Dualismo Platónico: Mundo Sensible e Inteligible y la Teoría del Filósofo Rey
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Teoría de las Ideas: Ontología y Epistemología en Platón
¿Todo cambia? ¿Algo permanece? ¿Si todo cambia es posible el conocimiento? ¿Y si algo permanece?
Platón, de acuerdo con Heráclito, defiende que la realidad física es cambiante, material y, por tanto, no se puede conocer, pues el conocimiento consiste en conocer la verdad de una realidad y si la realidad es cambiante es imposible conocerla. Así, contrariamente a los sofistas, que defienden que el conocimiento es imposible, Platón defenderá que sí es posible, pero debe tratar sobre realidades que no cambien. Por esa razón, Platón se ve obligado a afirmar la existencia de dos realidades: la realidad sensible y la realidad inteligible. La realidad sensible está compuesta por entes cambiantes, mientras que la realidad inteligible está compuesta por realidades que no cambian. Todas estas consideraciones las sostiene Platón en su símil de la línea.
Dualismo Ontológico: Mundo Sensible y Mundo Inteligible
La realidad sensible se caracteriza por ser material, y por ser material, es imperfecta y cambiante. Se capta con los sentidos y Platón afirma que se trata del mundo del devenir. Del mundo sensible, ya que es cambiante, obtendremos un saber cambiante, es decir, opinión o doxa.
La realidad inteligible se caracteriza por ser inmaterial, y por ser inmaterial es perfecta e inmutable. Se capta con la razón y Platón sostiene que se trata del mundo del Ser. Del mundo inteligible, dado que es inmutable, obtendremos un saber no cambiante, es decir, conocimiento o episteme.
Platón sostiene que el mundo sensible depende ontológicamente del mundo inteligible, esto es, lo que el mundo sensible tiene de real se debe a que copia o imita el orden perfecto del mundo inteligible. En otras palabras, la realidad sensible depende para ser del mundo inteligible. Esta dependencia es explicada por Platón a través del mito del Demiurgo.
Composición del Mundo Sensible
- Imágenes: Son las sombras o reflejos de los objetos materiales y, por tanto, son cambiantes. Son lo que los sentidos nos muestran.
- Objetos físicos: Son los objetos materiales, y por ser materiales son imperfectos y cambiantes, que pueblan la realidad sensible.
Del mismo modo que el mundo sensible depende para ser del mundo inteligible, las imágenes deben su existencia a los objetos físicos, es decir, las imágenes son copias menos reales que los objetos físicos.
Composición del Mundo Inteligible
Como hemos dicho anteriormente, la realidad sensible depende ontológicamente de la realidad inteligible. Del mismo modo que en la realidad sensible encontramos una gradación de unas realidades con respecto a otras, en la realidad inteligible encontramos también dos tipos de entes. La realidad inteligible está formada por los objetos matemáticos y las Ideas.
- Objetos matemáticos: Son seres inmateriales, perfectos, permanentes e inteligibles. Son menos reales que las Ideas, ya que son múltiples, es decir, son noeta inferiores.
- Ideas: Son seres inmateriales, perfectos, inmutables, inteligibles y eternas. Son las esencias de los objetos del mundo sensible, es decir, todos los caballos del mundo sensible deben su Forma a que copian o imitan de manera imperfecta la Idea de Caballo. Son noeta superiores debido a que son únicas. Son autosubsistentes, no dependen de nada para existir, esto es, son ousías. Platón sostiene que no hay Ideas de objetos o valores imperfectos, sino que están más alejados de los valores positivos. La imperfección es la mala imitación de una Forma o Idea.
Además, las Ideas están estructuradas jerárquicamente. En la cumbre de esa jerarquía se encuentran las Ideas de valores éticos y estéticos, y por encima de ellas, la jerarquía culmina con la Idea de Bien.
La Idea de Bien
La Idea de Bien es el Ser supremo y produce el Ser en todo lo existente, es decir, el Bien tiene prioridad ontológica. Además, la Idea de Bien es el principio unificador de la totalidad de lo existente. A todo esto hay que añadir que conocer la Idea de Bien significa tener el conocimiento máximo, esto es, el Bien tiene prioridad epistemológica, ya que como todo copia o imita la Idea de Bien, conocerla significa conocerlo todo y estar en posesión de la Verdad. Por esa razón no existe Idea de Verdad.
Dualismo Epistemológico: Doxa y Episteme
En clara correspondencia con la gradación de realidades anteriormente descrita, Platón defiende una gradación correspondiente en el ámbito epistemológico. Como hemos dicho anteriormente, del mundo sensible, dado que es cambiante, obtenemos opinión o doxa. En cambio, del mundo inteligible, dado que es permanente, obtenemos conocimiento o episteme.
