Edmund Burke: Fundamentos del Pensamiento Conservador frente a la Revolución Francesa
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Contexto Histórico y la Obra de Burke
En el contexto de la Revolución Francesa, Europa reaccionó con preocupación, buscando contener la expansión de las ideas revolucionarias.
Edmund Burke, un prominente político whig (liberal) en los partidos políticos tradicionales de Inglaterra, publicó en 1790, un año después del inicio de la Revolución, su influyente texto “Reflexiones sobre la Revolución Francesa”. Esta obra es considerada un texto pionero y el padre del pensamiento conservador moderno.
Burke establece una clara distinción: para él, no hay punto de comparación entre la Revolución Gloriosa inglesa (1688) y la Revolución Francesa.
Críticas de Burke a la Revolución Francesa
Burke articuló varias críticas fundamentales a los principios y métodos de la Revolución Francesa:
La Abstracción de la Libertad
Los franceses, según Burke, se equivocan al defender la gran divisa de la libertad. Para él, la libertad no existe como una abstracción metafísica. Los ingleses, por el contrario, saben que lo que hay que defender son libertades concretas y específicas para individuos concretos. La libertad como concepto abstracto no existe.
La Inexistencia de los Derechos Naturales
Los franceses proclamaban los derechos naturales del hombre. Sin embargo, para Burke, el concepto de derechos naturales no existe. Los derechos emanan de las instituciones y de la evolución política. Cada individuo tendrá solo los derechos que la sociedad en la que vive le reconoce y que, a la vez, se pueden tutelar y defender en dicha sociedad. La cantidad y la favorabilidad de los derechos dependen de la evolución política.
El Concepto Erróneo de Nación
La Revolución Francesa se equivoca con el concepto de nación. Se equivocan cuando piensan que pueden refundar Francia. La nación es el resultado de un compromiso, entre otras cosas, que se forma con el tiempo y va cambiando a través de las generaciones. No es algo que pueda ser creado de la nada por decreto.
El Gobierno de las Mayorías
Quieren promover el gobierno de las mayorías. Para Burke, esto no es inherentemente bueno ni malo; las mayorías son un artificio social que depende del hábito y la costumbre. Es una propuesta más que no tiene mayor valor que otra (es un 'pago por ver', es decir, algo que se acepta sin una base sólida).
Pilares del Pensamiento Conservador de Burke: La Defensa de la Tradición
El gran elemento de cualquier examen de regímenes políticos, según Burke, será la prescripción. La prescripción se entiende como el modo de adquisición de bienes y cosas por el transcurso del tiempo. El transcurrir del tiempo es lo que legitima o deslegitima las instituciones políticas.
Existen otros tres elementos que complementan la prescripción:
La Herencia
El legado que una generación entrega a la siguiente. Es el conjunto de costumbres, hábitos, conductas, y formas de ser y actuar que se transmiten de una generación a otra.
El Prejuicio
Para Burke, no se trata de un juicio negativo, sino que el prejuicio es, en sí mismo, político. Es el sobreentendido social frente al cual cada individuo conserva su estatus y su rol. Es una sabiduría acumulada que guía la acción sin necesidad de una razón explícita.
El Sentido Común
En política, juega un papel crucial. Relativiza las tres características anteriores y no permite que una predomine sobre la otra. El sentido común es el sentido de lo actual; trae siempre al presente estas categorías a fin de mantener la urgencia e interacción con la actualidad.
El Modelo Político Inglés como Ideal
En el Reino Unido se ha logrado algo que incluso Burke reconoce como un modelo político válido y superior. Hay armonía entre tres grandes instituciones: la Corona, los Lores y los Comunes. Gracias a la prescripción, el modelo inglés es considerado por Burke un modelo perfecto de gobierno equilibrado y estable.
Para Burke, la inclinación a conservar y el talento para mejorar son las características del gobernante perfecto. Este no solo se limitará a preservar, sino que también establecerá los fines del Estado, siempre en consonancia con la tradición y la evolución gradual.