Descubriendo Tartessos: Auge y Declive de una Civilización de la Edad del Hierro

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Tartessos: Auge y Declive de una Civilización de la Edad del Hierro

La sociedad tartésica se gesta dentro de las sociedades indígenas del Bronce Final y se desarrolla hasta la Edad del Hierro. Su origen se debate entre dos hipótesis: una que la considera resultado de las culturas orientalizantes surgidas a partir de grandes redes comerciales, y otra que la explica como el desarrollo autónomo de las culturas locales de la Edad del Bronce, con un episodio orientalizante. Se distinguen tres períodos:

  • Período Inicial o Geométrico: siglos X y IX a. C. (Edad del Bronce Reciente).
  • Período Orientalizante (apogeo, con influencias culturales de Tiro y Focea): Primera Edad del Hierro, entre los siglos VIII y VI a. C.
  • Período Final: siglo V a. C.

Geográficamente, se distribuye por las cuencas de los ríos Tinto y Odiel y el valle bajo del Guadalquivir. En el Período Orientalizante, su máxima expansión, se extendió entre los ríos Guadiana y Segura.

Período Inicial o Geométrico (siglos X-IX a. C.)

En esta etapa, la sociedad tartésica carece de jefaturas y de una élite guerrera. La organización social es de tipo tribal, basada en grupos de parentesco que explotan territorios ricos para la agricultura y la ganadería.

Los centros de habitación más antiguos son poblados de cabañas de planta redondeada, sin habitaciones, construidas con barro y elementos perecederos. Con la mejora económica, gracias a los intercambios, se hizo necesaria la aparición de murallas construidas con dos muros de piedra sin labrar, rellenos de piedras y tierra. Destaca especialmente la minería metálica, sobre todo la del cobre, el estaño, el oro y la plata. Al mismo tiempo, la sociedad se va jerarquizando. La cerámica de retícula bruñida, de tono negruzco, se realiza con técnicas rudimentarias, a mano o con torno lento. La cerámica de estilo Carambolo tiene una técnica parecida a la anterior, pero con más formas. Ambas cerámicas tienen influencias externas que pueden proceder del Mediterráneo oriental y del Egeo. Carambolo y Montemolín quizás fueron lugares de culto, ya que en ellos aparecieron huevos de avestruz.

Período Orientalizante (siglos VIII-VI a. C.)

Este período se caracteriza por un cambio cultural debido al impacto del comercio fenicio. Los fenicios se asentaron formando colonias en los principales centros costeros y de los cursos fluviales bajos. Introdujeron innovaciones técnicas importantes, como la separación del oro y la plata del plomo. Esto propició una orfebrería muy desarrollada, con técnicas como la filigrana, el repujado y el granulado. Las mejores muestras de esta orfebrería son los tesoros de La Aliseda y del Carambolo, datados a finales del siglo VII o inicios del VI a. C. Se intercambiaban excedentes de agricultura especializada en el vino y el aceite. La industria de la salazón de pescado fue muy importante. Los colonos fenicios eran grandes consumidores de estos productos alimenticios de lujo, que intercambiaban por manufacturas metálicas orientales. A finales del siglo VIII a. C., se evidencia una transformación de los hábitats de cabañas redondas en asentamientos urbanos con murallas y construcciones de prestigio.

Se reproduce el modelo de hábitat de las ciudades fenicias (Castillo de Doña Blanca, Mezquitilla, etc.). La sociedad está altamente jerarquizada, con una monarquía y una aristocracia hereditaria. Es una sociedad de tipo complejo y de carácter urbano. Surge en este momento la figura legendaria del rey Argantonio. Al final de este período, la monarquía desaparece, siendo la organización social dirigida en adelante por una élite de guerreros.

La cerámica es rudimentaria, aunque ya se conoce el torno rápido. Hay varios estilos cerámicos: cerámica gris, cerámica de barniz rojo, cerámica decorada "estilo Lora" (de vajilla o rituales), cerámica bicroma y cerámica griega.

Se practicaba la cremación de cadáveres. Los ajuares más ricos tienen objetos variados de gran influencia oriental: bronce, plata, recipientes de alabastro para perfumes, joyería, etc. Se celebraban banquetes funerarios.

Período Final (siglo V a. C.)

El siglo V a. C. marca la decadencia de Tartessos. Las causas de esta decadencia son: el agotamiento de los filones superficiales de las minas, los conflictos internos generados por la creciente jerarquización social, la expansión de las comunidades celtíberas y la pérdida por parte de Tartessos de los mercados orientales (Tiro y Focea).

Área de Influencia de Tartessos

Extremadura

Extremadura era una zona rica en recursos mineros (oro, cobre y estaño) y una zona estratégica de paso hacia Portugal y las mesetas. Los cadáveres se incineraban y sus restos se depositaban en urnas de cerámica. Sus ajuares se componen de objetos de bronce, fíbulas, cuchillos de hierro, marfiles y cerámica. La aristocracia está bien representada.

Sur de Portugal

El sur de Portugal es una zona vinculada al área tartésica, pero con diferencias. Tienen en común la aparición de grandes centros de población, como Alcácer do Sal, situado sobre un cerro próximo a la desembocadura del río Sado. Posee una extensa necrópolis que abarca del siglo VII al V a. C., con tumbas de cremación, aunque con diferencias en sus rituales y ajuares. Se han encontrado cremaciones en fosa o sobre suelo sin urna, con ajuares que incluyen armas y joyas, fíbulas o broches de cinturón, huevos de avestruz pintados y elementos de carros. Las cremaciones en urnas poseen un ajuar más escaso, compuesto por lucernas y algún elemento cerámico.

En las necrópolis de Fuensanta se han encontrado inscripciones semejantes a las de Andalucía y Extremadura. En la zona meridional, en el Bajo Alentejo y el Algarve, hay necrópolis de incineración e inhumación con estructuras tumulares de piedra y abundantes ajuares.

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