Grados del Conocimiento
- Eikasía (imaginación): Platón sostiene que el saber acerca de las imágenes se denomina eikasía o imaginación. Eikasía, según Platón, corresponde al estado mental en el nos encontramos cuando tomamos como real las imágenes de los objetos físicos, es decir, cuando consideramos como real lo que nos muestran los sentidos del mundo sensible. Este estado mental es el más alejado de la verdad, pues toma como real los objetos menos reales. Para Platón, es el estado en el que se encuentra la mayoría de la humanidad.
- Pistis (creencia): A lo largo del proceso educativo que debe seguir el filósofo, el alma de éste podrá pasar de un estado mental alejado de la verdad a otro estado más cercano a ella. De ese modo, el alma del filósofo gobernante se encontrará en un estado mental más cercano cuando se aperciba de que los objetos físicos son más reales que las imágenes. En ese momento, se encontrará en el estado mental de pistis o creencia. Según Platón los filósofos presocráticos ya se encontraban en este estado mental, pues para ellos las realidades no se encontraban en la apariencia.
- Dianoia (pensamiento): Sin embargo, es la matemática la disciplina que permite al filósofo desligarse del mundo sensible y tomar como real los objetos matemáticos, esto es, la matemática es una propedéutica para la dialéctica. La matemática es una de las disciplinas en las que se educa el filósofo gobernante. El estado mental en el que se encuentra cuando toma como real los objetos matemáticos se denomina dianoia o pensamiento. Éste sí es episteme debido a que toma como real objetos inteligibles. Según Platón, la dianoia es inferior a la dialéctica debido a que la primera se fundamenta en axiomas, es decir, toma como verdadero enunciados simples y evidentes, que no tienen porque serlo. Además, para conocer los objetos matemáticos, a pesar de ser inmateriales, hay que representarlos en en el mundo sensible. El buen uso de las matemáticas permite al alma del filósofo elevarse hacia las Ideas.
- Noesis (inteligencia): Por último, el sistema educativo concluye con el conocimiento de las Ideas. El método de conocimiento de las Ideas es la dialéctica. La dialéctica se compone de la ironía y la mayéutica. La ironía consiste en que el maestro lleve al absurdo al alumno, en este caso al filósofo, para que se aperciba de que lo que creía como verdadero en realidad no lo es. Una vez que el alumno ha reconocido su propia ignorancia, comienza la mayéutica, que consiste en que el alumno, “dé a luz”, saque de sí el conocimiento gracias a que el maestro le sirve de guía. Este proceso debe culminar con una definición, la esencia o Idea. Esto se debe a que, según Platón, conocer es recordar. Platón defiende que el alma ha preexistido en el mundo de las Ideas y el alma las conoce, pero al encarnarse, se olvida de todo y tiene que recordarlo gracias al sistema educativo. Finalmente, el filósofo que asciende dialécticamente llega a conocer al final la Idea de Bien, por lo que se encuentra en el estado mental de noesis o inteligencia. Esto quiere decir que está en posesión de la verdad, del conocimiento máximo.
La Teoría del Filósofo Rey y la Dialéctica Descendente
Sin embargo, el proceso educativo no acaba ahí. El filósofo no debe quedarse contemplando la Idea de Bien, sino que debe bajar a al mundo sensible a organizar su vida, finalidad ética, y la ciudad, finalidad política, siguiendo el orden perfecto de la Idea de Bien. Platón denomina a esto dialéctica descendente.
La finalidad del sistema educativo para Platón es obtener un gobernante justo y para ello recurre a la filosofía para intentar encontrar un remedio contra los males políticos de su tiempo. Platón defiende la teoría del filósofo gobernante, en la que sostiene que una vez el filósofo, que ha estado sometido a un largo proceso educativo y ha logrado conocer la Idea de Bien, debe “bajar” al mundo sensible a gobernar, esto es, como se ha dicho anteriormente, organizar su vida y la de la ciudad siguiendo el orden perfecto de la Idea de Bien, ya que, según Platón, debido al intelectualismo moral de Sócrates, si conoce el Bien, necesariamente actuará bien, por lo que será un buen gobernante.
Conclusión
En conclusión, Platón recurre a la filosofía para intentar de encontrar una solución a los males políticos de su tiempo. Por esa razón defiende la teoría del filósofo gobernante. El filósofo, que tras un largo y arduo sistema educativo, llegará a alcanzar la Idea de Bien y debido al intelectualismo moral de Sócrates, al conocer el Bien, necesariamente actuará bien, por lo que al descender al mundo sensible será un gobernante justo que organizará la ciudad siguiendo el orden perfecto de la Idea de Bien.