra Civil, que terminó con la proclamación de un nuevo estado bajo el régimen de la dictadura franquista. Esto supuso un giro completo en las relaciones Iglesia-Estado, con la expresión ideológica del nacionalcatolicismo.
Ideología del Nacional-Catolicismo
En 1937, la nueva situación política presentaba la necesidad de declarar la religión católica como oficial del estado y dos principios básicos para la enseñanza: el principio religioso y el principio patriótico.
Principio Religioso
De acuerdo con el principio religioso, la educación debía ser esencialmente católica, tanto en centros públicos como privados. Era una asignatura fundamental y sus dogmas debían impregnar y dirigir todo el ambiente y la vida escolar.
Con el fin de dar una orientación fija y uniforme a todos los maestros de España, la Jefatura del Servicio Nacional de Primera Enseñanza inspeccionaba una serie de instrucciones en las que indicaba que:
- El restablecimiento de la educación religiosa no solo significa dedicar unas sesiones semanales a la enseñanza del catecismo e historia sagrada, sino también:
- “A lograr que el ambiente escolar esté en su totalidad influido por la doctrina del crucificado”.
La institución escolar estableció tres normas de actuación:
- La asistencia obligatoria a misa.
- La lectura frecuente del Santo Evangelio.
- La explicación en la escuela de la doctrina social de la Iglesia.
La catolización de la juventud española tenía el objetivo de conseguir que Iglesia-Estado culminaran con la firma del Concordato de 1953.
Principio Patriótico
En cuanto al principio patriótico, se centraba en conseguir una “verdadera unidad de conciencia nacional”. Se oponía a toda idea de respeto a la conciencia del individuo, del maestro y del niño, pues para el nacional-catolicismo el hombre es un ser corrompido por el pecado original, a quien hay que controlar y conducir poniendo orden en su moralidad y conductas.
La institución escolar implantaba la obligatoriedad de cantos populares e himnos patrióticos e introducía actividades como el estudio de biografías, lecturas de periódicos… que despertaran el sentido patriótico. Además, el maestro debía infundir en el niño valores como el sacrificio, la disciplina, la lucha… acompañados de símbolos externos como la bandera, el retrato del caudillo en las clases…
Utilizaban métodos, libros y doctrinas para fomentar el espíritu católico y patriótico, concluyendo así en un patriotismo autárquico, de autosuficiencia nacional.
Estado Fascista y Libertad de Enseñanza
Desde sus primeros momentos, el movimiento falangista denunció una situación española que calificaba de ruina moral, dividida por toda clase de diferencias, odios y luchas.
Primo de Rivera defendió desde el principio la constitución de un fuerte estado fascista, donde no se reconocía ningún derecho, aludiendo a los ejemplos de Italia y Alemania. Así se formó la Falange Española de las JONS para hacer una verdadera revolución que sirviera a las ideas de la patria y justicia social.
En base a esto, se formaron 26 puntos de la norma programática de la Falange, que en relación con los temas de educación nacional y religiosa expresaban lo siguiente:
- Es misión del estado conseguir un espíritu nacional fuerte y todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al ejército nacional y popular.
- La cultura se organiza de forma que no dañe ningún talento por falta de medios económicos (justicia social).
- El movimiento incorporará el sentido católico a la reconstrucción nacional.
Ante la propuesta del estado para monopolizar la enseñanza, el ministro de educación rechazó la idea. Para este, el estado ha de respetar la iniciativa personal como libertad instrumental, pero dentro de los más estrictos principios del fascismo católico español.
Reorganización de los Estudios de Magisterio
El triunfo del franquismo supuso una nueva reorganización de los estudios de magisterio, esta vez de signo claramente regresivo.
Con el triunfo del nacional-catolicismo que siguió a la Guerra Civil, se luchó contra la ciencia y sus profesores. El objetivo era convertir a estos docentes en meros propagadores del idealismo católico. Por tal razón, la ley de 1945 no exigía el título de bachillerato para ingresar en las normales y se liberaba a los clérigos para impartir enseñanza.
La Reacción y el Plan de 1950
La reacción que siguió a estas medidas muestra la actitud conservadora hacia los maestros y la escuela. Se criticaba que la iglesia hubiera perdido su facultad de vigilancia moral sobre los maestros, lo que llevaba consigo la libertad de pensamiento y enseñanza.
Este síndrome tuvo su consolidación con el triunfo nacional católico que siguió a la Guerra Civil. La dictadura derivó en una reforma de la formación de los maestros caracterizada por su empobrecimiento absoluto. El objetivo era convertir a estos docentes en meros propagadores del ideario católico-político del movimiento nacional. Se volvió a implantar un sistema de enseñanza de contenido adoctrinador. En el plan de 1950 aparece otra vez el requisito del bachillerato para tener acceso a la formación en las normales. El maestro retrocedió a la posición del siglo XIX.
Los cambios socio-económicos de los años sesenta hicieron necesario transformar el sistema educativo de conformidad con las exigencias de esta nueva etapa.
Los Planes de 1967 y 1970
Con respecto al plan de 1967, se introdujeron algunas adaptaciones en función de los cambios demográficos, sociales y pedagógicos. Hasta este plan, y con excepción del período republicano, la enseñanza no era mixta. Existían dos escuelas de magisterio: una masculina y otra femenina.
- Existencia de un bachillerato superior.
- Las asignaturas pasaron a llamarse didácticas de…
- Periodo de formación de dos cursos.
- Enseñanza no mixta.
Con respecto al plan de 1970, la Ley General de Educación, planteada por la tecnocracia desarrollista de finales del franquismo, aportamos las siguientes conclusiones:
- Grado de implicación del maestro en la reforma. Cualquier cambio educativo debe tener en cuenta al profesorado.
- Supuso la reconsideración universitaria de los estudios de magisterio como primer ciclo universitario, revalorizando su respuesta social a dos bandas:
- Una salida profesional digna y remunerada.
- El aumento de la escolaridad obligatoria hasta los 14 años para todos los sectores de la población.
Sin embargo, presentaba algunos puntos negativos como:
- Sigue sin resolverse de forma acertada una sólida formación científica.
- Una estructuración por especialidades que no responde a la realidad.
- Un currículum cerrado que no atiende a los intereses personales.
- Escasa atención a la formación pedagógica del maestro. Cada asignatura tiene unos créditos teórico-prácticos.
Las prácticas tenían como objetivo:
- Conocer el sistema educativo.
- La formación del pensamiento práctico del profesor, la autorreflexión y la reflexión compartida.
En cuanto al currículum, Rodríguez esboza algunas discrepancias como:
- La ausencia de la asignatura de filosofía y orientación para ser tutor.
- No se establece ninguna prueba para entrar a los estudios de magisterio.
- Maestros y profesores tienen formación diferente.
- Escasa formación debido a 3 años de duración.