La Edad Media y el Renacimiento: Cambios demográficos, humanismo y difusión del Renacimiento en Europa
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La Edad Media y sus cambios demográficos
La Edad Media es un periodo de tiempo en el que se produce una recuperación demográfica después de la Peste Negra, que provocó una disminución en la población. El aumento de la población generó más tierras, excedentes agrícolas, comercio y artesanía. Este comercio propició la llegada de las letras de cambio para facilitar los intercambios y pagos. Además, se formó la burguesía, que se enriqueció y adquirió poder político. Los reyes también se fortalecieron, volviéndose autoritarios y estableciendo ejércitos permanentes, policías y sistemas de impuestos y justicia.
El humanismo y su impacto en el Renacimiento
El humanismo fue un movimiento que surgió durante el Renacimiento en Europa, en el siglo XV. Revolucionó la forma de pensar, rompiendo con la mentalidad medieval que situaba a Dios en el centro del mundo. Los humanistas dejaron de creer en la Iglesia después de la Peste Negra y comenzaron a buscar información verídica a través del racionalismo y el empirismo. Se produjo un retorno a la antigüedad, estudiando y traduciendo obras clásicas de autores griegos y romanos. El humanismo promovió el antropocentrismo, presentando al ser humano como un ser libre.
La difusión del humanismo
Las ideas humanistas se difundieron gracias a:
- La invención de la imprenta, que permitió la elaboración de más ejemplares de libros en menos tiempo y a menor costo.
- La creación de academias, centros formados por eruditos bajo la protección económica de un mecenas.
- Las universidades, donde se creaban y transmitían nuevos conocimientos.
La técnica tipográfica y la difusión de la imprenta
El nuevo sistema de impresión se basaba en la tipografía, es decir, en la combinación de tipos móviles. Cada tipo era un molde de madera o metal con las distintas letras del alfabeto en relieve, y podía ser reutilizado numerosas veces. Los tipos se colocaban en orden en un mueble llamado caja.
El proceso de impresión constaba de varias etapas:
- Los cajistas componían el texto con los tipos móviles y formaban las páginas.
- Las páginas compuestas se llevaban a la prensa, se entintaba el molde, se colocaba el papel y se imprimía mediante presión.
- Las hojas impresas se dejaban secar.
- Las hojas se pliegan y se ordenan hasta formar el libro, que luego se encuaderna.
La Contrarreforma católica
Para frenar la rápida expansión de la Reforma, la Iglesia católica persiguió a los protestantes y puso en marcha su propia reforma. Se creó la Congregación del Santo Oficio, un tribunal eclesiástico que perseguía a los herejes. Además, se creó un Índice de los libros prohibidos. La Contrarreforma fue un movimiento de renovación de la Iglesia católica que buscaba corregir sus errores y defender los dogmas de la fe católica. En el Concilio de Trento se reafirmaron los principales dogmas y se demostró la voluntad de reformar la administración y la disciplina eclesiásticas. También se reformaron las órdenes religiosas y se crearon otras, como la Compañía de Jesús.
El Renacimiento y su influencia en el arte
El Renacimiento fue un periodo en el que el arte absorbió las ideas humanistas. Los artistas se inspiraron en la Antigüedad y buscaron plasmar la belleza ideal en sus obras. Se preocuparon por el estudio de la naturaleza y la anatomía humana, y se abrieron a nuevos temas profanos. En arquitectura, se tomaron como modelo los edificios grecorromanos, utilizando columnas, arcos, cornisas y cúpulas. En escultura, se representó el cuerpo humano siguiendo los cánones clásicos de proporción y tratamiento del desnudo. En pintura, se introdujo el uso de la perspectiva para dar sensación de profundidad y se pintaron fondos con paisajes arquitectónicos o naturales. Los principales artistas del Renacimiento fueron Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel, Masaccio, Piero della Francesca, Sandro Botticelli y muchos más.
La difusión del Renacimiento en Europa
La influencia del Renacimiento en otros países de Europa se hizo sentir plenamente en el siglo XVI. En Flandes, los artistas tenían un estilo peculiar y poco influenciado por el Renacimiento italiano. En Alemania, la Reforma luterana apartó la pintura de la temática religiosa y se manifestó una clara preferencia por los retratos, paisajes y temas mitológicos. En Francia, el rey Francisco I impulsó el Renacimiento, destacando la arquitectura y las pinturas decorativas de la Escuela de Fontainebleau.