Desvelando los Secretos de la Vida: De la Generación Espontánea a la Biogénesis

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La Generación Espontánea: Un Concepto Antiguo

Durante muchos siglos, se creyó que materiales no vivos o inertes podían directamente transformarse en organismos vivientes. Esta creencia fue conocida como la Generación Espontánea.

La Hipótesis de Aristóteles

La hipótesis de Aristóteles sobre la generación espontánea sugería que ciertas porciones de materia, como el huevo, contenían un principio activo. Este principio sería capaz de producir un ser vivo cuando las condiciones fueran adecuadas. Aristóteles no consideraba este principio activo una sustancia, sino una capacidad inherente de la materia para dar origen a la vida.

El Experimento de Van Helmont

En el siglo XVII, Jan Baptista van Helmont, un médico belga, llegó a escribir una "receta" para crear ratones en 21 días. Su método consistía en colocar una camisa sudada en contacto con granos de trigo. En esta receta, se suponía que el principio activo estaba en el sudor humano, mientras que el principio pasivo residía en la camisa. La función del trigo era simplemente alimentar a los ratones resultantes.

La Biogénesis: La Vida Procede de la Vida

La Biogénesis es la teoría que postula que todo ser vivo proviene de otro ser vivo preexistente. Esta teoría se opone directamente a la de la Generación Espontánea.

Francesco Redi y la Refutación Inicial

Francesco Redi, un médico italiano, afirmó que la vida solo puede originarse a partir de otra vida existente. Esta teoría se opuso firmemente a la de la generación espontánea. Redi diseñó su experimento de manera que solo varió un factor: la posibilidad de contacto de la materia contenida en recipientes con elementos externos.

Las objeciones que le hicieron a Redi los partidarios de la generación espontánea consistieron en afirmar que los frascos cerrados no permitían la circulación del aire, un factor que consideraban indispensable para que se produjera la generación espontánea de las moscas, ya que en el aire, según ellos, estaba presente el principio activo.

Redi respondió con un nuevo experimento similar al anterior, pero cerrando la boca de los frascos con gasa para permitir la entrada del aire, demostrando que las moscas no aparecían si no había contacto directo.

El Descubrimiento del Mundo Invisible

Pocos años después del experimento de Redi, Antonie van Leeuwenhoek, un biólogo holandés, perfeccionó el microscopio simple y descubrió un mundo hasta entonces desconocido: el de los microorganismos. Observó que la materia orgánica en descomposición estaba estructurada o llena de miles de microorganismos, cuya existencia se intentó explicar, una vez más, por la generación espontánea.

La Polémica entre Needham y Spallanzani

John Needham

John Needham preparó una serie de medios de cultivo, los cuales calentó ligeramente, los selló y los puso en observación. Al cabo de unos días, notó que en dichos medios aparecían pequeños organismos, lo que él interpretó como una prueba de la generación espontánea.

Lazzaro Spallanzani

Lazzaro Spallanzani realizó experimentos similares, pero hirvió el contenido de los envases por más de una hora. Los dejó en observación y constató que en ninguno de los medios nutritivos se inició vida. Esto sugería que el calentamiento prolongado había destruido los "gérmenes" preexistentes, refutando la hipótesis de Needham.

Louis Pasteur y la Consolidación de la Biogénesis

En 1862, el famoso biólogo Louis Pasteur comprobó, mediante rigurosos experimentos, que los gérmenes microscópicos se encuentran presentes en todas partes y que todas las supuestas generaciones espontáneas de microorganismos provenían, en realidad, de la contaminación de los caldos de cultivo por gérmenes del medio ambiente.

El Experimento del "Cuello de Cisne"

Pasteur colocó líquidos alterables en un matraz de vidrio en contacto con el aire corriente, como agua de levadura de cerveza o jugo de remolacha azucarada. Luego, alargó el cuello del matraz para darle varias curvaturas, formando un "cuello de cisne". Hirvió el líquido durante un largo tiempo hasta que el vapor salía libremente por el extremo del cuello. Después, dejó enfriar el matraz y observó que el líquido permanecía inalterable después de varios días, incluso meses. El aire podía entrar libremente, pero el polvo y los gérmenes quedaban atrapados en las curvaturas del cuello.

Varios meses más tarde, rompió el cuello del recipiente y observó que los mohos y los microbios comenzaron a aparecer en el líquido. Con este experimento, Pasteur pudo demostrar que, aunque el medio nutritivo fue hervido (esterilizado), aun así poseía la capacidad de mantener la vida al ponerse en contacto con el aire, siempre y cuando este aire no contuviera gérmenes. Este experimento fue crucial para refutar definitivamente la teoría de la generación espontánea y consolidar la Biogénesis.

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