Dominio Imperial en Asia: Auge y Consecuencias del Colonialismo
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La Expansión Colonialista en Asia
En principio, esta expansión viene motivada por el deseo de las naciones que ya tenían posesiones en este continente de incrementar su influencia; a esto se añade la acción de nuevas potencias coloniales como Rusia, Estados Unidos y Japón.
Ya se habían establecido numerosas factorías comerciales en la zona, pero el impulso más importante a este avance vino propiciado por la apertura del Canal de Suez en 1869, que sirvió sobre todo para facilitar las relaciones con la India, importantísima colonia británica, símbolo de su Imperio.
En general, las grandes potencias buscaban en este continente fomentar sus intereses económicos y financieros, por lo que el protectorado fue la forma más difundida y aceptada de administración colonial.
Dentro de este proceso de penetración imperialista en Asia, distinguimos asimismo una serie de rivalidades internacionales, que se resuelven mediante conflictos bélicos, o bien a través de acuerdos o tratados de reparto.
También existieron rivalidades económicas entre las potencias europeas, motivadas por el afán de repartirse China; a través de una política de concesiones, zonas de influencia y territorios en arriendo, este país quedó sometido a los intereses imperialistas de las potencias occidentales.
En realidad, China fue la clave sobre la que giró la auténtica rivalidad y competencia imperialista en Asia. En la penetración y dominio de tan vasto territorio distinguimos dos fases:
Fases de la Penetración Colonial en China
- Primeras incursiones (siglos XV al XVIII): Objetivos comerciales o religiosos. La presencia europea se limita a pequeños asentamientos costeros, desde los que se intenta abrir el continente asiático al comercio colonial. En esta etapa, Portugal consolida sus contactos en las costas de India e Insulindia; a este último enclave también llega Holanda, que extiende su influencia a Java y Ceilán. Asimismo, también se produce una cierta penetración francesa. Inglaterra, por su parte, se instala en la India.
- Segunda etapa (comienzos del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial): Los intereses de las grandes potencias son claramente anexionistas. Los europeos, entre 1840 y 1860, abren China al comercio. Los chinos impiden la entrada de opio en 1839, lo que genera las guerras del opio (1840-1842), entre Inglaterra y China que finalizan con el Tratado de Nankín (1842), por el que los ingleses consiguen Hong Kong, que han mantenido hasta 1997.
En 1900-1901 tuvo lugar la revuelta popular de los boxers, una reacción nacionalista ante la explotación económica a la que estaba siendo sometida China.