Disfunciones del Sistema Inmunitario: Inmunodeficiencias, Hipersensibilidad, Autoinmunidad y Trasplantes
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Biología
Escrito el en español con un tamaño de 7,55 KB
Alteraciones del Sistema Inmunitario
Inmunodeficiencias
Las inmunodeficiencias se definen como la incapacidad del organismo para desarrollar una respuesta inmunitaria adecuada, lo que impide la eliminación eficaz de los antígenos. Se clasifican en dos tipos principales:
Inmunodeficiencias Heredadas (Primarias)
Son poco frecuentes pero a menudo graves, manifestándose generalmente en los primeros años de vida. Provocan deficiencias tanto en las defensas específicas como inespecíficas.
Inmunodeficiencias Adquiridas (Secundarias)
Son más frecuentes y pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Un ejemplo notorio es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), causado por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que ataca principalmente a los linfocitos T cooperadores (Linfocitos T CD4+), comprometiendo gravemente la capacidad de defensa del organismo.
Hipersensibilidad
La hipersensibilidad se refiere a respuestas inmunitarias inadecuadas que lesionan los propios tejidos del organismo.
Tipo I: Hipersensibilidad Inmediata (Anafiláctica)
Comúnmente asociada a las alergias, se manifiesta entre 10 y 20 minutos después de la exposición al antígeno (alergeno).
Mecanismo de Acción:
- Primera Exposición (Sensibilización): El alergeno induce la activación de los linfocitos T cooperadores (Th), lo que a su vez estimula la proliferación de los linfocitos B. Estos últimos producen inmunoglobulina E (IgE), que se une a la superficie de basófilos y mastocitos. En este punto, el individuo queda sensibilizado.
- Segunda Exposición: Tras una reexposición al mismo alergeno, este se une a la IgE ya fijada en los basófilos y mastocitos. Esto provoca la desgranulación de estas células y la liberación de potentes mediadores de la inflamación (como la histamina), desencadenando así los síntomas de la alergia.
El tratamiento incluye antihistamínicos para aliviar los síntomas, pero la desensibilización (inmunoterapia) es una estrategia más efectiva a largo plazo.
Tipo II: Hipersensibilidad Citotóxica
En este tipo, las inmunoglobulinas G (IgG) e inmunoglobulinas M (IgM) se unen a antígenos presentes en la superficie de células propias del organismo. Esta unión activa el sistema del complemento (C) por la vía clásica, lo que conduce a la lisis celular. Se observa en ciertas enfermedades autoinmunes y en el rechazo de órganos trasplantados.
Tipo III: Hipersensibilidad Mediada por Inmunocomplejos
Similar al Tipo II, pero aquí se forman inmunocomplejos (compuestos antígeno-anticuerpo) que no son eliminados eficazmente. Estos complejos se depositan en diversos tejidos, induciendo una respuesta inflamatoria que libera enzimas y otras sustancias que pueden dañar órganos y tejidos.
Tipo IV: Hipersensibilidad Retardada (Mediada por Células)
Se manifiesta varias semanas después de la exposición al antígeno. A diferencia de los tipos anteriores, no intervienen anticuerpos, sino un clon de células T sensibilizadas. Es una respuesta inmunitaria de tipo celular. En la primera exposición, las células T se sensibilizan, y en la segunda exposición, liberan linfoquinas (citocinas) que activan macrófagos e inducen una respuesta inflamatoria. Ejemplos incluyen las alergias de contacto (como la dermatitis por hiedra venenosa) y la dermatitis atópica.
Las citocinas son moléculas reguladoras cruciales de la respuesta inmune; aquellas sintetizadas por linfocitos se denominan linfoquinas. Para neutralizar reacciones de hipersensibilidad, se pueden usar antihistamínicos (mencionados antes) y, en casos graves, corticosteroides (cortisona), que inhiben la producción de leucocitos y modulan la respuesta inmune e inflamatoria. Es importante señalar que la acción de algunos descongestionantes puede, paradójicamente, favorecer la liberación de histamina en ciertos contextos.
Autoinmunidad
La autoinmunidad ocurre cuando el organismo no logra eliminar clones de linfocitos autorreactivos durante su desarrollo. Como resultado, el sistema inmunitario ataca erróneamente a las células y tejidos propios, dando lugar a las enfermedades autoinmunes. Muchas de estas enfermedades están mediadas por mecanismos de hipersensibilidad de Tipo II o Tipo III.
Posibles Causas de la Alteración Autoinmune:
- Mimetismo Molecular: Antígenos extraños (patógenos) que presentan similitud estructural con autoantígenos, llevando a una reacción cruzada.
- Exposición de Antígenos Secuestrados: Células o tejidos que normalmente no están en contacto con el sistema inmunitario (antígenos secuestrados) se exponen debido a daño o infección, desencadenando una respuesta.
Se sospecha que factores genéticos y ambientales juegan un papel importante en su desarrollo.
Ejemplos de Enfermedades Autoinmunes:
- Miastenia Gravis: Los individuos producen anticuerpos que interfieren con los receptores de acetilcolina en la unión neuromuscular, afectando gravemente el funcionamiento muscular.
- Esclerosis Múltiple: Los anticuerpos y células inmunes se dirigen contra la vaina de mielina que recubre las fibras nerviosas del Sistema Nervioso Central (SNC), causando desmielinización y disfunción neurológica.
- Anemia Perniciosa: Los anticuerpos se producen contra el factor intrínseco gástrico o las células parietales del estómago, lo que impide la absorción de vitamina B12.
Sistema Inmunitario y Trasplantes
Rechazo de Trasplantes
El rechazo de trasplantes es un problema significativo en la medicina. No ocurre en estructuras avasculares (sin circulación sanguínea) donde los linfocitos no pueden acceder, ni en trasplantes entre gemelos idénticos (monocigóticos) o autotrasplantes (del mismo receptor).
Los principales responsables del rechazo son los antígenos del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC), también conocidos como antígenos leucocitarios humanos (HLA). Cuando los antígenos del MHC del donante y del receptor no coinciden, los linfocitos T citotóxicos (Tc) del receptor reconocen las células trasplantadas como extrañas y provocan su lisis. También intervienen los anticuerpos (Ac) y componentes de la respuesta inmune inespecífica, como los macrófagos y el sistema del complemento (C).
El rechazo puede manifestarse de forma aguda (horas o días después del trasplante) o crónica (semanas, meses o años después). Para combatir el rechazo, se utilizan fármacos inmunodepresores que suprimen la respuesta inmune del receptor. Algunos de estos fármacos actúan bloqueando los receptores de las interleuquinas, moléculas clave en la activación y proliferación de los linfocitos.