Distribución Urbana en España: Metrópolis, Conurbaciones y Ejes Clave
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Mapa Temático de la Distribución Urbana en España
Este documento presenta un mapa temático que ilustra la distribución geográfica de las aglomeraciones urbanas en España, reflejando la red urbana española. El análisis comienza con las grandes metrópolis (Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla, Bilbao, Valencia y Zaragoza) y continúa con ciudades de tamaño medio como Avilés.
Tipos de Aglomeraciones Urbanas
- Área metropolitana: Gran extensión urbana que rodea a una ciudad importante y abarca administrativamente a varios municipios, entre los que existen importantes relaciones económicas y sociales, que hacen necesaria la planificación conjunta y la coordinación de determinados servicios y obras.
- Conurbación: Unión de varias ciudades por su crecimiento. Es el resultado del crecimiento de varias ciudades (una o varias de las cuales puede encabezar al grupo) que se integran para formar un solo sistema que suele estar jerarquizado, si bien las distintas unidades que lo componen pueden mantener su independencia funcional y dinámica.
- Región Urbana: Es una aglomeración urbana discontinua integrada por ciudades dispersas pero lo suficientemente densa como para que todo el territorio posea características urbanas. Suele crearse por el crecimiento paralelo de varias ciudades con tamaño y funciones distintas.
La ciudad se extiende a áreas rurales, dando lugar a una conurbación o, en casos más amplios, a una megalópolis, una aglomeración urbana de extensión supraregional. Esta última está constituida por diversos elementos urbanos con funciones distintas que crecen y forman un área urbana discontinua. En España, el eje mediterráneo podría considerarse un ejemplo de megalópolis.
Evolución Histórica de la Distribución Urbana
La distribución urbana en España es el resultado de una larga historia, con una marcada influencia de la periferia y de Madrid. Los romanos fueron los primeros en crear una red urbana, que evolucionó a lo largo de la Edad Media. La capitalidad de Madrid se potenció, aunque Toledo era más grande, fue elegida por Carlos III. En 1833, se creó un mapa que dividía España en provincias con capitales, donde se establecieron hospitales y escuelas. Hoy en día, esta distribución se ha visto reforzada por la capitalidad de las comunidades autónomas.
Esta distribución responde principalmente a factores económicos. El desarrollo industrial del siglo XIX provocó el crecimiento urbano, por ejemplo, en Avilés. En los años 60, se potenciaron las aglomeraciones costeras y de las islas debido al turismo masivo.
Ejes de Distribución Urbana
Podemos distinguir 4 ejes principales en la distribución urbana de España:
- Franja atlántica gallega: Se extiende por Galicia.
- Franja cantábrica: Incluye Asturias, Cantabria, La Rioja, el País Vasco y el norte de la meseta, con Bilbao como ciudad clave.
- Franja mediterránea: Se extiende a lo largo del río Ebro, con Zaragoza como ciudad importante, y desde Girona a Cartagena.
- Franja andaluza: Incluye el eje litoral (Almería-Huelva) y el eje Guadalquivir (del atlántico a Jaén).
Desigualdades y Dinámicas Urbanas
El mapa actual es el resultado de la evolución histórica de los últimos siglos. Destaca la bicefalia entre Barcelona y Madrid, que absorben tanto crecimiento que existe una gran diferencia con los núcleos del segundo nivel. Por ejemplo, entre Barcelona, con 5 millones de habitantes, y Valencia, con poco más de un millón y medio. La distribución es muy desigual, con importantes espacios vacíos en el interior.
En la zona central, destaca Madrid y su área metropolitana, que constituyen la zona más poblada del país, así como Zaragoza, que es un punto clave en el corredor de comunicaciones entre el eje septentrional, el Mediterráneo y Madrid.
En la zona insular, las grandes ciudades (Palma, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas) deben su tamaño a su importancia turística.
La distribución urbana de España es claramente periférica, con un claro predominio de la zona nordeste. Esto se explica por la mayor importancia económica (actividad industrial y turística) de las regiones costeras frente al menor peso de la zona interior (actividades primarias), salvo en el caso de Madrid, donde la capitalidad y Zaragoza, por ser una encrucijada de comunicaciones, son factores clave.