El Descubrimiento Inesperado: Titanio, Anestesia y Vulcanita en la Odontología

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El Gas Hilarante y el Inicio de la Anestesia Dental

Se observó que el protóxido de azoe o gas hilarante aliviaba los dolores producidos por una muela del juicio en erupción. Este gas se usó inicialmente como atracción de feria. La serendipia de Walpole permitió que este descubrimiento se convirtiera en un remedio para el sufrimiento. En diciembre de 1844, Horace Wells, un dentista de Hartford, Connecticut, acudió con su esposa a una función del Circo Barnum donde se exhibían los efectos del gas hilarante.

Un farmacéutico ambulante llamado Colton daba una conferencia sobre las propiedades del gas y lo administraba a voluntarios. William Morton, colega y socio de Wells, probó con el éter y tuvo éxito donde Wells había fallado, convirtiéndose en uno de los disputados "Descubridores de la anestesia", junto con el mismo Wells, el químico Jackson, el cirujano Crawford Long y Samuel Cooley.

Los Implantes de Titanio: Un Hallazgo Casual

Los Orígenes Mitológicos y los Primeros Intentos

Las figuras mitológicas como centauros, esfinges y quimeras reflejan el antiguo anhelo de trasplantar órganos. San Cosme y san Damián son conocidos por el supuesto trasplante de una pierna. El injerto dental comprende tres tipos: Trasplantación, Reimplantación e Implantación.

Los Primeros Implantes Metálicos

El primer implante metálico fue descrito por Jourdain y Magiolo en 1807. A finales del siglo XIX, se patentaron implantes de plomo, oro y porcelana. En 1913, Greenfield publicó sobre su implante de iridio y platino.

El Descubrimiento de la Osteointegración

En 1936, Venable estudió la biocompatibilidad de las aleaciones y Strock ideó un implante en forma de tornillo. Manlio Formiggni usó tantalio, pero los implantes no lograban estabilizarse. La solución llegó por casualidad en 1950, cuando el Dr. Per-Ingvar Brånemark investigaba la vascularización ósea con cámaras de titanio en conejos. Descubrió que el titanio se unía fuertemente al hueso, un proceso que llamó osteointegración.

El Primer Implante Dental de Titanio

Brånemark realizó experimentos con animales y humanos, y en 1965 colocó el primer implante dental de titanio en Gösta Larsson. En 1978, comenzó a comercializar sus implantes a través de Nobel Industries (luego Nobel Biocare). El titanio fue descubierto en 1791 por William Gregor y nombrado por Martin Klaproth en 1795.

Avances y Serendipias en la Medicina

Galeno intentó sistematizar la medicina hipocrática. Francisco Martínez demostró que la caries no era causada por gusanos. Descartes estableció el método científico. Spallanzani refutó la generación espontánea. El descubrimiento de la Penicillium notatum por Fleming llevó a los antibióticos. El descubrimiento de los rayos X por Röntgen fue accidental.

La Vulcanita en la Odontología

El caucho, conocido por las culturas precolombinas, fue transformado en vulcanita por Andrew Jackson en 1839. En 1844, logró la patente. Thomas E. Evans, dentista de Napoleón III, introdujo la vulcanita en la prótesis dental tras conocer a Goodyear en 1855. La vulcanita, también llamada ebonita, permitió fabricar dentaduras a bajo costo. En 1864, John A. Cummins patentó el proceso de fabricación de dentaduras de caucho. La vulcanita revolucionó la prótesis dental hasta ser reemplazada por las resinas acrílicas en el siglo XX.

La Anestesia: Otro Caso de Serendipia

El opio, la mandrágora, el hachís y el beleño se usaron para aliviar el dolor. Joseph Priestley descubrió el protóxido de azoe y Humphrey Davy investigó sus propiedades.

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