Desnutrición en Adultos Mayores: Identificación, Riesgos y Estrategias de Prevención

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Hábitos Alimentarios Saludables y Bienestar Social

Para mantener una salud óptima y fomentar el bienestar, es fundamental considerar los siguientes aspectos en la alimentación:

  1. Evitar el consumo excesivo de licores y bebidas edulcoradas.

  2. Fomentar que la ingesta de alimentos sea un acto de convivencia y relación social, promoviendo que la alimentación sea un vehículo de salud y su degustación se realice en un ambiente de armonía.

  3. Respetar, en la medida de lo posible, los hábitos y gustos personales.

Desnutrición en Personas Mayores: Prevención y Detección

La desnutrición es una preocupación significativa en la población de edad avanzada, afectando su calidad de vida y aumentando la vulnerabilidad a diversas enfermedades. Comprender sus causas, cómo detectarla y sus manifestaciones es crucial para una intervención temprana y efectiva.

Factores de Riesgo de Desnutrición en la Tercera Edad

Los factores que contribuyen a la desnutrición en personas mayores pueden agruparse en diversas categorías:

  • Factores Médicos: Relacionados con el proceso de envejecimiento y enfermedades crónicas.
  • Factores Sociales: Incluyen vivir solo, pobreza, aislamiento social y dependencia.
  • Factores Ambientales: Como la inactividad física y el tabaquismo.

Además de estas categorías, existen otros factores de riesgo importantes:

  • Menor ingestión de alimentos.
  • Alteraciones de los sentidos (gusto, olfato) y xerostomía (sequedad bucal).
  • Dietas restrictivas y monótonas, o ingesta inadecuada de nutrientes.
  • Dificultad de masticación.
  • Alteraciones en la deglución (disfagia).
  • Polifarmacia (uso de múltiples medicamentos).
  • Alteraciones emocionales como ansiedad, depresión, alcoholismo o anorexia.
  • Alteraciones cognitivas (demencia, deterioro cognitivo).
  • Dependencia funcional.
  • Disminución de la posibilidad de elección de alimentos.
  • Condiciones médicas como anorexia, vómitos o diarreas persistentes.
  • Dificultades para alimentarse (problemas psicomotrices, de deglución, demencia, problemas dentales, etc.).
  • La concurrencia de varias de estas condiciones puede aumentar significativamente el riesgo de malnutrición.

Detección y Criterios Diagnósticos de la Desnutrición

La identificación temprana de la desnutrición es vital. Los siguientes indicadores pueden alertar sobre su presencia:

  • Pérdida de peso involuntaria:
    • 5% en 1 mes.
    • 7,5% en 3 meses.
    • 10% en 6 meses.
  • Bajo peso para la talla (< 80% del peso ideal).
  • Índice de Masa Corporal (IMC) < 22 kg/m².
  • Albúmina sérica < 3,5 g/dl.
  • Colesterolemia < 160 mg/dl.
  • Reducción de la circunferencia braquial y/o pliegue tricipital (inferior al percentil 10).
  • Presencia de osteoporosis, osteomalacia, y deficiencias de ácido fólico o vitamina B12.

Manifestaciones Clínicas de la Desnutrición

La desnutrición puede manifestarse a través de una variedad de síntomas que afectan diferentes sistemas del cuerpo:

Boca

Las papilas gustativas pueden atrofiarse o desaparecer. La mucosa bucal puede volverse brillante y aparecer llagas rojas y dolorosas. La candidiasis oral, una infección fúngica, puede manifestarse como manchas blancas en la lengua o las mejillas. El dolor al comer puede agravar las dificultades para una adecuada ingesta nutricional.

Músculos

Los músculos pueden volverse flácidos y débiles. El cuerpo recurre a la energía y nutrientes almacenados en la masa muscular para compensar la deficiencia nutricional. Como resultado, actividades cotidianas, como caminar del pasillo al baño, pueden volverse extenuantes o imposibles.

Ojos

Los ojos pueden presentar enrojecimiento e inflamación, con una apariencia vidriosa. El tejido ocular puede engrosarse, causando inflamación corneal. La visión puede deteriorarse, lo que a menudo lleva a una pérdida de interés en actividades que la requieren.

Habilidades Cognitivas

La falta de una nutrición adecuada afecta las funciones cognitivas, provocando apatía, desinterés y dificultad para concentrarse. Las tareas diarias pueden ser desatendidas. La persona puede mostrar dificultad para responder preguntas básicas sobre sí misma, experimentar deterioro de la memoria e incluso irritabilidad al ser cuestionada.

Piel

La piel puede adquirir una coloración amarillenta, volverse progresivamente seca y arrugada. Puede observarse palidez debajo de las uñas, indicando posibles deficiencias nutricionales.

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