Dinámica de Placas Tectónicas: Bordes Divergentes, Convergentes y Transformantes
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Bordes Divergentes
La mayoría de los bordes divergentes, donde se produce la expansión de las placas, se sitúan a lo largo de las crestas de las dorsales oceánicas. Las placas se separan del eje de la dorsal y las fracturas creadas se llenan inmediatamente con roca fundida que asciende desde la astenosfera caliente situada debajo. La expansión de las placas y la ascensión del magma añaden una nueva corteza oceánica (litosfera) entre las placas divergentes. La extensión de la corteza va acompañada de episodios alternos de formación de fallas y de vulcanismo. Adyacentes al eje de expansión, los bloques de la corteza están limitados por fallas y forman unos valles alargados denominados *rifts*. Conforme continúa la expansión, el valle de rift se alargará y aumentará de profundidad, ensanchándose al final en un océano. Llegados a este punto, el valle se convertirá en un mar lineal, estrecho y con una desembocadura al océano similar al actual Mar Rojo.
Bordes Convergentes
Dado que el área de la superficie de la Tierra permanece constante, la litosfera también debe consumirse. Las zonas de convergencia entre placas son los lugares donde la litosfera es subducida y absorbida en el manto. Cuando dos placas convergen, el borde frontal de una se dobla hacia abajo, lo que permite que descienda. La región en la cual se produce el descenso de una placa oceánica hacia la astenosfera se denomina zona de subducción. A medida que las placas oceánicas se deslizan una por debajo de otra, la placa se dobla, produciendo con ello una fosa submarina, que pueden tener miles de kilómetros de longitud.
Convergencia Continental-Oceánica
La litosfera continental es más ligera y gruesa que la oceánica. Por esta razón, si converge una placa continental con otra oceánica, es esta última la que se introduce bajo la continental. La litosfera oceánica transporta sedimentos en su parte superior, y la mayor parte de ellos no subducen. Estos sedimentos son apilados y deformados, originando lo que se denomina prisma de acreción. Entre el prisma de acreción y los sedimentos que todavía no han sido apilados se forma un surco alargado, la fosa oceánica. En ocasiones hay fragmentos de litosfera oceánica que no subducen sino que cabalgan sobre el continente y se añaden a él (el proceso denominado obducción). El caso más frecuente de obducción ocurre al colisionar con el continente islas volcánicas. El desplazamiento de una placa con respecto a la otra no es continuo sino que se produce a saltos, como consecuencia de los cuales se generan terremotos. Las zonas de subducción presentan la mayor actividad sísmica del planeta. Los terremotos, atendiendo a la profundidad del foco sísmico, se clasifican en los siguientes tipos:
- Someros
- Intermedios
- Profundos
La litosfera oceánica que subduce está fría y contiene ciertas cantidades de agua. El rozamiento con la litosfera continental incrementa la temperatura, y el agua baja el punto de fusión de los minerales. Esto permite que se produzca una fusión parcial de los minerales más ricos en sílice, que funden a menor temperatura. Se originan así magmas que alimentarán erupciones volcánicas (Los Andes).
Convergencia Oceánica-Oceánica
Sus características son:
- La litosfera subduce con un ángulo de inclinación.
- El acoplamiento entre las dos placas es débil, lo que favorece la subducción de los sedimentos oceánicos.
- Como consecuencia de lo anterior, no se forma prisma de acreción.
- Presenta fosas muy profundas (Islas Marianas).
- El magmatismo asociado origina un arco de islas.
Convergencia Continental-Continental
Si la placa que subduce tiene un tramo oceánico y otro continental, una vez que se ha introducido toda su litosfera oceánica se produce el encuentro de los continentes. Dado que la litosfera continental es lo suficientemente ligera como para no subducir, se habla de colisión. Tras la colisión continental se produce el cabalgamiento de un continente sobre otro. Este tipo de convergencia es el que ha originado cordilleras como el Himalaya y los Alpes.
Bordes de Falla Transformante
Se caracterizan por fallas de desplazamiento horizontal, en las cuales las placas se desplazan una al lado de la otra sin producir ni destruir litosfera. La mayoría de las fallas transformantes unen dos segmentos de una dorsal centrooceánica. Aquí, son parte de unas líneas prominentes de rotura en la corteza oceánica conocidas como zonas de fractura, que abarcan las fallas transformantes y sus extensiones inactivas en el interior de las placas. Se encuentran cada 100 km a lo largo de la dirección del eje de la dorsal.