Descubriendo el Inconsciente: Manifestaciones Psíquicas y Estructuras de la Mente según Freud
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Manifestaciones del Inconsciente según Freud
La teoría psicoanalítica de Sigmund Freud postula que gran parte de nuestra vida mental opera a nivel inconsciente, influyendo en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Estas manifestaciones del inconsciente se revelan de diversas formas:
Los Sueños
En los sueños aparece el deseo de comer algo prohibido, como la carne. En todos los sueños se puede encontrar también lo que se llama un resto diurno, algo que realmente ocurrió el día anterior. En el sueño, se expresan y se cumplen, ocultos tras complicados disfraces, deseos muy profundos que escapan a nuestra conciencia debido a la censura. Freud consideró que los sueños constituían un cumplimiento inconsciente de deseos; es decir, mientras dormimos, nos permitimos cumplir deseos que no nos permitiríamos cuando estamos despiertos. Y ese cumplimiento, si bien no es real, es sumamente vivido; podemos sentirlo con todas sus cualidades, como si estuviéramos despiertos.
En los sueños se manifiestan leyes que rigen lo inconsciente:
- Obtención rápida de placer: No existe la posibilidad de esperar para satisfacer un deseo, y el sueño permite cumplir lo deseado inmediatamente mientras estamos soñando.
- Ausencia de negación: Todo es posible.
- Ausencia de duda: Seguridades absolutas.
- Falta de principio de contradicción: La lógica no existe; podemos ser niños y viejos a la vez.
- Falta de temporalidad: La noción del tiempo no existe.
Actos Fallidos
Son acciones que realizamos cotidianamente en las cuales creemos tener una intención y, en los hechos, actuamos de un modo diferente al esperado. Algunos actos fallidos afectan al lenguaje, y notamos entonces que alguien dice algo que no quería o no esperaba decir.
Síntomas de Enfermedades Psíquicas
Un ejemplo es la histeria. Freud llegó a la conclusión de que, cuando a una persona se le paraliza una pierna (por ejemplo, sin ninguna causa que lo justificara), era necesario buscar (y se encontraba) una explicación a tal síntoma dentro de la historia de esa persona. Un conflicto, una lucha entre sus deseos ubicados en lo Inconsciente y lo que su conciencia le impedía aceptar, llevaban a que se produjera como resultado el síntoma. El síntoma desaparecería si se encontraba el deseo perdido en lo Inconsciente que le había dado origen.
Los Chistes
En ellos aparece disfrazado, oculto, algún sentimiento que no puede expresarse directamente, algo agresivo o de contenido sexual, relacionado con las pulsiones y, por lo tanto, con la parte inconsciente de nuestra vida. Se manifiestan a través de:
- El doble sentido: El que escucha se sorprende.
- Condensación: Palabras formadas por pedazos de otras que también producen sorpresa y divierten.
- Desplazamiento: Cambiar el curso de atención de un tema a otro.
Segunda Tópica Freudiana: El Ello, Yo y Superyó
La Segunda Tópica de Freud incorpora tres estructuras: el Yo, el Superyó y el Ello, para explicar los síntomas y la dinámica de la psique.
El Ello
Es la sede de las pulsiones sexuales y agresivas y, como tal, genera deseos que pugnan por salir a la luz, por hacerse conscientes. Existe en nosotros desde el nacimiento y es totalmente inconsciente.
El Yo
Se forma a partir del Ello muy pronto en la vida. Cuando el bebé dice a todo lo que encuentra "mío", está comenzando a darse cuenta de que tiene un yo, diferente de los otros. A diferencia del Ello, parte del Yo es consciente y parte inconsciente.
El Superyó
O conciencia moral, comienza a formarse a partir de los dos años, diferenciándose del Yo, y representa el polo opuesto al Ello. Mientras que el Ello se rige por el principio del placer (es decir, obtener placer es el motor que lo impulsa), el Superyó se rige por el principio del deber (cumple con las normas).
Naturalmente, el Ello y el Superyó están en permanente conflicto, y le toca al Yo actuar como mediador. El Yo se rige por el principio de la realidad, determinando qué puede hacer de acuerdo con las posibilidades reales.
Los Recursos del Yo: Manejo de la Ansiedad y la Angustia
Los enfrentamientos entre un deseo y un deber provocan ansiedad (un afecto que actúa como señal de peligro, un malestar sin causa clara, una sensación de que algo malo va a ocurrir y que nos sobresalta). Esta sensación se acompaña de malestares físicos como palpitaciones, sudoración, temblores o llantos, y entonces se llama angustia.
Ante tales sensaciones, podemos reaccionar actuando sobre la realidad para cambiarla y hacerla menos conflictiva, o bien sobre la ansiedad misma.