El Devenir Urbano en España: Un Recorrido por su Historia y Configuración
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GEOGRAFÍA TEMA 10: EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA Y EL SISTEMA DE CIUDADES
Definición de Ciudad
Una ciudad es un espacio habitado por un grupo de población. Los criterios para definir lo que es una ciudad son diversos:
- Criterio numérico: en España se considera ciudad si tiene 10.000 habitantes.
- Criterios morfológicos (aspectos externos): edificación compacta, en altura, grandes bloques de oficinas, etc.
- Criterio funcional (actividades a las que se dedican sus habitantes): la ciudad se define en términos negativos, ya que las actividades que no acoge son las agrarias.
Etapas del Proceso de Urbanización en España
La evolución de la ciudad española a lo largo del tiempo ha sido la siguiente:
La Ciudad Preindustrial
Cada época ha dejado su impronta en la ciudad, de tal manera que la imagen actual está determinada por las sucesivas adecuaciones de la ciudad a cada momento histórico.
Primeras Fundaciones y Legado Romano
Las primeras ciudades de la Península Ibérica datan de la época fenicia, púnica y griega. Estos pueblos comerciantes fundaron poblaciones a lo largo del litoral mediterráneo, entre las que destaca Cádiz, considerada la primera ciudad de Occidente. En la época romana se consolidó la urbanización en la Península. Los romanos utilizaron la ciudad como vehículo de romanización. Su legado se concentró en el surgimiento de nuevas ciudades o colonias romanas: unas sobre poblaciones preexistentes, por ejemplo, Corduba (Córdoba), Tarraco (Tarragona) o Cartago Nova (Cartagena), y otras creadas de nuevo, como Caesaraugusta (Zaragoza) o Emerita Augusta (Mérida). La aportación romana fue la implantación de un plano de carácter geométrico a partir de dos ejes que se cortaban perpendicularmente (el cardo, eje norte-sur, y el decumano, eje este-oeste). El espacio urbano se ordenaba en torno a un lugar central (foro) donde se localizaban los edificios públicos. Este tipo de plano se puede contemplar todavía hoy en Itálica y en Caesaraugusta.
La Ciudad Medieval
Tras la caída del Imperio Romano, la urbanización peninsular sufrió un retroceso como consecuencia de la invasión de los pueblos bárbaros. A partir del siglo X, se observa un resurgimiento de las ciudades, propiciado por la apertura del Camino de Santiago, la Reconquista y la consiguiente repoblación. Se crearon nuevas ciudades (Segovia, Ávila, Salamanca, Soria, Palencia, etc.), cuya fundación obedeció a razones militares. Entonces habitaban la Península dos pueblos con religiones, culturas y modos de vida diferentes, lo que se tradujo en dos modelos de ciudad: la cristiana y la musulmana.
La Ciudad Cristiana
La ciudad cristiana medieval vivía de la ganadería y de la agricultura de secano. Las ciudades desempeñaban una función militar y estratégica, y se caracterizaban por pequeños recintos amurallados con calles estrechas y bordeadas con pórticos y soportales. En el centro se situaba la plaza y en ella se levantaba la iglesia. Las ciudades se componían de collaciones o parroquias, cuya advocación daba nombre a los barrios. Las ciudades tenían tres tipos de planos: el plano radiocéntrico, el plano en cuadrícula y el plano irregular.
La Ciudad Musulmana
Las ciudades musulmanas solían emplazarse en lugares estratégicos por su carácter defensivo (Loja, Antequera, Toledo) o al lado de ríos y barrancos, que servían de defensa natural, aunque otras ciudades se situaron en lugares llanos, caso de Valencia, Sevilla o Córdoba. El paisaje de la ciudad islámica se caracteriza por un conjunto apretado de edificios, protegidos por una muralla que la separaba del exterior. Lo más representativo de la ciudad islámica es su plano, en el que destacaban unas cuantas calles transversales o radiales de trazado sinuoso que enlazaban con puertas. Las calles eran angostas, quebradas y torcidas; también eran frecuentes callejones ciegos o sin salida, llamados adarves.
Transformaciones en la Edad Moderna: Renacimiento e Ilustración
El Renacimiento y la Ilustración significaron un aumento demográfico y una intensificación del proceso de urbanización. Esta urbanización derivó en una mejora de las infraestructuras y en una remodelación de la trama viaria. También destaca la introducción de la plaza mayor y la creación de fortificaciones (murallas, ciudadelas). Durante el siglo XVIII, la ciudad experimentó una nueva etapa de florecimiento. Los cambios en la ciudad reflejaban las nuevas ideas de los ilustrados y el nuevo poder político. Se llevaron a cabo importantes reformas urbanas que mejoraron las condiciones estéticas e higiénico-sanitarias, y se introdujeron puertas monumentales, avenidas o bulevares, puentes e infraestructuras como el alumbrado y el saneamiento. Hubo una revalorización del espacio público que culminó con la creación de plazas mayores.