La Distorsión Lingüística del Tercer Reich: Klemperer y la LTI como Propaganda Nazi

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Victor Klemperer y la Lingua Tertii Imperii (LTI)

El Tercer Reich, según Klemperer, intoxicó gran parte de los sentimientos y conceptos, revelando muchos hábitos del pensamiento nazi.

Los diarios que escribió durante el Tercer Reich fueron publicados por primera vez en Alemania en 1995.

En 1947, Klemperer publicó LTI, donde recopiló sus observaciones sobre la autenticidad de las características humanistas, a través del estudio de la lengua del régimen.

La LTI no requería inventar términos, sino que recurría a los ya existentes y los infiltraba con un significado nazi.

La Distorsión Semántica del Nazismo

El régimen nazi se caracterizó por la manipulación del significado de palabras clave, transformando vicios en virtudes y distorsionando conceptos fundamentales.

El Fanatismo como Virtud Suprema

La palabra fanatismo, antes del Tercer Reich (donde todo se expresaba de un modo superlativo), tenía una connotación negativa, relacionada con una conducta grotesca y amenazadora. Sin embargo, el régimen nazi hizo del fanatismo una virtud.

Durante este periodo, lo que antes se consideraba una mentalidad próxima a la criminalidad o la enfermedad, fue elevado a la categoría de virtud suprema.

La Deformación del Heroísmo

El nazismo tampoco reconoció el heroísmo como algo honrado. Dicha palabra, en su origen, significaba que alguien tenía gestos positivos hacia otro. Klemperer muestra la distorsión del significado de héroe aplicado por el nazismo.

El Nazismo como Religión y la Divinización del Führer

El nazismo como religión es otro de los temas que Klemperer considera de mayor importancia en esta ideología.

  • Muchos alemanes consideraban al Führer como su Dios y estaban convencidos de que le pertenecían. Estos sentimientos provenían de la fe que depositaban en él.
  • Esta divinización del Führer, como propaganda de su imagen, se debió sobre todo a la ayuda organizada de colaboradores que engrandecían su figura.
  • A sus seguidores les daba igual lo que quisiera hacer, porque simplemente creían en él; no necesitaban nada más. Creían en Hitler plenamente, un punto que Klemperer repite al hablar de quienes creían realmente en el nazismo.

“¿Qué viene después del Tercer Reich? La respuesta correcta era la siguiente: ‘Nada, pues el Tercer Reich es el Imperio Eterno de los alemanes’.”

Este fanatismo religioso era visto como una pasión tan grande y fuerte que, a pesar de ser sanguinario y despiadado, llevaba al desprecio por la muerte, permitiendo así extraer las virtudes de sus soldados de la mejor manera.

Además, era el propio Führer quien se autonombraba hijo de Dios en su misión religiosa. Él se creía próximo a la divinidad, y el resto así lo creía.

“El amor al Führer pertenece a toda la humanidad, y si esta lo supiera, ‘se despediría en ese mismo instante de sus falsos dioses y lo honraría a él’.”

La frase que utiliza Klemperer es muy acertada:

“El nazismo fue acogido como el Evangelio por millones de personas, puesto que utilizaba el lenguaje del Evangelio.”

Incluso después de haber perdido la guerra, había personas que siguieron creyendo en él.

Romanticismo y la Ruina del Humanismo

Klemperer afirma que la raíz alemana del nazismo es el romanticismo, aunque este nunca obtuvo una explicación para el auge del hitlerismo.

Finalmente, Klemperer piensa que el Cuarto Reich representa la ruina del humanismo.

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