Dramaturgia Española de Posguerra: Exilio, Crítica y Realismo Social

El Teatro en el Exilio

Alejandro Casona

Inicia su carrera teatral antes de la Guerra Civil. La mayor parte de sus obras las escribe en Argentina hasta que regresa a España. A su vuelta, su teatro tiene una buena acogida y goza durante un tiempo del favor del público. Es autor de varias piezas dramáticas. Sus mejores obras se encuentran escritas con un lenguaje cuidado. Se alejan de la denuncia de la realidad; no obstante, acercan al espectador al encanto de un universo dramático cargado de sentimiento y poesía.

Obras destacadas:

• La sirena varada
• Prohibido suicidarse en primavera
• La barca sin pecados
• La Dama del Alba (una bella fábula poética, estrenada en Buenos Aires)

El Teatro Crítico (Realismo Social)

El estreno de las obras de Antonio Buero Vallejo introduce un cambio y una gran renovación en el teatro español. Abre nuevos caminos y también ofrece nuevas posibilidades. El dramaturgo ya no puede inhibirse de la realidad española. En los años 50 y 60, la llamada generación realista implanta un teatro crítico, buscando un compromiso ético-social con el individuo y su realidad. Este es el teatro del realismo social. Estos autores entienden la escena como un medio para agitar y transformar la sociedad española. Todos los autores muestran un inconformismo en unas piezas llenas de intención que intentan formas más realistas y en ocasiones derivan en un teatro con tintes vanguardistas o expresionistas. No todos estos dramaturgos pueden, sin embargo, estrenar abiertamente, con lo que en gran parte de las ocasiones, tampoco consiguen llevar la función social que pretendían. Dentro del realismo social destacamos a Alfonso Sastre, Lauro Olmo y Antonio Buero Vallejo.

Alfonso Sastre

No pudo presentar sus obras fácilmente. Es un autor inconformista y comprometido. Sus obras son de tono existencial, como Escuadra hacia la muerte, un teatro realista de carácter crítico social. También escribió tragedias como La taberna fantástica, de profunda ironía y tonos esperpénticos.

Antonio Buero Vallejo

Es el autor dramático más importante del siglo XX. Su teatro siempre tuvo una gran aceptación crítica y del público.

Clasificación de sus obras:

• Obras de crítica y denuncia: Presentan problemas de la sociedad y de la realidad españolas del momento, como Historia de una escalera y El tragaluz.
• Obras de corte simbólico: Ejemplos incluyen La Fundación y Casi un cuento de hadas.
• Obras de fondo histórico: Abordan temas del pasado, como Un soñador para un pueblo (sobre el motín de Esquilache) y Las Meninas (sobre Velázquez).

Su teatro presenta un sentido trágico del que se sirve para reflexionar sobre el hombre y la sociedad española de su tiempo. En algunas obras adopta una denuncia más directa y abierta; en otras, recurre a la expresión simbólica, incluso sitúa en el pasado la acción de los personajes, a modo de distanciamiento histórico. En estos casos, con la intención de burlar a la censura. Su teatro tiene gran coherencia ideológica y aborda las grandes preocupaciones del ser humano. Domina la técnica teatral y aprovecha los recursos escénicos.

Recursos escénicos destacados:

1. Lenguaje dramático: De gran calidad literaria y expresividad, aunque pueda resultar denso.
2. Ambientación y espacio escénico: Con un significado alegórico.
3. Efectos escenográficos: Variados y de gran eficacia dramática.
4. Acotaciones: Con gran minuciosidad.
5. Desarrollo dramático de la acción.
6. Manejo y caracterización de los personajes: Representados física, psíquica y socialmente con gran maestría.