Dramaturgos Clave del Teatro Romano: Plauto, Terencio y Séneca

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El Teatro Romano: Géneros y Representantes Clave

El teatro romano se divide fundamentalmente en dos grandes géneros: la tragedia y la comedia.

La Tragedia Romana

La tragedia, que presenta como protagonistas a héroes y dioses, tiene un tono solemne y su lenguaje es elevado. A su vez, se subdivide en dos subgéneros:

  • Fabula Graeca: Obras generalmente traducidas o adaptadas de la tragedia griega.
  • Fabula Praetexta: Obras que ponían en escena episodios sobresalientes de la historia nacional romana.

La Comedia Romana

La comedia, en cambio, utiliza un lenguaje desenfadado que imita el habla de la calle y, a veces, resulta procaz. Dentro de la comedia, hay que distinguir:

  • Fabula Palliata: De tema griego.
  • Fabula Togata: Comedia de asunto romano.

De estas clases de teatro, solamente han llegado a nosotros las obras de Plauto y Terencio, y las tragedias de Séneca.

Grandes Dramaturgos Romanos

Plauto (254-184 a.C.)

Tito Maccio Plauto (254-184 a.C.) nació en Umbría. Fue autor, director teatral y empresario. Entre sus obras conservadas se encuentran:

  • Comedias de intriga: Asinaria (la comedia de los asnos), Mostellaria, Los Menecmos, Miles Gloriosus, Pseudolus.
  • Comedias dramáticas y novelescas: Captivi, Rudens.
  • Comedias de caracteres: Aulularia, Trinummus.

Anfitrión es, según el propio Plauto, una tragicomedia porque pone en escena a hombres y a dioses. El teatro de Plauto es una obra de imitación. El poeta toma de la Nueva Comedia griega los temas de sus obras y los personajes tradicionales, como el esclavo pícaro e ingenioso, el soldado fanfarrón o el mercader de esclavos.

Plauto escribe para el pueblo, cuyos gustos comparte y al que quiere agradar. Su obra tiene un carácter popular que le da su originalidad. La trama de sus obras es simple. Mezcla, en un conjunto a veces confuso, rasgos griegos y romanos. No le preocupa la verosimilitud ni el decoro. Posee cualidades naturales, pues su teatro es vivo. Posee también una gran fuerza cómica (vis comica).

Terencio (190-145 a.C.)

Publio Terencio Afer (190-145 a.C.), nacido en Cartago, se convirtió en el protegido de los Escipiones y los Emilios. Para ellos escribió sus comedias. Con él, la comedia popular de Plauto se hizo más delicada y apta para interesar a las clases elevadas de la sociedad romana.

Las obras que nos quedan de él son: La Andriana, El Eunuco, Hécira, El Heautontimorumenos, Formión y Adelfos. El tema de sus obras está tomado de Menandro por el procedimiento de la contaminación (contaminatio). Sus piezas presentan el tema ordinario de la Comedia Nueva de los griegos.

De la comedia bufonesca de Plauto, Terencio hizo una comedia psicológica. De una comedia popular, Terencio hizo una comedia burguesa. De una comedia desmesuradamente cómica, Terencio hizo una comedia sentimental y moralizante. Acostumbrado al teatro de Plauto, el pueblo solo concedió un éxito relativo a las obras de Terencio.

Séneca (4 a.C.-65 d.C.)

Lucio Anneo Séneca (4 a.C.-65 d.C.), hijo de Séneca el Retórico, nació en Córdoba. Sus obras trágicas fueron: Hercules Furens, Troades, Phoenissae, Medea, Phaedra, Oedipus, Agamemnon, Thyestes y Hercules Oetaeus.

El estilo de Séneca está caracterizado por el pathos, ese sentimiento desbordado de lo trágico que se remonta a Eurípides. Son obras deformadas por el exceso de declamación, por las disquisiciones morales y la erudición mitológica. El influjo de Séneca ha sido decisivo en el teatro clásico francés e italiano, en el drama isabelino inglés del siglo XVI y, en ocasiones, en algunas obras de Shakespeare.

Legado y Repercusión

Plauto tuvo un gran éxito. Durante el clasicismo de los últimos años de la República, la popularidad de Plauto sufrió un cierto retroceso, aunque a partir del Renacimiento volvió a ser leído y representado. Terencio tuvo muchísimo menos éxito y repercusión que Plauto.

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