Dominando el Óleo y Técnicas de Reproducción Artística
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La Práctica de la Pintura al Óleo
Aunque el uso del óleo se conoce desde la Antigüedad, la pintura al óleo se extendió ampliamente con el Renacimiento.
Se suele trabajar “manchando” sobre un dibujo preparatorio. Luego se incorporan los medios tonos y progresivamente los detalles y las luces. En la práctica más tradicional, el "manchado" es la primera capa de pintura al óleo. Se realiza diluyendo la pintura en la paleta con esencia de trementina y cubriendo el lienzo al aplicarle unos tonos básicos. Esta capa debe ser siempre delgada.
La función del manchado es crear una buena base para que la capa pictórica definitiva se asiente mejor. Luego, se van pintando contornos, incorporando los tonos medios, ampliando la gama cromática y se perfilan los detalles y texturas, con distintos tipos de pinceladas, dejando los retoques y las luces para el final del proceso.
Los lienzos suelen exhibir un aspecto más mate y menos luminoso que la pintura sobre tabla. La tela evita las grietas que se suelen mostrar en la madera, debido a oscilaciones térmicas o de humedad, y permite la realización de pinturas de mayores dimensiones. La práctica del óleo llevó al descubrimiento de muchos recursos pictóricos como la ejecución de veladuras, que son capas de pintura muy ligeras de color casi transparente sobre base seca. Las veladuras son capas muy delgadas de pintura diluida en barniz o trementina, de forma que se transparente la capa inferior; así, el color que veremos es el resultado de la mezcla del color inferior más el de la veladura: “colores ópticos”.
Reproducción de Originales en Escultura
Surgió la necesidad de copiar con exactitud los modelos o duplicar las estatuas. Los escultores griegos utilizaron un sistema de plomadas como guía para saber la materia que se tenía que sustraer del bloque de piedra para ello.
Se fijaba una plomada en el punto más saliente de la escultura mientras que otra se iba colocando en los diferentes puntos de la escultura. Después se medían las distancias y eran traspasadas al bloque perforando orificios de la misma profundidad. Para obtener medidas exactas se necesitaba un modelo más acabado.
León Battista Alberti, en su De Statua, describe el método de la plomada y crea un instrumento que permite medir los perfiles para facilitar la copia de estatuas: el definitor. Consiste en un círculo graduado que se fija en horizontal sobre la parte más alta del modelo y en el centro se asienta un brazo giratorio. Para obtener los puntos se gira el brazo hasta la vertical del punto a determinar, y se obtienen tres medidas: la distancia del centro del círculo al punto de unión de la plomada, el ángulo que señala el brazo giratorio sobre el círculo graduado y la distancia del punto que se desea obtener hasta el suelo.
Otro método, inventado por Leonardo da Vinci, fue la caja de varillas. Consistía en poner el modelo de barro en una caja de madera perforada por varios agujeros para introducir en ellos varillas hasta llegar a la figura.
Según Giorgio Vasari, el método de la tina de agua consistía en disponer el modelo acostado en una caja que se iba llenando de agua hasta que el modelo quedaba sumergido. Luego, se abría un agujero para que el agua fuera saliendo. En el bloque de mármol se iban tallando primero las partes más sobresalientes de la figura según iban emergiendo y gradualmente el resto.
Vasari afirma que Miguel Ángel también usó el método de la tina de agua para tallar sus esculturas. La técnica tradicional para el traslado mecánico de un modelo en barro vaciado en yeso, al bloque que se ha de tallar, es el sacado de puntos. Consiste en establecer con la mayor precisión posible una serie de puntos sobre el modelo y, de modo paralelo, ajustarlos con el trépano a la profundidad correcta en la obra definitiva. Vasari describe un sistema de copia a partir de un modelo por medio de escuadras y plomadas.