Dignidad Humana, Bioética y Doctrina Social de la Iglesia: Perspectivas Clave

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Este documento explora la visión de la Iglesia Católica sobre diversos temas bioéticos a la luz de la dignidad humana, abordando cuestiones como la pena de muerte, el aborto, la procreación artificial, la eutanasia y el sufrimiento.

1. El Principio de la Dignidad de la Persona Humana

En las Sagradas Escrituras, el ser humano (S.H.) es creado a imagen de Dios, capaz de conocer y amar a su Creador. La igualdad de todo ser humano parte de este principio, reconociendo el respeto y la diversidad individual entre el hombre y la mujer. La Iglesia condena todo tipo de desigualdades. Cuando hablamos de persona, cada ser humano tiene una dignidad inviolable, ya que es creado a imagen de Dios y lo representa.

2. Pena de Muerte y Genocidios

La Iglesia insiste en que se debe llegar a una situación legal y social donde la pena de muerte no se aplique. Considera que la pena de muerte es injustificable, ya que el Estado tiene más posibilidades para reprimir el crimen, y esta priva a la persona de la posibilidad de redimirse. Los genocidios son el exterminio sistemático de un grupo de personas por motivos religiosos, radicales y políticos. El Papa Francisco señala que en la humanidad del siglo pasado hubo tres tragedias principales: el primer genocidio del siglo XX, el nazismo y el estalinismo. Además, considera que la guerra es una masacre inútil, una crueldad que nunca será atribuida a Dios.

3. Aborto y Criterios a Favor de la Vida en el Pensamiento Católico

El aborto supone la eliminación de un ser humano antes de que pueda vivir fuera del seno materno. La Iglesia defiende la vida humana desde el momento de la fusión del óvulo y el espermatozoide.

Tipos de Aborto:

  • Terapéutico: Por motivos médicos.
  • Eugenésico: Debido a malformación del feto.
  • Humanitario/Ético: Por violación.
  • Psicológico/Social: Debido a problemas psicológicos de la madre por circunstancias económicas o motivos sociales.

Es crucial razonar sobre el aborto sobre bases objetivas, considerándolo un asunto humano, social y ético. La Iglesia se opone a las prácticas abortivas, basándose en que los científicos reconocen que tras la fecundación se inicia una vida humana. El sujeto tiene derecho a vivir, y la madre no tiene derecho sobre la vida de su hijo. El Código de Derecho Canónico castiga el aborto voluntario con la excomunión.

4. Procreación Artificial y la Acumulación de Embriones

La fecundación in vitro es la realización de la fecundación fuera del cuerpo de la mujer mediante un método artificial. Puede ser homóloga (semen del marido) o heteróloga (semen de otro hombre). La inseminación artificial es la introducción de gametos masculinos en el útero de la mujer utilizando métodos clínicos.

La Iglesia considera que a la inseminación artificial le falta el sentido íntegro de la mutua donación y la procreación humana. La acumulación de embriones es vista como una injusticia, ya que trata a los seres humanos como objetos, perdiendo la dignidad humana. Las técnicas de procreación artificial generan embriones sobrantes que se desechan o congelan, lo cual se considera ilícito, ya que implica matar a un ser humano.

5. La Eutanasia y Salidas a la Enfermedad

Matar a enfermos terminales atenta contra el quinto mandamiento, ya que solo Dios es dueño de la vida y la muerte. Acompañar a un moribundo en su camino hasta la muerte implica facilitarle alivios humanos y medicinales. Hay que ayudar en la muerte, no causarla. La solución moral es que el hombre no es dueño de la vida recibida de Dios, y el enfermo tiene derecho a morir con dignidad.

6. El Misterio del Dolor a la Luz del Misterio de Jesucristo y la Esperanza Cristiana

El sufrimiento acompaña a cada ser humano, siendo algo más que una enfermedad. Ante una situación de sufrimiento, se pueden tomar diferentes caminos: 1) luchar contra el orden establecido, 2) sumergirse en el pesimismo y la angustia, o 3) volver a la regeneración moral de la sociedad. El dolor, como misterio, puede ser físico, moral o espiritual, y genera solidaridad con las personas que también sufren.

Dios asume todo el sufrimiento, y todo creyente sabe que el sufrimiento es camino de redención y esperanza cristiana. La misión de la Iglesia es liberar al hombre del pecado y del mal, combatiendo el sufrimiento y el dolor. Para el cristiano, no hay que ocasionar dolores, sino combatir los males y luchar para erradicar los males injustos.

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