La Donna è Mobile de Rigoletto: Características Musicales del Aria de Verdi
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Ritmo
Se trata de un ritmo ternario, muy marcado, en compás de 3/8, cuya unidad es la corchea. La indicación de tempo, Allegretto, y la cifra de metrónomo establecen una velocidad moderadamente rápida. La célula rítmica que sirve de motor a toda la pieza consta de dos compases (en el primero, tres corcheas y en el segundo, semicorchea con puntillo, fusa y negra). El ritmo del acompañamiento es el propio de un vals, con la parte fuerte en los instrumentos graves y las dos débiles en violines, violas y trompas.
Melodía
La melodía es perfectamente regular y simétrica. Consta de dieciséis compases, de los cuales, la primera mitad se repite, con diferente texto, antes de pasar a la segunda. A su vez, los ocho compases de cada mitad se distribuyen en períodos de cuatro y subperíodos de dos, y la melodía completa se genera por la expansión de una célula inicial de dos compases. Desde el punto de vista de la dinámica, se establece un contraste entre los cuatro primeros compases, enérgicos, en staccato, y los cuatro segundos, en piano y ligados. Durante los ocho compases de la primera parte, no se abandona ni por un momento la tonalidad principal (Si Mayor). Después, aparece una secuencia modulante en sentido ascendente que, no obstante, desemboca pronto nuevamente en Si Mayor, tonalidad que se afirma reiteradamente con una serie de cadencias perfectas. La melodía presenta un carácter ligero y brillante, como conviene a la psicología del personaje, joven desenvuelto, elegante y seductor. Por otro lado, muestra un sello inconfundiblemente italiano, casi de canción napolitana.
Textura
Se trata de una melodía acompañada, ejemplo claro de textura homofónica. Salvo en la introducción y en los sucesivos ritornelli, la melodía se confía por completo a la voz, limitándose la orquesta a servir de apoyo armónico y rítmico y a adornar con tresillos el fiato de cuatro compases que el cantante realiza al final de cada sección. Es el tipo de textura característico del bel canto.
Timbre
La voz del tenor es aquí la protagonista indiscutible. Se trata de un tenor lírico, de pecho, al que la partitura exige tanto un fraseo elegante y expresivo como una técnica depurada, que le permita salir airoso de dificultades tales como los prolongados fiati o la difícil entonación de los mordentes. La orquestación, aunque no sobrepasa nunca su papel de acompañamiento (el tradicional gran chitarrone de la ópera italiana), contribuye a realzar con su colorido brillante el carácter frívolo y encantador del personaje. Incluso se añade un ottavino o flautín con este evidente propósito. Los restantes instrumentos son los habituales en la orquesta clásica. En la introducción, el tema principal es presentado por los siguientes instrumentos, tocando al unísono o en octavas paralelas: dos flautas, el ya mencionado piccolo, el primer oboe, el primer clarinete, el primer fagot, los primeros violines en divisi y los violonchelos. El acento fuerte del acompañamiento en forma de vals lo realizan el segundo fagot, timbales y contrabajos, en tanto que los dos débiles se encomiendan a las cuatro trompas, segundos violines y violas (estos dos últimos grupos también en divisi). Cuando entra la voz, se acompaña sólo por las cuerdas, pasando los violonchelos a reforzar a los contrabajos en los acentos fuertes y limitándose los primeros violines a doblar la parte vocal en la segunda mitad (ligado y pianísimo) de la primera parte y en toda la segunda parte de la melodía. En la secuencia ascendente, los instrumentos de viento madera (sin el flautín) intervienen para subrayar las cadencias. En el crescendo de la coda se incorporan las trompas y, mientras el cantante mantiene un fiato de cuatro compases, flautas, oboes, clarinetes y flautín aprovechan para introducir un chispeante adorno de tresillos. Finalmente, en el acorde seco que cierra tanto esta parte como su repetición, advertimos la única intervención que hacen en toda la pieza dos trompetas y tres trombones.
Forma
Aria para tenor y orquesta. Aunque el aria es parte de una estructura más amplia, la ópera, el compositor la concibe en sí misma como una forma perfectamente cerrada. Es uno de los números musicales que integran la ópera, como ocurre siempre en el bel canto italiano. El aria, a su vez, se estructura del siguiente modo:
- Una introducción orquestal consistente sólo en la primera sección de la melodía que después cantará el tenor, de la que se suprime el último compás al objeto de producir un efecto (quizá demasiado fácil) de expectación.
- Canto por el tenor de la primera sección de la melodía y repetición de la misma, con texto diferente.
- Segunda sección, consistente en una secuencia ascendente sobre una fórmula rítmica tomada del segundo compás del motivo principal.
- Una coda en crescendo que culmina con un fiato de gran lucimiento.
Todo ello se repite exactamente igual, sobre un texto distinto. Al final de la repetición, algunos cantantes aprovechan el fiato para incorporar adornos de su propia cosecha, buscando un lucimiento aún mayor de la voz.
Género
Música vocal, escénica o dramática.
Período Artístico
Romanticismo.
Cronología
Mediados del siglo XIX (fecha del estreno: 1851).
Título
La Donna è Mobile, aria del Duque, del tercer acto de Rigoletto.
Autor
Giuseppe Verdi.