Duda, Creencia y Vida: Perspectivas Filosóficas de Ortega y Habermas
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En el núcleo de nuestras creencias, se encuentran aberturas, grandes vacíos de duda. La duda auténtica, que no es meramente metódica o intelectual, es una forma de creencia y pertenece al mismo nivel que la arquitectura de la vida. La duda también es una forma de existencia, aunque de naturaleza aterradora. En la duda, uno se encuentra en un abismo, cayendo, lo que representa la negación de la estabilidad.
Creencia según Ortega
Para Ortega, las auténticas creencias son el continente de nuestra vida, no son contenidos particulares de ella. Por eso lanza una afirmación que resume su tesis: las creencias no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. En su opinión, ambos estratos juegan un papel muy diferente en la vida humana.
La Vida como Elección Constante
La vida es un existir indigente en comparación con el ser suficiente de la sustancia o cosa. Ahora bien, en cada momento de nuestras vidas se abren diversas posibilidades para elegir una, y con esta elección nos habremos hecho a nosotros mismos, lo cual significa que el hombre es un ente que se hace a sí mismo.
El Perspectivismo
El perspectivismo mantiene que la realidad no es algo objetivo, sino que se percibe desde una perspectiva individual condicionada por nuestras circunstancias, experiencias y valores. Cada persona posee una visión única del mundo. Esta idea nos lleva a reconocer los límites de nuestro conocimiento, aceptando que no podemos acceder a una verdad universal e inmutable.
El Raciovitalismo
El raciovitalismo prioriza la vida como realidad fundamental. La razón no es un instrumento independiente, sino que debe estar al servicio de la vida, ayudándonos a comprenderla y a vivirla de manera más plena. Ortega rechaza separar entre razón y vida, abogando por una visión que reconoce la importancia de ambas dimensiones.
Ideas y Creencias
Las ideas, según Ortega, son entidades abstractas que surgen del intelecto y se basan en la razón. Son flexibles y pueden modificarse según adquirimos conocimiento. Sin embargo, las creencias son convicciones profundas que se arraigan en la fe o la intuición. Son más resistentes al cambio, ya que forman parte de nuestra identidad y motivación.
Ortega no separa entre ideas y creencias, sino que las interrelaciona. Ambas son necesarias para comprender el mundo y actuar en él.
Las ideas nos brindan herramientas intelectuales para analizar y comprender la realidad, mientras que las creencias nos dan la fuerza y la convicción para actuar en base a nuestros valores.
La dificultad es encontrar un equilibrio entre ambas. Debemos ser críticos con nuestras ideas y estar abiertos a nuevas perspectivas, pero también debemos defender nuestras creencias con firmeza cuando estemos convencidos de ellas.
Trabajo e Interacción según Habermas
El trabajo, según Habermas, se refiere a la acción instrumental orientada a la dominación y transformación del entorno natural y social. Se trata de una actividad racional cuyo objetivo es satisfacer las necesidades humanas.
La interacción se refiere a la acción comunicativa orientada al entendimiento mutuo y la coordinación social. Se trata de una actividad en la que los participantes buscan llegar a acuerdos a través del diálogo y la argumentación.
Para Habermas, ambas formas de acción son necesarias para la vida humana, pero existen en una tensión dialéctica constante. El trabajo puede amenazar la interacción y la libre expresión, mientras que la interacción puede verse limitada por las estructuras de poder y las relaciones de dominación presentes en la sociedad.
La teoría de la acción comunicativa de Habermas busca superar esta tensión y establecer las condiciones para una sociedad ideal en la que la interacción comunicativa libre y racional sea el principio rector.