División, Auge y Crisis del Imperio Romano de Oriente: De Teodosio a la Querella Iconoclasta
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División del Imperio Romano (395 d.C.)
Tras la muerte de Teodosio en el año 395, el Imperio Romano se dividió formalmente en dos entidades: el Imperio Romano de Occidente, con Honorio como emperador, y el Imperio Romano de Oriente, gobernado por Arcadio.
Auge del Imperio Romano de Oriente (Siglos IV-V)
Mientras el Imperio Romano de Occidente experimentaba una progresiva descomposición política y social, el Imperio de Oriente, también conocido como Imperio Bizantino, disfrutaba de una notable pujanza económica y social. Las ciudades orientales crecían y prosperaban, en contraste con el declive de la vida urbana en Occidente.
El Reinado de Justiniano (527-565): Máximo Esplendor
El emperador Justiniano I marcó una etapa de máximo esplendor para el Imperio Bizantino. Sus éxitos militares, liderados por el general Belisario, permitieron una expansión fronteriza significativa, incluyendo la reconquista del Norte de África y la entrada en Roma en el 535, tras la campaña en Italia. Este periodo también se caracterizó por un florecimiento cultural, con un renovado interés por la cultura y el pensamiento griegos, así como por el desarrollo del derecho romano. Sin embargo, a mediados del siglo VI, comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de crisis en el Imperio de Oriente, como la Revuelta de Niká, una epidemia de peste y una incipiente crisis económica.
Reformas de Heraclio I (Siglo VII)
En el siglo VII, el emperador Heraclio I implementó un plan de reformas para reorganizar y fortalecer el ejército bizantino, con el objetivo de frenar el avance del Imperio Persa Sasánida.
La Crisis Iconoclasta
La crisis iconoclasta tuvo su origen en las discusiones en torno al culto a las imágenes religiosas. Mientras que en Occidente este problema no llegó a plantearse de forma significativa, en Oriente la proliferación de imágenes había generado un peligro de idolatría. Esta situación se vio agravada por la continua situación de peligro desde el siglo VII.
Primer Periodo Iconoclasta
El conflicto se inició con algunos obispos del Asia Menor. En el 726, León III prohibió los iconos, excepto el de Cristo. En el 730, se decretó la pena de muerte para los veneradores de imágenes. Los iconódulos, partidarios de las imágenes, principalmente en la Europa bizantina, contaron con el apoyo del Papa, lo que provocó una ruptura religiosa entre Roma y Constantinopla. El Papa excomulgó a todos los opositores al culto tradicional, incluyendo al emperador León III. En el 787, la emperatriz Irene convocó el II Concilio de Nicea, que puso fin a la persecución y restauró el culto a las imágenes.
Segundo Periodo Iconoclasta
En el 815, se produjo una segunda abolición de las imágenes en el culto sagrado. Aunque la persecución fue menos violenta que en el primer periodo, este hecho evidenció el debilitamiento del poder imperial. Finalmente, en el 843, el Concilio de Constantinopla restableció definitivamente el culto a las imágenes.
Fundamentos Políticos, Económicos y Sociales de Bizancio
La sociedad bizantina estaba fuertemente jerarquizada.
El Emperador
En la cúspide de los privilegiados se encontraba el emperador, considerado el eslabón entre Dios y el pueblo. Disponía de un poder supremo, aunque sujeto a la observancia de las costumbres y el derecho. A diferencia de Roma, el emperador bizantino intervenía con frecuencia en la vida religiosa de Bizancio.
Grupos Sociales Privilegiados
- Alta aristocracia palatina: Terrateniente y, en ocasiones, militar, controlaba los asuntos públicos y políticos del Imperio.
- Alto clero secular: Liderado por el Patriarca de Constantinopla, un auténtico pontífice sujeto a la autoridad imperial.
- Clero regular: Algunos monasterios disfrutaban de rentas muy elevadas.