La Doctrina Ética y Política de Santo Tomás de Aquino: Ley Natural, Felicidad y Supremacía Eclesiástica
Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en
español con un tamaño de 4,09 KB
La Filosofía Moral y Política de Santo Tomás de Aquino
Fundamentos de la Ética Tomista: La Acción Humana y la Felicidad
La ética estudia las acciones humanas, definidas como aquellas operaciones voluntarias orientadas a un fin. Solo los seres humanos poseen dominio sobre sus acciones; por ello, únicamente aquellas operaciones sobre las que el ser humano ejerce control se denominan propiamente “humanas”.
Santo Tomás de Aquino acepta el principio aristotélico de que el fin último del hombre es la felicidad. Sin embargo, este fin último se identifica con la contemplación de Dios. La afirmación de que la felicidad reside en el conocimiento implica la primacía de la razón sobre la voluntad, una postura que se opone al Agustinismo, el cual sostenía lo contrario.
La Ley Moral Natural y la Racionalidad
Aquino establece que las normas morales se fundamentan en la naturaleza humana. El conocimiento de esta naturaleza es el punto de partida para la formulación de la ley moral natural. El hombre se distingue del resto de los seres naturales por su racionalidad. De este modo, se demuestra la existencia de la ley natural: como ser racional, el hombre puede establecer normas de conducta acordes con las exigencias de su propia naturaleza.
Contenido y Tipos de Leyes
El contenido de la ley natural se deduce de las tendencias inherentes al hombre. Estas tendencias fundamentales son:
- Conservar la propia existencia.
- Procrear y educar a los hijos.
- Conocer la verdad (el conocimiento) y vivir en sociedad.
El contenido de la ley natural debe ser evidente, universal e inmutable, y coincide con lo que Santo Tomás denomina ley divina, es decir, aquellos preceptos que Dios ha transmitido a los hombres a través de la revelación.
La ley positiva es el conjunto de leyes que cada sociedad establece para posibilitar la convivencia. Constituye una prolongación de la ley natural. Su existencia es exigida por la naturaleza misma del hombre en cuanto ser social. Si las leyes de un país obligaran a cometer un acto que la conciencia dictamina como inmoral, la obligación moral sería seguir la ley natural e incumplir la positiva.
La Política Tomista: Sociedad, Estado e Iglesia
Santo Tomás se inspira en la política de Aristóteles, considerando que el hombre es naturalmente sociable y que la sociedad civil es necesaria para la perfección de la vida humana. Reafirma el valor de lo político, argumentando que la actividad política es consustancial a los seres humanos y moralmente positiva. El hombre utiliza la razón y el lenguaje para cooperar en la construcción de comunidades políticas que satisfagan las necesidades de sus componentes.
La Comunidad Política y el Bien Común
La comunidad política es la unión de hombres libres bajo la dirección de un gobernante cuya meta es promover el bien común. Aquino defiende el derecho de la Iglesia a deponer a aquellos gobiernos que no sigan los principios cristianos.
Siguiendo también a Aristóteles, Tomás de Aquino aborda las formas de gobierno, mostrando preferencia por una monarquía atemperada por elementos tomados de la aristocracia y la democracia.
Subordinación del Estado a la Iglesia
Para Santo Tomás, existe un solo fin último de la existencia humana: la visión de Dios en la otra vida (la beatitudo). Esto conduce a la subordinación del Estado a la Iglesia, asignando al poder civil una misión religiosa.
Aunque reconoce la independencia del Estado en lo que respecta al “bien común”, esta independencia no es absoluta. El Estado tiene su esfera propia, pero no por ello deja de ser un “sirviente” de la Iglesia. Aquino defiende la supremacía del Papa sobre el poder terrenal, argumentando que el poder civil solo persigue fines intermedios (como el bien común), mientras que el Papa, como cabeza de la Iglesia, persigue el fin último: la salvación y la perfecta beatitud.