Dominando la Exposición y Argumentación: Estructuras, Rasgos y Técnicas
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Estructura de la Exposición
Aunque no hay una sola estructura fija, en estos textos suelen distinguirse tres partes:
- Introducción: suele ser una mera frase organizadora, que indica de qué se va a hablar.
- Desarrollo: se exponen diversas cuestiones relacionadas con el tema central. En función del contenido, encontraremos también distintas maneras de estructuración en esta parte:
- Estructura de enumeración: aparece un listado de características de una realidad, ordenadas según cierto criterio (pasos a seguir en un experimento, huesos del cuerpo…).
- Estructura de causa-efecto: se presenta un acontecimiento o una situación seguidos de las razones que los han causado, o de los efectos que han provocado.
- Estructura de problema-solución: relacionada con la anterior. Se presenta un problema al que se aportan soluciones, o varios problemas para los que se ofrece una solución común.
- Estructura de comparación: se indican las semejanzas y diferencias entre dos o más objetos, situaciones, ideas o personas. Las semejanzas y diferencias pueden ir alternándose (se habla sucesivamente de la misma característica en cada realidad) o bien destacarse en textos simétricos (primero se caracteriza una realidad; luego otra, en los mismos aspectos).
- Estructura de secuencia: trata sobre hechos o acontecimientos que se desarrollan en el tiempo. Es una narración al servicio de la exposición. Los hechos pueden ordenarse de distintas maneras, según la intención del texto: cronológicamente (p. e., en una explicación histórica), en orden de sucesión (p. e., en una receta, unas instrucciones de montaje), etc.
- Conclusión: no siempre aparece. De usarse, incluirá una recapitulación de la información presentada. En ocasiones lo que no aparece es la introducción: entonces será en la conclusión donde aparezca la frase organizadora (esto es más frecuente en textos breves, o bien cuando aparece un epígrafe que da a entender de qué trata el texto).
El Texto Argumentativo
El texto argumentativo es una forma de discurso cuya finalidad es demostrar que una determinada idea (tesis) es verdadera. Para ello se emplea un conjunto de razonamientos y datos que reciben el nombre de argumentos. Si lo que pretendemos es demostrar que una tesis es falsa, estamos realizando una refutación; en ese caso, los argumentos que usemos se denominan objeciones.
Según su tema, distinguimos:
- Argumentación objetiva o científica: trata sobre ciencias experimentales (matemáticas, física, química, biología…). Suele ser objetiva porque los razonamientos y los datos que se utilizan, así como las conclusiones, se pueden comprobar experimentalmente. Sus rasgos característicos coinciden básicamente con los de la exposición. Aparece, igualmente, en monografías, artículos especializados, tesis doctorales…
- Argumentación subjetiva: trata sobre temas relacionados con las ciencias sociales o humanísticas (ética, filosofía, política, arte, historia, economía, etc.). En este caso, los argumentos que se manejan se mueven en el terreno de unas opiniones, creencias o conceptos abstractos que no se pueden demostrar experimentalmente con una prueba definitiva o concluyente. Se trata de argumentos y conclusiones posibles o probables. La encontramos en ensayos, artículos periodísticos de opinión, el campo jurídico, tesis doctorales y monografías de las ciencias sociales y humanas, etc.
Textos Argumentativos: Rasgos Lingüísticos
Nivel morfológico
- Uso de la 1ª o de la 3ª persona, según el grado de objetividad de la argumentación.
- Por la misma razón, pueden aparecer subjuntivos (deseos, dudas…) o imperativos, así como llamadas de atención a los lectores (vocativos, etc.).
Nivel sintáctico
- Sintaxis compleja, con oraciones largas, incisos, subordinadas de todo tipo...
- Muchas subordinadas adverbiales causales, consecutivas, condicionales y concesivas, para mostrar relaciones entre ideas, formular hipótesis, refutar ideas, etc.
- Predominio de la modalidad enunciativa, aunque pueden aparecer interrogativas (retóricas), exclamativas, exhortativas, desiderativas, dubitativas...
Nivel léxico-semántico
- Uso de verbos de voluntad, lengua y pensamiento, opinión, causas-consecuencias…
- Presencia de sustantivos abstractos, especialmente referidos a procesos.
- Uso de adjetivos valorativos, salvo en la argumentación científica.
- Léxico connotativo y abundancia de figuras retóricas de todo tipo.
Nivel textual
- Marcadores del discurso: organizadores de la información (en primer lugar; para concluir…); ejemplificadores (es decir…); conectores (relación causal: por tanto…; oposición: en cambio…).
Textos Expositivos: Rasgos Lingüísticos
Nivel morfológico
- Predominio de la tercera persona, como marca de objetividad (a veces se usa nosotros como forma de incluir al receptor: plural sociativo/ de modestia).
- Empleo del presente de indicativo, normalmente con valor intemporal (presente gnómico o sapiencial).
Nivel sintáctico
- Uso preferente de oraciones enunciativas.
- Oraciones en los que no se menciona al agente: pasivas, impersonales.
- Abundancia de verbos sin conjugar y de nominalizaciones (para evitar referencias a la persona, el tiempo y el modo, que podrían ser subjetivas).
- Empleo de estructuras de carácter explicativo (subordinadas adjetivas, etc.).
- Presencia de subordinadas adverbiales de causa, finalidad y consecuencia.
Nivel léxico-semántico
- Selección léxica determinada por el tema y la finalidad de la exposición. En general, se usa un léxico denotativo y de carácter abstracto.
- Presencia de tecnicismos y de adjetivos especificativos, que aportan precisión a la explicación científica.
Nivel textual
- Marcadores del discurso: para presentar ordenadamente las ideas, se usan conectores de orden (en primer lugar…; finalmente…); aditivos (además, asimismo…); de oposición (no obstante, en cambio…); de causa-efecto (por lo tanto, por consiguiente…); reformuladores (es decir, en conclusión), etc.