Edipo Rey de Sófocles: Ironía, Hybris y Anagnórisis en la Tragedia Griega
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El Edipo Rey de Sófocles: Un Estudio Detallado de la Tragedia Griega
Este estudio se adentra en los momentos cruciales de la obra Edipo Rey de Sófocles, explorando la intrincada red de ironía, destino y revelación que caracteriza a esta cumbre de la tragedia griega.
El Decreto de Edipo y la Ironía Trágica
El episodio comienza con un extenso parlamento de Edipo, en el que se dirige a su pueblo. Desde el comienzo, la ironía se intensifica: «Voy a hablar como si nada supiera de todo lo que se dice, ajeno como estoy al crimen.» Edipo lanza un decreto como rey de Tebas, en el que prohíbe que la gente del pueblo reciba en sus casas al asesino de Layo, el cual debe ser excluido y no debe permitírsele que participe en los sacrificios de los dioses. La más grande ironía es que Edipo desconoce que esas palabras tan duras caerán sobre sí mismo, razón por la cual, al final, él mismo se exilia de Tebas. Es una tragedia porque el héroe desafía la voluntad de los dioses cometiendo hybris. El oxímoron y la ironía son recursos muy característicos de Sófocles. Se aprecia el juego de palabras y la ironía en esta afirmación: «como si de mi padre se tratara.»
Edipo y Tiresias: El Enfrentamiento entre el Vidente Ciego y el Ciego Vidente
Entra un personaje nuevo: Tiresias, un anciano ciego que, sin embargo, tiene la capacidad de ver el futuro y las cosas que los demás desconocen. El diálogo entre ellos comienza de forma amable. Edipo le responde: «¡Oh, tú, Tiresias, que todo saber dominas!» Pero una vez que el anciano se niega a revelar lo que sabe, el diálogo se torna violento e irrespetuoso: «¡Tú, el más perverso y malvado!» Edipo comete hybris al faltarle el respeto al anciano. Este es un rasgo del carácter de Edipo: puede ser calmado y razonable, pero pierde la paciencia fácilmente. Como Tiresias es un anciano respetado, tiene autoridad; y también Edipo la tiene por ser rey. Entonces, en este enfrentamiento hay como una medición de fuerzas. Tiresias conoce toda la verdad, pero teme revelarla por lo que pueda pasarle a él mismo y a Edipo. Nuevamente, la ironía se hace presente porque Tiresias es el ciego-vidente y Edipo es el vidente-ciego. El anciano también se enoja con Edipo y, de a poco, comienza a decir partes de la verdad: «¡Tú eres quien ha deshonrado la sangre que mancha esta ciudad!» Luego le revela la verdad completa: «Digo que el asesino que buscas, el de Layo, eres tú.» Edipo tiene até o ceguera trágica porque la verdad le es revelada por Tiresias de forma completa e incluso este le hace una predicción para el futuro: «Ahora ves bien, pero entonces no verás sino sombra.» Al final del episodio se pone de manifiesto toda la miseria de Edipo: que era hijo y esposo de su mujer, hermano y padre de sus hijos y que había matado a su padre.
Anagnórisis de Yocasta: El Primer Velo Descorrido
En este episodio intervienen Yocasta, reina de Tebas, Edipo y un mensajero que ha venido a comunicarle que quien Edipo pensaba que era su padre, había muerto. La verdad le llega a Edipo desde diferentes fuentes: primero Tiresias y ahora el mensajero, quien le dice que él no era hijo biológico de los reyes que lo habían criado: «porque con Pólibo no lo unía ningún vínculo de sangre.» Surgen datos de su origen que Edipo desconocía, como que le habían atado los tobillos y que había sido abandonado para morir en un monte, aunque este mensajero se apiadó de él y se lo llevó a los reyes de Corinto. Mientras Edipo y el mensajero hablan, Yocasta está presente, escuchando todas esas revelaciones y comprende toda la verdad. Yocasta es la que primero hace anagnórisis, es decir, comprende el lugar que ocupa en las circunstancias que la rodean. Es cuando comprende una verdad importante. Lo sabemos porque intenta hacer que Edipo no indague más: «¡No hagas nada!» y por sus palabras: «¡Ay, ay, desgraciado! Este es el único nombre que puedo darte.»
La Anagnórisis Final de Edipo y el Desenlace Trágico
Mandamos llamar al pastor responsable de llevar a Edipo al monte y, gracias a este, Edipo también hace anagnórisis y se enfrenta con la verdad que antes no había querido ver: «¡Ay, ay! ¡Todo era cierto y se ha cumplido!» Sabemos por palabras del mensajero que Yocasta se suicida y luego Edipo entra a la habitación y «le arrancó los broches de oro con que la reina se había sujetado el manto y entonces se hirió los ojos.» La tragedia se completa porque el héroe cae en desgracia por haber desafiado el oráculo de los dioses. El público que asistía a estas tragedias lo hacía para identificarse con el héroe que sufría y sentir temor de cometer el mismo error. Así se purificaban a través de la catarsis o liberación de las pasiones.