Desentrañando la Crisis de 1808: Causas, Conflictos y Consecuencias
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La Crisis de 1808: Un Conflicto de Poder y Transformación
La crisis de 1808 se desencadenó por una combinación de factores, incluyendo el impacto de la Revolución Industrial, el temor de las élites ante las reformas ilustradas dentro del Antiguo Régimen, los pactos con Francia y la disputa sucesoria en la corona española. Las cortes debatían la sustitución de la ley sálica por la pragmática sanción, que permitiría el acceso al trono a las mujeres. Simultáneamente, una crisis de subsistencia azotaba al país, llevando al estado a buscar amortizaciones.
Ministros y Alianzas en Tiempos de Incertidumbre
Carlos IV contaba con ministros con visiones opuestas. Floridablanca buscaba aislar a España de Francia, eliminando libros y cerrando las Sociedades Económicas de Amigos del País. Por otro lado, el Conde de Aranda intentaba un acercamiento a Francia para evitar conflictos y proteger a Luis XVI. Manuel Godoy, por su parte, fracasó en su intento de salvar a Luis XVI, lo que llevó a la Guerra de la Convención y la posterior Paz de Basilea en 1795, donde España cedió parte de Santo Domingo a Francia. En 1796, se firmó el pacto de San Ildefonso, restableciendo la alianza con Francia. Sin embargo, en 1797, la flota española fue derrotada por los británicos en el Cabo de San Vicente.
El Ascenso de Napoleón y el Descontento Español
A principios del siglo XIX, Napoleón instauró el bloqueo continental, prohibiendo la venta de productos británicos en Europa. En 1801, España se enfrentó a Portugal en la Guerra de las Naranjas, tras la cual Godoy fue nombrado Príncipe de la Paz. La Paz de Amiens en 1802 fue efímera, ya que en 1804 Napoleón rompió la paz, llevando a la Batalla de Trafalgar en 1805, donde la flota franco-española fue derrotada por los británicos. En 1807, el Tratado de Fontainebleau permitió el paso de tropas francesas para atacar Portugal, con la promesa de dividir el territorio conquistado entre España, Francia y Godoy. Este tratado generó un gran descontento entre los nobles, quienes apoyaban a Fernando, y organizaron el Motín del Escorial, que fue descubierto.
El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona
Con el pretexto de llegar a Portugal, las tropas francesas comenzaron a asentarse en territorio español. Ante esta amenaza, Godoy trasladó a los reyes a Aranjuez. En marzo de 1808, el descontento popular y la presión del grupo que apoyaba a Fernando provocaron el Motín de Aranjuez. Godoy fue arrestado y el rey Carlos IV abdicó en su hijo Fernando. Tanto Carlos como Fernando buscaron el respaldo de Napoleón, lo que los llevó a Bayona en abril de 1808, donde fueron obligados a ceder la corona a Napoleón, quien se la entregó a su hermano José Bonaparte I. Este evento se conoce como las Abdicaciones de Bayona.
La Guerra de la Independencia: Un Conflicto Multifacético
El 2 de mayo, el pueblo de Madrid se rebeló contra las tropas francesas, dando inicio a la Guerra de la Independencia. Esta guerra tuvo tres vertientes: un conflicto entre españoles y franceses, una guerra civil entre españoles, y una guerra revolucionaria con un movimiento liberal que culminó en las Cortes de Cádiz. Las Abdicaciones de Bayona crearon un vacío de poder en España, lo que llevó a la formación de juntas locales revolucionarias que defendían la soberanía nacional. Estas juntas provinciales dieron lugar a la Junta Central, que gobernó en nombre de Fernando VII.
Fases de la Guerra
- Primera fase (mayo-noviembre 1808): La sublevación española derrotó a los franceses en Bailén, y ciudades como Gerona y Zaragoza resistieron el asedio francés.
- Segunda fase (noviembre 1808-finales 1812): Napoleón derrotó al ejército español, pero surgió la guerra de guerrillas, con victorias como Talavera y Ocaña.
- Tercera fase (mediados 1812-1814): Contraofensiva de ingleses, portugueses y españoles contra Napoleón, con victorias como San Marcial. En diciembre de 1813, Napoleón y Fernando VII firmaron el Tratado de Valençay, donde Napoleón abandonó España y Fernando fue restaurado como rey.
Conclusión
La Guerra de la Independencia se caracterizó por la radical oposición del pueblo español y la lucha de guerrillas constante. Este conflicto marcó un punto de inflexión en la historia de España, dejando un legado de resistencia y lucha por la soberanía.