Descubriendo a Carl Rogers: Principios Clave de la Terapia Humanista y el Desarrollo del Self

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Psicología y Sociología

Escrito el en español con un tamaño de 4,27 KB

Introducción a la Psicología Humanista de Carl Rogers

En este sentido, la teoría de Rogers no es solo simple, sino incluso elegante. En toda su extensión, está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que denomina la tendencia actualizante. Esta puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de vida, dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí solamente de supervivencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.

Conceptos Fundamentales en la Terapia Centrada en el Cliente

La Tendencia Actualizante y la Valoración Organísmica

Rogers nos dice que los organismos saben lo que es bueno para ellos. La evolución nos ha provisto de los sentidos, los gustos y las capacidades de discriminación que necesitamos: cuando tenemos hambre, encontramos comida, no cualquier comida, sino una que nos sepa bien. La comida que sabe mal tiende a ser dañina e insana. Esto es lo que los sabores malos y buenos representan: nuestras lecciones evolutivas lo dejan claro. A este proceso le llamamos valoración organísmica.

El Verdadero Self y el Self Ideal

La parte de nosotros que se alinea con la tendencia actualizante, seguida de nuestra valoración organísmica y la necesidad de consideración positiva, es lo que Rogers denominaría el verdadero self (o yo real). Este es el auténtico “tú” que, si todo va bien, aspiras a alcanzar.

Por otro lado, dado que nuestra sociedad no siempre está sincronizada con la tendencia actualizante, y que a menudo estamos forzados a vivir bajo condiciones de valor que no pertenecen a la valoración organísmica, y finalmente, que solo recibimos consideración positiva condicionada, entonces tendemos a desarrollar un self ideal (o yo ideal). En este caso, Rogers se refiere al ideal como algo no real; como algo que está siempre fuera de nuestro alcance; aquello que quizás nunca alcanzaremos.

Incongruencia y Neurosis

El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal; entre el “yo soy” y el “yo debería ser”, se denomina incongruencia. A mayor distancia entre ambos, mayor será la incongruencia. De hecho, la incongruencia es lo que esencialmente Rogers define como neurosis: estar desincronizado con tu propio self. Si todo esto les suena familiar, es porque precisamente es de lo que hablaba Karen Horney.

La neurosis, en la perspectiva rogeriana, surge de la no aceptación de la persona tal como es. Cuando una persona vive en función de lo que los otros quieren que sea, en lugar de su verdadera realidad, se genera esta desarmonía. Actuamos según nos dicta la sociedad, lo que puede llevarnos a una profunda incongruencia interna.

La Terapia Centrada en el Cliente: Principios y Técnicas

La terapia desarrollada por Carl Rogers se conoce como terapia centrada en el cliente o terapia de diálogo.

El Reflejo como Técnica Terapéutica

Existe una técnica por la que los terapeutas rogerianos son especialmente conocidos: el reflejo. El reflejo es una técnica de comunicación empática: si el paciente dice “¡me siento como una mierda!”, el terapeuta puede reflejar esto de vuelta diciéndole algo como “Ya. La vida le trata mal, ¿no?”. Al hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se está preocupando lo suficiente como para comprenderle.

Las Tres Condiciones Fundamentales del Terapeuta

Esto nos conduce a los famosos requerimientos que, según Rogers, debe poseer un terapeuta para ser eficaz. Para ser un terapeuta efectivo, debe tener tres cualidades especiales:

  1. Congruencia: Ser genuino; ser honesto y transparente con el paciente.
  2. Empatía: La habilidad de sentir y comprender lo que siente el paciente desde su marco de referencia.
  3. Consideración Positiva Incondicional (Respeto): Aceptación plena y preocupación positiva incondicional hacia el paciente, sin juicios.

Entradas relacionadas: