La Dictadura de Primo de Rivera: Contexto y Consecuencias en España (1923-1930)

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La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


Por las consecuencias de la I Guerra Mundial y la crisis de 1929, se van a producir en España una serie de acelerados cambios políticos: la crisis de la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la caída del régimen monárquico, la II República y la Guerra Civil.

El golpe de Estado

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Barcelona, dio un golpe de Estado, mediante el cual tomó el poder, decretó el estado de guerra, disolvió las Cortes, suspendió la Constitución e inauguró un sistema dictatorial que duraría hasta 1930. El rey aceptó la dimisión del jefe de gobierno (García Prieto) y encargó la formación de un nuevo gobierno al general golpista, apoyando de manera clara el pronunciamiento. Primo de Rivera se presentó como una solución transitoria.

Los valores que inspiraban al general Primo eran tradicionales, simples y típicamente castrenses: orden, eficacia, disciplina, autoridad y amor a la patria. España dejó de ser una monarquía parlamentaria y, aunque se mantuvo la figura del rey, se convirtió en un régimen autoritario. El régimen canovista había dejado de existir.

Las causas

Las causas que explican el éxito del golpe de Estado y la implantación de la Dictadura son las siguientes:

El fracaso y degeneración del sistema político parlamentario

Los partidos dinásticos (conservador y liberal) carecían de nuevas ideas y se encontraban divididos en torno a distintos líderes. La administración era ineficaz y el “caciquismo” había convertido la corrupción y el “amiguismo” en la norma política del país. El regeneracionismo criticaba el régimen de la Restauración y su soporte oligárquico-caciquil. Se criticaba tanto el sistema como a los partidos.

El creciente protagonismo del ejército

El ejército comenzó a tener un papel más relevante en la vida política del país, lo cual ya se había manifestado en la crisis de 1917 con la formación de las Juntas de Defensa.

El problema de Marruecos

Este problema, sobre todo tras el desastre de Annual, agravó el descrédito de los políticos y militares. El “expediente Picasso”, abierto para investigar y depurar responsabilidades, sacó a la luz una serie de escándalos de militares y políticos.

La generalización y agudización de los problemas sociales

Desde 1917, la clase obrera española sufrió las negativas repercusiones del final de la I Guerra Mundial, la incapacidad del sistema político para dar una respuesta acertada a las reivindicaciones de los trabajadores y la intransigencia de los patrones. La situación se hizo especialmente tensa en Andalucía y en Cataluña, donde se hicieron frecuentes los enfrentamientos armados entre obreros y pistoleros contratados por la patronal.

Esta situación le granjeó el apoyo, al menos la pasividad, de buena parte de la “masa neutra” del país y de algunos partidos republicanos e incluso socialistas. Solo comunistas y anarquistas se opusieron, convocando una huelga general que fracasó.

El auge de los nacionalismos periféricos

Estos hacían temer a las fuerzas más conservadoras del país por una posible desmembración de España.

El apoyo de la patronal y de los sectores católicos y castrenses

Este apoyo fue crucial para la consolidación del régimen.

El ambiente político internacional

Se caracterizaba por la crisis de los sistemas democráticos tras la Primera Guerra Mundial y la emergencia de las ideologías totalitarias de derechas (Albania, Portugal, Grecia, Polonia, Hungría), especialmente el fascismo de Mussolini en Italia.

El apoyo del rey Alfonso XIII

El rey confió al golpista la tarea de formar gobierno.

La falta de contestación del movimiento obrero

Este movimiento estaba carente de una clara conciencia política e incapacitado para una unidad de acción.

Teniendo en cuenta estas circunstancias, los objetivos enunciados en el manifiesto del 13 de septiembre eran:

  • Sanear el sistema político.
  • Garantizar el orden público poniendo fin a la oleada de violencia.
  • Solucionar el problema de Marruecos.
  • Acabar con el problema regionalista.

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