Ecosistemas Litorales Clave: Biodiversidad y Amenazas en Arrecifes, Praderas y Manglares

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Ecosistemas Litorales de Alto Interés

Las zonas litorales albergan ecosistemas de suma importancia. A continuación, se explicarán tres particularmente significativos por su alto interés medioambiental y por encontrarse gravemente amenazados.

Arrecifes Coralinos

Son formaciones producidas por pólipos de cnidarios. Los corales, a pesar de su pequeño tamaño, tienen una enorme capacidad constructora. Los arrecifes coralinos no son otra cosa que los esqueletos externos de innumerables pólipos que viven formando colonias. Son típicos de mares tropicales-ecuatoriales de aguas cálidas (de más de 18 °C), muy limpias y oxigenadas, es decir, muy movidas, y sobre suelos poco profundos. Se encuentran en la costa este de los mares cálidos, ya que la oeste suele ser más fría debido a las corrientes. Los corales viven en simbiosis con unas algas, las zooxantelas. No se conoce con exactitud la relación que hay entre ambas, pero parece que las algas proporcionan alimento (y color) al arrecife. En estos ecosistemas se desarrollan gran cantidad de seres vivos (se calcula que un tercio de las especies marinas). Además, tienen una gran productividad biológica.

Existen tres tipos de arrecifes:

  • Los costeros: muy cercanos a la línea de costa y poco extensos.
  • Los de barrera: algo más alejados y de gran tamaño.
  • Los atolones: de forma circular y que se apoyan en una isla sumergida. Estos últimos, al emerger, suelen dar lugar a islas susceptibles de ser colonizadas por el ser humano.

En la actualidad, los arrecifes coralinos sufren lo que se conoce como blanqueamiento, un fenómeno que consiste en la muerte de algas zooxantelas simbióticas y que puede llevar a la desaparición del arrecife. Su origen se encuentra en la turbidez de las aguas o en su calentamiento. En más de la mitad de las áreas que presentan arrecifes coralinos, estos están gravemente amenazados.

Praderas Marinas

Se trata de prados sumergidos a escasa profundidad cerca de la costa, formados por plantas resistentes a la salinidad y por algas. Se encuentran en todo tipo de mares, pero son más abundantes en los de aguas templadas y cálidas. Su interés ecológico reside en su riqueza y biodiversidad y en que constituyen la base trófica de la que se alimentan gran cantidad de consumidores, además de servir de refugio a muchas especies, sobre todo en sus fases larvarias. Estos interesantes ecosistemas se encuentran, en la actualidad, amenazados por distintas causas:

  • La pesca de arrastre que, con sus aparejos, daña estas praderas.
  • La extracción incontrolada de arenas (para construir playas artificiales) sobre las que se desarrollan las plantas que crecen allí.
  • La contaminación, que hace disminuir su productividad.
  • La introducción del alga asesina que compite con las plantas de dichas praderas.

Una consecuencia de todo esto es la erosión que actúa sobre los suelos de las praderas, haciendo aún más difícil su recuperación.

Cuadro: La Posidonia, el Otro Bosque Mediterráneo

La Posidonia crece sobre fondos marinos arenosos, desde el borde de la costa hasta los 50 m de profundidad y forma el ecosistema más productivo del Mediterráneo. Además de ser la mayor fuente de oxigenación de las aguas de este mar, estas praderas protegen las playas del oleaje y de la resaca.

Manglares

Son bosques sumergidos que se encuentran en zonas tropicales-ecuatoriales. Están constituidos fundamentalmente por el mangle, del que existen más de cincuenta especies entre árboles y arbustos. Los árboles miden unos cuatro metros de altura y disponen de numerosas raíces acuáticas, que les confieren estabilidad suficiente como para mantenerse en pie sobre el suelo fangoso, de color negro debido a la riqueza de materia orgánica y a la abundancia de bacterias. Los manglares constituyen ecosistemas muy importantes por su gran biodiversidad. En este medio habitan numerosas especies animales, tanto acuáticas como terrestres y mixtas. Además, lo intrincado de sus raíces hace que sean un medio idóneo para la cría y el desarrollo de numerosas especies que encuentran en él alimento y protección en las primeras etapas de su vida. Los impactos más graves que sufren los manglares son:

  • La tala para la acuicultura (cultivo de langostinos y camarones).
  • La sobreexplotación maderera.
  • La desecación para la obtención de suelos agrícolas.
  • La pérdida de aportes de aguas dulces.

Todo esto hace que en la actualidad estos ecosistemas se encuentren en acelerada regresión.

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