Determinismo, Libertad y Cultura: Factores que Influyen en la Vida Humana
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Determinismo y Libertad: Dos Perspectivas Filosóficas
El debate entre determinismo y libertad ha sido central en la filosofía a lo largo de la historia. Podemos distinguir, *grosso modo*, dos posturas:
- Determinismo: Filósofos como Laplace o Spinoza sostienen que todo evento en el universo está predeterminado. Nada ocurre de manera diferente a como debe suceder. Aplicado a los seres humanos, esto implica que nuestros cuerpos, al ser entidades físicas, están sujetos a las mismas leyes causales que el resto de los objetos. La libertad, desde esta perspectiva, es una ilusión. Si alguien conociera todas las causas que influyen en nuestras elecciones, nuestro comportamiento sería completamente predecible.
- Libertad: Filósofos como Agustín de Hipona, Immanuel Kant y los existencialistas defienden la idea de libertad, entendida como la capacidad de tomar decisiones y pensar autónomamente, sin estar determinados por factores externos a la voluntad. Argumentan que experimentamos subjetivamente la toma de decisiones. Además, negar la libertad implicaría negar la responsabilidad moral: si nuestras acciones son resultado de fuerzas físicas, no se nos puede responsabilizar de ellas. La idea de libertad otorga sentido a nuestras vidas, haciéndonos seres autónomos y no meros autómatas.
Independientemente de la postura que se adopte, es innegable que no decidimos sobre nuestra vida de forma absoluta e incondicionada. Nuestras decisiones (o, para un determinista, lo que percibimos como decisiones) se toman dentro de un contexto que no elegimos: familia, clase social, etnia, momento histórico, etc. Nuestra vida está condicionada por dos dimensiones fundamentales: la naturaleza y la cultura.
La Cultura: Definición y Componentes
El antropólogo británico Edward B. Tylor define la cultura como "toda realidad compleja desarrollada por animales, que no está directamente determinada por predisposiciones naturales (es decir, genéticas, instintivas), que cumple una función en la vida de estos, y que es transmitida mediante el aprendizaje en el seno de una sociedad".
De esta definición se desprende que la cultura está compuesta por:
- Instrumentos: Objetos utilizados para fines distintos a los que tienen en la naturaleza (desde piedras para hacer cuchillos hasta el coltán de los teléfonos móviles).
- Ideas: Creencias, convicciones, valores morales, ideologías políticas, fórmulas matemáticas y conceptos científicos y artísticos.
- Costumbres: Hábitos y ritos de cada sociedad (desde ceder el asiento en el autobús hasta velar a los muertos antes de enterrarlos).
Todas las realidades culturales se aprenden dentro de una sociedad, en un grupo con un hábitat compartido y lazos de dependencia mutua. La interacción entre los miembros de una comunidad es crucial para la existencia de la cultura, ya que es en esa interacción donde se produce el aprendizaje. Finalmente, los elementos culturales cumplen una función en la vida de quienes los adquieren.
Aculturación y Endoculturación: Procesos de Transmisión Cultural
La aculturación es el proceso que ocurre cuando un individuo o grupo se adapta a una cultura diferente a la suya. Se produce una influencia cultural en la que se asimilan elementos de la cultura en la que se inserta.
Por otro lado, la cultura se transmite mediante la endoculturación, un proceso de aprendizaje en el que las generaciones mayores enseñan a las más jóvenes las prácticas y formas de hacer propias de su cultura. Así se reproducen los estilos de vida de una sociedad. Este proceso es, en parte, inconsciente: los adultos transmiten comportamientos y visiones del mundo, incluso sin hacerlo de forma activa y consciente.