Doctrinas Fundamentales de los Filósofos Presocráticos: Pitágoras, Heráclito y Parménides
Enviado por JuanMartinezMenargues y clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en
español con un tamaño de 4,3 KB
La Escuela Pitagórica: Pitágoras de Samos
Pitágoras de Samos fundó la Escuela Pitagórica, una comunidad de carácter místico y religioso. Sus miembros eran vegetarianos y seguían una serie de preceptos y normas estrictas de conducta. Los pitagóricos cultivaron la música, la astronomía y las matemáticas.
En el terreno de la música, descubrieron la sorprendente relación existente entre los intervalos de la escala musical y los números. Su doctrina fundamental afirma que la Physis (naturaleza) está compuesta de números, o que los números constituyen la esencia de la Physis.
Doctrina del Alma (Psicológica)
La doctrina pitagórica del alma está influida por la religión órfica, para la cual el cuerpo era una especie de cárcel para el alma. Según los pitagóricos, el alma debía liberarse del cuerpo. Esta liberación solo es posible lograrla mediante la purificación a través de:
- Sucesivas reencarnaciones en diferentes cuerpos.
- El cultivo de las matemáticas y la filosofía.
Teoría del Conocimiento
Para los pitagóricos, la vía de acceso al conocimiento de la Physis y del universo no son los sentidos, sino el razonamiento matemático. Desprecian el cuerpo y el conocimiento sensible, concediendo importancia al conocimiento racional, a los razonamientos abstractos y al cultivo de las matemáticas.
Heráclito de Éfeso: El Filósofo del Devenir
Heráclito ha pasado a la historia de la filosofía como el pensador que afirmó que «todo fluye, todo cambia y nada permanece». Para Heráclito, el universo es una permanente y eterna lucha de contrarios (ej. lo frío y lo caliente), y todo es originado a partir del fuego.
En el universo, cada cosa tiende a transformarse en su opuesto (lo caliente se transforma en frío, lo frío en caliente). Por lo tanto, nada es permanente.
La Ley Universal (Logos)
Heráclito sostiene que los cambios que suceden en la Naturaleza se producen siempre conforme a una Ley Cósmica, Medida o Razón Universal (a menudo denominada Logos), que es fija y eterna. Esta ley, accesible a la razón humana, gobierna el universo.
El resultado de la guerra, de la oposición de los contrarios y del incesante devenir de las cosas, no es el caos, sino el orden, la armonía, la estabilidad y la unidad del universo, nacidos precisamente de la lucha.
Parménides de Elea: La Inmutabilidad del Ser
Al reflexionar sobre la Physis, Parménides se separa de forma significativa de los pensadores que le precedieron. Para este autor, la Physis es el Ser. Su filosofía se articula a través de un poema dividido en tres partes:
- El Proemio.
- La Vía de la Verdad.
- La Vía de la Opinión.
Parménides distingue claramente dos vías de conocimiento: la Vía de la Verdad y la Vía de la Opinión.
La Vía de la Verdad (Aletheia)
Es el verdadero camino del conocimiento. Parte de la afirmación básica e incuestionable de que «el Ser es y el No Ser no es». A partir de esta premisa, y mediante deducciones y razonamientos (sin recurrir a la información sensorial), se llega al conocimiento de la realidad y sus características.
Esta vía prescinde de las apariencias engañosas. Su objeto es lo que Parménides denomina el Ser (lo que existe). Parménides concluye que el Ser posee las siguientes características:
- Único
- Ingénito
- Imperecedero
- Indivisible
- Inmutable
- Finito
Parménides considera que la pluralidad y el cambio no son reales. Los sentidos, sin embargo, parecen enseñarnos que en la Physis no existe un único Ser, sino muchos seres o cosas distintas.
La Vía de la Opinión (Doxa)
Es la vía que afirma que «el Ser es y no es», lo cual es contradictorio, pues contradice la firme verdad de que lo que es, es, y lo que no es, no es. Se trata de una vía engañosa, basada en los sentidos y no en la razón.
Los sentidos nos dicen que una cosa es esto y no es lo otro (implica cambio y no-ser). Si seguimos esta vía, tan solo obtendremos una simple opinión, es decir, un conocimiento engañoso basado únicamente en las apariencias sensoriales.