Diversidad Lingüística: Explorando Variedades Socioculturales y Registros del Idioma
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Las Variedades Socioculturales y los Registros Idiomáticos
Variedades Socioculturales de una Lengua
No existe una única forma de hablar una lengua por parte de todos los hablantes en todo momento y lugar; existen formas de hablar diferentes para cada situación. Cualquier hablante debería ser capaz de modificar su manera de hablar para adecuarse a las condiciones impuestas por la situación. El hablante más competente es aquel que sabe elegir la variedad lingüística adecuada en cada ocasión.
Desde un punto de vista sociocultural, aparecen diferenciaciones:
- La variación diastrática: está ligada a rasgos individuales del hablante y determina niveles de uso culto, coloquial o vulgar.
- La variación diafásica: determinada por la situación comunicativa, que demanda al hablante un registro formal o informal. Es un tipo de variación que depende del uso en situación.
Sin embargo, no existe peligro de dispersión lingüística gracias a la lengua estándar o lengua común, que garantiza la estabilidad. Una lengua estándar es el modelo de una lengua, reconocible y compartida por todos sus hablantes, independientemente de sus rasgos individuales, la situación o la localización geográfica.
La Variación Diastrática o Social: Sociolectos, Idiolecto y Niveles de Uso
Los logros en este campo distinguen a las personas de sólida formación, a las de mediana o básica cultura y a las poco instruidas, incultas o apenas escolarizadas. Los medios de comunicación son agentes niveladores y transmisores de progreso.
Podemos encontrar las siguientes clases:
- La profesión: Influye en los hábitos lingüísticos, dando lugar a lenguas especializadas o jergas. Cada grupo profesional dispone de una jerga o lengua especializada propia, caracterizada básicamente por su léxico. Estas reciben el nombre francés de argot; un ejemplo de ello es la “lengua de germanías”.
- La edad: Existe una evolución lingüística en el hablante a lo largo de su vida, y la capacidad de cambiar decrece con la edad. La fase más distintiva es la del lenguaje juvenil, que resulta en una jerga innovadora, receptora de numerosos anglicismos y de palabras creadas por acortamiento (apócope) o por medio de sufijos.
- El sexo (habla masculina y habla femenina): Por lo general, el comportamiento lingüístico de las mujeres está más cercano a la norma y a lo socialmente prestigioso o correcto que el de los hombres. Se afirma que las mujeres poseen mayor sensibilidad para la variación estilística. Por el contrario, parece que entre los hombres tiene más fuerza el fenómeno del prestigio encubierto, es decir, el uso de formas claramente no cultas o no normativas como marcas de identificación de grupo.
- El hábitat (rural o urbano): Influye en que el lenguaje rural es más relajado en pronunciación, más conservador en léxico y más aislado de modas, mientras que el habla de un entorno urbano es siempre renovadora y atenta a las tendencias.
- El idiolecto: Los estudios lingüísticos consideran incluso la existencia de una variedad única para cada individuo: el idiolecto, o el conjunto de rasgos que caracterizan el habla de una persona.
Considerando lo anterior, resulta muy complejo definir las múltiples variedades socioculturales resultantes. Por ello, habitualmente se concentran en tres posibles conjunciones o niveles de uso en los que se integrarían los rasgos antes citados: