Diferencia social que es, y como surge hasta nuestros días

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La palabra filosofía procede del griego y se compone de la raíz ‘philos’ (amor) y el sustantivo ‘sophía’ (sabiduría). El filósofo y matemático griego Pitágoras I a.C.) el primero que usó el término ‘filósofo’ para referirse con humildad, pero también con cierta ironía, a sí mismo: frente al sabio que es aquel que ya sabe todo acerca de todas las cosas, el filósofo sería simplemente el amante o buscador de la sabiduría.

El filósofo griego Platón (siglo V a.C.) pensaba que probablemente entre los humanos no hay uno solo que alcance el rango de sabio. La mayor parte de la gente se incluye en una segunda categoría, la de los necios, aquellos que ignoran casi todo, pero viven satisfechos en su ignorancia, quizá porque ni siquiera son conscientes de ella.

Finalmente hay un tercer grupo de personas: los filósofos. Estos sí experimentan a diario el asombro ante lo que los rodea. Como los necios, no saben muchas cosas, pero a diferencia de ellos saben que no saben y, por eso, no dejan de hacerse preguntas. El filósofo es, entonces, alguien que está siempre en camino porque no termina nunca de poseer aquello que busca. Y nunca acaba de poseerlo.

Como decía el pensador griego Aristóteles (siglo IV a.C.) en su Metafísica, “todos los hombres desean por naturaleza saber”. También es verdad que muchos, por comodidad o por cobardía, dejan esa inquietud se vaya apagando hasta que casi se desvanece.

El asombro es la sorpresa que sentimos ante algo extraordinario o inesperado. Lo asombroso se agazapa entre las cosas cotidianas ya que, precisamente por tenerlo todos los días delante de nosotros, se ha vuelto invisible. El asombro implica tomar conciencia de que hay algo que se nos escapa en aquello que creíamos conocer. Solo se asombra el que no sabe, pero al mismo tiempo sabe que no sabe 

La duda. Dudar quiere decir, pues, someter a crítica lo que sabemos o creemos saber con vistas a avanzar en el conocimiento y a profundizar en lo ya conocido. Siempre que no dudemos por dudar, la duda presta un gran servicio al saber. 


La conmoción existencial. . Es lo que sucede, por ejemplo, cuando perdemos a un ser querido o cuando una enfermedad no se enfrenta a nuestra propia fragilidad. El psiquiatra y filósofo alemán Karl Jaspers (1883 -1969) habla de situaciones límite: la muerte, el dolor, el azar, la lucha, la culpa. 

El ser humano no siempre ha buscado respuestas a través de la reflexión filosófica. Muchas culturas – también la nuestra actualmente – las buscan a través de los mitos.

Es un relato alegórico protagonizado por dioses y seres humanos.  Posee un marcado carácter pedagógico y didáctico. Propone una explicación sobre el origen de los dioses, la realidad y el humano y otros tantos temas tan dispares como el comportamiento que debe tenerse en la vida social o cómo fabricar útiles para el trabajo. -Inicialmente, se transmitía de forma oral y, gracias a la labor de los poetas. Más tarde, alcanzaron un alto nivel de sistematización gracias a Hesíodo y Homero.

Para los griegos de la época, la figura de Homero, junto con Hesíodo, adquiríó especial importancia, ya que consideraban que era mucho más que un poeta. Podríamos afirmar que todo lo que sabían los griegos, y sobre todos los ámbitos, lo aprendían de él.

¿quiénes fueron los primeros filósofos? ¿Por qué fueron considerados como tales? Porque buscaron respuestas no fundamentadas en esa arbitrariedad, sino en la “idea de necesidad”, la cual implica lo siguiente: Las cosas son como tienen que ser, ocurren cuando deben y como tienen que suceder.

Son así considerados porque buscaron respuestas desde esta nueva perspectiva racional. Aristóteles denomino a estos primeros filósofos “físicos” (del griego phýsis, naturaleza) por situar en la naturaleza el objeto principal de sus reflexiones.


Porque nace la filosofía en Grecia y en siglo VI a.C.

Circunstancias geográficas: Grecia recibíó influencias externas de otros pueblos que propiciaron un vivo interés por otras formas de vida y que los griegos adquirieron un espíritu critico con el que observaron sus costumbre y formas de ser y funcionar. 

Circunstancias socioeconómicas. La Grecia de la época, en especial la polis de Atenas (la más importante), se estructuraba políticamente en torno a la democracia, si bien presentaba mayores restricciones que el sentido actual del término. Este tipo de organización política fomentó: - La participación ciudadana en los asuntos públicos. - Una incipiente libertad de expresión y de pensamiento. - La posibilidad de expresar una reflexión libre, esencial para el surgimiento de la filosofía. 

Circunstancias religiosas y culturales. La Grecia clásica carecía de un orden religioso fundamentado que estructurara el pensamiento de sus ciudadanos. La religión no les ofrecía respuestas. Por eso, al principio, los griegos recurrieron a las explicaciones mitológicas. 


Darwin postuló la selección natural, según la cual nacen más especíMenes de los que pueden alimentarse, por lo que entre ellos se desata una lucha por la supervivencia en la que solo los más adaptados sobreviven y se reproducen. El hecho se debe a que los descendientes de una pareja muestran algunas diferencias entre sí, por lo que no todos están igualmente dotados. Cuando a la selección natural se sumó la concepción hereditaria de Gregor Mendel (genética)
Entonces se compuso el paradigma actual de la evolución, denominado “Teoría sintética”. La uníón de ambas concepciones explicaría que las diferencias entre organismos conlleven la aparición gradual de nuevas especies.

Según Darwin, el mayor obstáculo para la supervivencia procede de los congéneres porque se alimentan de los mismos recursos y viven próximos En la concepción de Darwin, las dificultades del medio ambiente (abióticas) tienen escasa importancia porque el naturalista cree que el medio cambia de manera súbita y provisional.

 El mérito que se puede atribuir a Charles Darwin es haber insistido en la continuidad de todos los vivientes, lo que conlleva proximidad entre humanos y primates. Esta afirmación y el hecho de que la selección natural fuera atacada por cristianos constituyen la base para que a Marx y a Engels les pareciera que Darwin era un científico osado.

Otra muestra de la endeblez del darwinismo es que no se ve una clara diferencia entre afirmar que superan las adversidades quienes se encuentran mejor adaptados a un medio y afirmar que sobreviven los que sobreviven, cuando se convierte la adaptación en prueba de supervivencia.

No debe sorprender que sus escritos transiten de lo natural a lo social, puesto que cuando se fundó la biología (en alguna década difícil de precisar del Siglo XIX), los seres humanos eran la especie sobre la que más se había reflexionado. En vida de Darwin aún resonaban las advertencias del demógrafo Malthus sobre las desgracias provocadas por el aumento de población y, en particular, a consecuencia de la excesiva fecundidad de pobres y enfermos. S  


Para el naturalista inglés, el problema denunciado por Malthus se agravó en la segunda mitad del Siglo XIX porque los beneficiosos efectos de la  selección natural habían desaparecido de las sociedades europeas. El motivo se debía a que gobiernos y filántropos concedían ayudas a pobres y enfermos con el fin de ayudarles a sobrevivir, pero los menesterosos tendían a reproducirse sin medida (como había advertido Malthus), convencidos de que otros se preocuparían por sus hijos

El temor a la excesiva supervivencia y reproducción de débiles y enfermos fue alentado por el abaratamiento de los alimentos.

A ello se suma que los varones jóvenes, fuertes y valientes sucumbían en los frentes de batalla, mientras los lisiados y enfermos se reproducían aprovechando la ausencia de soldados. Así, en opinión de muchos pensadores, las ayudas a los pobres y una rígida concepción hereditaria acarreaban la degeneración de las naciones europeas, precisamente cuando estas se embarcaban en una política imperial de enorme extensión;

El temor a la degeneración existía antes de Darwin y se fundaba en las precarias condiciones de vida en las grandes ciudades, pero la publicación de sus obras le dio un enorme aliento y cambió el foco de visión: de las condiciones existenciales a las fisiológicas o genéticas. De ahí que Francis Galton, primo de Darwin, fundara la eugenesia; esto es, la técnica de los buenos nacimientos.

El temor a la degeneración llegó a su clímax con el exterminio nazi de millones de personas, por lo que los darwinistas abandonaron los aspectos más controvertidos de la doctrina como, por ejemplo, su concepción sobre el diferente valor de las razas. Sin embargo, en la actualidad se mantiene la convicción de que la rivalidad entre congéneres es una fuente de progreso, lo que constituye la base para el individualismo competitivo que caracteriza a las sociedades angloparlantes. Otra consecuencia del paradigma evolutivo es la convicción de que resulta injusto (por no decir algo peor) gravar con impuestos a los adinerados para mantener a los  incapaces;


Entre las opciones que discuten el paradigma dominante se encuentra la ecología, que sostiene que la principal competencia se da entre especies (coevolución), sin olvidar la importancia de las condiciones abióticas. No obstante, la alternativa más sólida ha sido elaborada por la microbióloga Lynn Margulis, para quien las simbiosis entre organismos de diferentes especies, de cara a superar dificultades abióticas, constituyen la fuente de evolución.

Margulis demostró que los antepasados de mitocondrias y cloroplastos eran bacterias de vida independiente que se integraron en células complejas (o con núcleo); las mitocondrias resultan ubicuas, aunque los cloroplastos se encuentran en vegetales y algas.

 Por ello, la actual investigación biomédica subraya, de manera creciente, la importancia de la flora intestinal para la salud. En palabras de Margulis: “Nadie, animal o P á g i n a | 5 planta, adquiere nuevos caracteres heredables creciendo, comiendo, ejercitándose, apareándose y demás.

El proceso que defiende la microbióloga no está dirigido, sino que ocurre a saltos (lo que es coherente con el registro fósil) y tiene carácter azaroso, por lo que resulta imprevisible. Así, Margulis defiende un materialismo no mecanicista y saltacionista, a diferencia del paradigma dominante; ambas posiciones solo coinciden en mantener la unidad de los vivientes a partir de un origen no divino.

Gilbert, Sapp y Tauber, exponen diversos hallazgos científicos para afirmar que los animales no pueden ser considerados individuos desde un criterio anatómico, fisiológico, inmunológico o genético, debido a que su desarrollo es incompleto sin simbiontes. Un simbionte es un organismo que está en una relación de simbiosis. Al más pequeño de la relación se le llama simbionte y al más grande, huésped. Los animales, entonces, son complejos simbióticos de diversas especies en convivencia y los simbiontes producen herencia genética. Los animales, entonces, son complejos simbióticos de diversas especies en convivencia y los simbiontes producen herencia genética.


Tanto el cuerpo, como las células de los animales, son compartidas por numerosas especies de bacterias y otros microbios.

Para estos autores, ningún humano u otro organismo podría considerarse individuo por criterio anatómico. Los autores utilizan el término holobionte para describir organismos compuestos, tanto por poblaciones de simbiontes, como de huéspedes. Son tres los tipos de individualidad que se ponen en cuestión:

 1. Individualmente inmune: El modelo de individualidad del “yo inmune” es propuesto por primera vez por Sir McFarl Burne y describe al sistema inmunológico como una red defensiva contra el mundo exterior hostil. El individuo inmune re chazaría todo lo que no sea el “yo”: virus, bacterias y hongos. Sin embargo, distintos estudios han demostrado que el sistema inmune se crea en parte por el microbioma residente. En vertebrados, el tejido linfoide es organizado por bacterias).

2. Individualidad fisiológica: Distintas investigaciones señalán que los organismos que viven próximos el uno al otro, comparten fisiologías y que los microbios son muy relevantes en la fisiología de los insectos. Desde la concepción clásica de la fisiología, los organismos se componen de partes que “cooperan para que funcione el todo”, sin embargo, esta división del trabajo no es solo de las partes “internas” del supuesto individuo, sino que, de relaciones y elementos de especies distintas, que viven juntas.

3. Individualidad genética: La concepción genética del “individuo” tiene raíces en el sexo y se basa en la herencia del complemento cromosómico en la fertilización. Sin embargo, los estudios de simbiosis hereditarias han reemplazado las nociones de “un genoma, un organismo” ya que los microbios proporcionan un segundo sistema hereditario, que permite la supervivencia del holobionte, a través de tracto reproductivo materno y a través del lamido y acicalamiento mutuo, después del nacimiento.

La vida es una uníón simbiótica y cooperativa que permite triunfar a los que se asocian


Ecología involucionista

las investigadoras Carla Mustak y Natasha Myers  releen a Darwin y sus experimentos de la década de 1860 para enfocarse en hacer visibles otros modos de interacción que implican juego, placer y experimentación. Más allá de la ventaja selectiva de un organismo sobre otro, proponen la perspectiva de la involución: un enfoque ecológico afectivo entre especies, donde la relación produce una coevolución y modificación mutua.

Los experimentos de Darwin de 1860 demostraron que las orquídeas alteran su anatomía para atraer a sus insectos polinizadores. Pese a esto, la lógica neodarwiniana considera que la orquídea engaña a la abeja para su beneficio, debido a que la orquídea no ofrece “recompensa” de néctar, lo que ha sido descrito como “engaño sexual”. En cambio, una lectura desde la involución se enfoca en el mimetismo como coevolución y asociación multisensorial, donde tanto los insectos como las plantas se ven mutualmente beneficiados y afectados en relación.

la visión d la científica Bárbara McClintock (premio Nobel de Medicina en 1983), quien consideraba que las plantas producen comportamientos sensoriales innovadores y tienen modos de vida activos que podemos imaginar aún.

Involución no debe confundirse con regresión. Si la evolución es un “desenvolverse hacia afuera”, en forma de árboles ramificados, la involución es un enrollarse hacia dentro, que lleva a las especies en conjunto a inventar nuevos modos d vida.

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