Dualismo Platónico: Ética, Política y la Búsqueda del Estado Ideal

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La temática de este texto está plenamente justificada desde la posición filosófica del autor, en cuanto que el objetivo de Platón era diseñar el modelo de Estado Ideal; el Estado perfecto, en el que reinara la Justicia absoluta. La existencia de una Justicia absoluta implicaba, según Platón, la existencia de “absolutos”, no sólo en el terreno de la ética y de la política, sino también en el de la antropología, la epistemología y la ontología. Ahora bien, como en este mundo todo parecía ser relativo, Platón se vio obligado a postular la existencia de otro mundo en el que colocar los “absolutos”, con lo cual estableció un claro dualismo.

El dualismo de la filosofía platónica se manifiesta claramente a nivel onto-epistémico, pero también puede apreciarse a nivel ético-político.

Mundos Platónicos

  • Mundo inteligible: de entidades absolutas: Ideas (inmateriales, únicas, inmutables) sólo se podría acceder con la inteligencia.
  • Mundo sensible: de entidades relativas: cosas (materiales, plurales, cambiantes) se encuentran las cosas que nos muestran los sentidos.

Las cosas son materiales, plurales y cambiantes. Carecen de verdadera realidad, ya que no permanecen para siempre (nacen y perecen), por tanto, su conocimiento tampoco es verdadero; es un conocimiento aparente o relativo (doxa). En el mundo inteligible (o suprasensible) se encuentran las Ideas que nos muestra la inteligencia. Frente a las cosas materiales, plurales y cambiantes, cada Idea se caracteriza por ser inmaterial, única e inmutable (y por tanto eterna). Constituyen las verdaderas realidades (perfectas, inmutables, eternas), el auténtico ser, y, por tanto, son el objeto del conocimiento verdadero (episteme). Las Ideas platónicas no son productos psicológicos de la mente humana, sino que existen en sí, independientemente de que las pensemos o no. Son los arquetipos o modelos ideales de las cosas (su esencia), pero existen independientemente de ellas.

Hay que destacar que Platón no se limitó a señalar la distinción entre los dos mundos; también afirmó la superioridad del mundo inteligible, provocando el total desprecio hacia este mundo material sensible. Como, en sintonía con su ontología, Platón concibió al ser humano como un ser dual, es decir, compuesto de dos sustancias: una perteneciente al mundo sensible (el cuerpo material) y otra perteneciente al mundo inteligible (el alma racional), dotó de características positivas y divinas al alma, mientras que despreció y responsabilizó al cuerpo de los males y deficiencias del ser humano. El dualismo platónico ha dominado la interpretación del mundo hasta la actualidad, sobre todo por la incorporación que el cristianismo hizo de su doctrina.

La Ética y la Educación Platónica

La Ética platónica tiene como eje central la idea de que el hombre puede ser mejorado mediante la educación: no nacemos virtuosos, nos hacemos virtuosos. A este respecto, Platón diseñará un modelo educativo que se sustenta en dos pilares fundamentales: la gimnasia (para fortalecer la voluntad y purificarnos) y las matemáticas (para desarrollar la mente y alcanzar la sabiduría). El esfuerzo físico e intelectual que supone la educación platónica será una constante del Humanismo Occidental, cuyo lema es “mens sana in corpore sano”.

Ética y Política

Platón piensa que la Ética debe desembocar necesariamente en la Política, pues es mejor perseguir el bien de todos que el bien de uno solo. De hecho, el objetivo principal de su modelo educativo (30 años) era formar a los futuros gobernantes del Estado Ideal; que serían aquellas personas (hombres o mujeres) que lograsen alcanzar el auténtico conocimiento: el conocimiento de las Ideas (en especial, de la Idea de Bien).

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